✨𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖔𝖘:✨

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Me despertó la voz de la azafata.

- Pasajeros, el avión está apunto de aterrizar. Por favor, manténganse en sus asientos y abróchense los cinturones, gracias.- colgó el micrófono.

Me desperecé, me quité los auriculares y bostecé mientras miraba por la ventana. Ya estábamos sobrevolando las calles, casas y autopistas de Madrid, y era más grande de lo que me pensaba.

Finalmente aterrizamos y salí del avión para ir a recoger mi maleta. Pedí un taxi y me dirigí a la Universidad.

¿No os pasa que cuando estáis nerviosos y emocionados, os duele un poco la tripa? Pues así me sentía yo, sentía como si miles y millones de mariposas revoloteