✨𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖖𝖚𝖎𝖓𝖈𝖊:✨

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Alex se fue media hora antes de que cerráramos el establecimiento, y esperé a que Rubén saliera del baño de personal para hablar con él. Necesitaba disculparme.

— Rubén– le paré agarrándole ligeramente del brazo, y me miró algo serio–, espera.

— ¿Qué quieres?– su tono era seco, tanto que llegué a sentir una punzada en el pecho que entrecortó mi respiración.

— Lo siento, ¿vale? Siento haber sido tan borde contigo, estoy cansada, y...

— No hace falta que uses el cansancio como excusa.

— Pero...

— Ni pero ni nada– sentí esa punzada todavía más fuerte, provocando un nudo en mi garganta.

— Rubén...

— ______...– me imitó, burlándose de mi tono de voz de muy mala manera.

— Joder– me giré para irme hasta la salida del bar, pero esta vez fue Rubén quien me paró con el brazo y me atrajo hacia él para abrazarme con fuerza.

— Tan solo bromeaba con lo de Alex, ¿vale? Lo siento si te he agobiado o molestado...– me susurró al oído y sonreí, ahogando y deshaciendo el nudo en mi garganta.

— Vale, y yo siento haber sido tan seca.

— No, si te entiendo, he sido un idiota– se separó para mirarme a los ojos.

— ¿Y cuando no lo eres?– arqueó una ceja y yo solté una carcajada, a lo que él me dio una leve colleja–. ¡Ay!

— Merecido.

— Ñe– le saqué la lengua.

Salimos del establecimiento y Rubén fue quien cerró la puerta con llave. Caminamos entre risas hasta la Universidad, y volví a despedirme de él como siempre en el edificio de las habitaciones.

— Perdóname otra vez por lo de esta tarde– dijo mientras me estrechaba entre sus brazos.

— Lo mismo digo.

— Mañana... ¿Quieres ir a hacer algo con Irina?– se rascó la nuca.

— ¿Hacer exactamente el qué?– arqueé una ceja.

— Y yo que sé, es sábado y salimos a las dos... Podemos ir a comer fuera, de compras, al cine, a dar una vuelta...

— Me parece bien, lo que me voy a sentir muy sujeta velas– me cubrí con una mano la sonrisa juguetona que me entró al instante y él soltó una carcajada.

— ¡Ala! 

— ¿Ala qué? Es la verdad, siempre he sido la tercera rueda, admítelo.

— Bueno, pues si no quieres no...

— Es broma, me parece bien, no me quejo– le interrumpí.

— Vale, pues hasta mañana– se agachó un poco para besarme la mejilla y entré en el edificio.

Abrí la puerta con cuidado de no despertar a Alex por si estaba dormido, pero esta vez no había nadie en la cama, ni en el baño, ni asomado en la ventana, estaba sola en la habitación.

Me dejé caer sobre la cama y miré al techo, dándole vueltas a varios momentos del día.

¿No te das cuenta de que le gustas?– la pregunta y la voz de Rubén retumbó de repente en mi cabeza, en algún rincón escondido de mi cerebro, el cual me hizo dar un leve respingo mental y me hizo abrir los ojos como platos. 

Te odio... - Alexby y tú © [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]Where stories live. Discover now