✨𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔:✨

332 33 26
                                    

- ¿Y cuánto hace que trabajas en esa cafetería?- le pregunté mientras nos levantábamos del banco.

- Pues unos...- miró al cielo, pensando.- Unos 3 meses, este mes hago 4. Empecé a principios de Junio.

- Joder, que bien.- le miré y sonreí. 

- ¿Y tú estás buscando trabajo?

- No, todavía no busco, pero debería.

- Mañana se le termina el contrato a uno de mis compañeros, si quieres esta tarde podemos ir a hablar con mi jefe para que te de el puesto.

- ¿Lo estás diciendo enserio?

- Sí, ¿por qué no trabajar con mi mejor amiga?

- ¡Te quiero tanto!- le abracé por el cuello.- Muchísimas gracias, enserio.

- No es nada, boba.- me separé y miró su teléfono.- Mira que hora es, ¿quieres ir a comer algo?

- ¡Sí! Ya vuelvo a tener hambre.- reímos por lo bajo y nos echamos a andar otra vez.

Andamos entre risas, bromas y más anécdotas hasta un restaurante al que le había echado el ojo antes de ir a la cafetería.

Yo pedí una hamburguesa y Rubén un perrito caliente.

- Ah, ¿y te acuerdas de Irina?- me preguntó mojando una patata en el ketchup.

- Claro que me acuerdo.- sonreí antes de darle un mordisco a mi comida.

Rubén, Irina y yo nos hicimos muy amigos en 3º de primaria, eramos inseparables.

- Pues ahora es mi novia.- al escucharlo, me atraganté con la comida y empecé a toser.

- ¡¿C-Cómo?!- me llevé una mano al pecho y él me dio unas palmadas en la espalda.

- ¿Estás bien?- escuché una pequeña carcajada de su parte y tosí una última vez antes de calmarme.

- S-Sí, sí...- respiré hondo.- ¿Por qué no me lo has dicho antes?

- Pues porque no me he acordado.- se rascó la nuca y arrugó la nariz.

- ¿Y desde cuando estáis juntos?

- Desde 4º de la ESO, pero me gustó desde la primera vez que la vi.

- Pues me alegro muchísimo por vosotros dos.- volví a sonreír.

Nos terminamos la comida después de un rato y fuimos a dar otro paseo.

- ¿Quieres ir a hablar con mi jefe ahora? ¿O quieres esperar otro rato?

- Si quieres vamos ahora, y así me lo quito de encima.

- Bien, pues vamos.- se dio la vuelta y le seguí.

Llegamos a la cafetería a los 5 minutos. También me fijé en que estaba bastante cerca de la Universidad, así que me iría bien ir andando.

- ¿Pablo?- preguntó al entrar.- ¿Estás?

Miré a mi alrededor y no había casi clientes, solo una pareja de ancianitos tomándose su té y unas adolescentes que se terminaban su chocolate caliente mientras reían a carcajadas y miraban sus teléfonos. Me acerqué más a Rubén, ya que una de esas chicas empezó a mirarme fijamente.

- Hola, Rubén.- de detrás de una cortina de azulejos verdes salió un hombre no muy alto (eso sí, mi mejor amigo le sacaba como dos cabezas),  robusto y con poco pelo. Sobre su nariz se apoyaban unas pequeñas gafas de pasta negra con unos cristales algo gruesos. Parecía una de esas personas de carácter adorable y cariñoso.- ¿Qué te trae por aquí? Tu turno ya ha terminado, ¿no?- se acercó a nosotros con una dulce sonrisa.

- Sí, pero no vengo por mi, vengo por ella.- se hizo a un lado para que Pablo me viera mejor.

- Hola.- sonreí.

- Hola, encantado, soy Pablo.- me tendió una mano y yo se la acepté. La sacudió suavemente.

- Yo ______.

- Bonito nombre.

- Oh, gracias.- me llevé una mano al pecho. Nunca nadie me había dicho que mi nombre era bonito.

- Bueno, el otro día me dijiste que a Carlos se le termina mañana el contrato aquí porque se jubilará, así que he pensado en que le des el puesto a ella.

- Mmh... Últimamente hay más gente, y si me falta un camarero será un caos, así que sí, ¿por qué no?- asintió, y yo fui la persona más feliz que podía pisar la tierra.

- ¿Enserio?- le miré con los ojos como platos y con una sonrisa de oreja a oreja.

- Claro.

- ¡Muchas gracias, Pablo!

- No es nada. Mañana es el último día de Carlos, así que pasado mañana ya puedes pasarte para firmar el contrato y empezar.

- Perfecto.- asentí, todavía sonriendo.

- Muy bien, pues muchas gracias a ti.

- ¡Hasta el miércoles!- me despedí con una mano y Rubén y yo salimos de la cafetería.- ¡AAAAAAH!- empecé a chillar como una loca y a saltar, y me tiré a los brazos de Rubén.

- ¡¿Qué te pasa, loca?!- se asustó al verme caer encima de él.

- ¡Que por fin tengo trabajo! ¡Y todo gracias a ti! ¡AAAAH!

La gente que pasaba me miraba extraño, debían pensar que me estaba dando un ataque de algo, pero no les hice mucho caso, estaba muy ocupada chillando y abrazando a Rubén.

- Ay joder, que tampoco es para tanto.- rió y me devolvió el abrazo.

- ¡Como te quiero!- le di un beso en la mejilla y le volví a abrazar.

- Yo también te quiero, boba.- como mi cabeza le llegaba al pecho, me besó la frente. Reí tímida y me separé. Había echado mucho de menos estar con él.- Deberías ir ya a la Uni, mañana empiezan las clases y estoy seguro de que no has dormido nada esta noche.

- ¿Cómo lo sabes?- arrugué la parte superior del morro y fruncí el ceño mientras nos echábamos a andar.

- ______, te conozco, seguro que con los nervios no podías dormir y estuviste horas jugando al WoW...

- Santa madre, ¡que miedo me das!- abrí los ojos como platos y me paré en seco.

- Oye que tampoco es tan complicado suponerlo, ¿o te has olvidado de las partidas que nos montábamos cuando vivías aquí?

- ¡Claro que no las he olvidado! ¿Cómo crees?- volví a andar.

- Pues eso.- reí por lo bajo y negué con la cabeza.

Llegamos a la Universidad y me dejó en las puertas del edificio de las habitaciones.

- Me ha encantado pasar tiempo contigo, Rubén, lo había echado mucho de menos.

- Yo también, sinceramente.- se rascó la nuca y agachó la cabeza.

Le abracé por la cintura y él me devolvió el abrazo al instante.

- Nos vemos pasado mañana.

- Por supuesto.- me giré sobre mis talones y empecé a andar lentamente.- ¡______! ¡Espera!

- ¿Si?- volví a girarme y me acerqué a él.

- Perdí tu número, ¿me lo das?

- Claro.

- Toma.- me dio su teléfono y yo apunté mi número en su agenda, me agregué como "______ La Mas Guapa UwU". Al ver el nombre, sonrió y negó con la cabeza.- Pero que tonta.

- Sí soy.- asentí, orgullosa.

- Anda, vete a descansar, que veo que lo necesitas...

- Vaaale...- me quejé y rodé los ojos. Le di otro beso en la mejilla y esta vez, si pude entrar en los dormitorios.

Cuando llegué a la mía no había nadie, como había supuesto al recordar el mensaje de Alex. 

Me puse una ropa más cómoda y miré el reloj de mi teléfono, las 16h, no era mala hora para echarme una cabezadita... Me tumbé en la cama, y cuando menos me di cuenta ya había caído redonda.

Te odio... - Alexby y tú © [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora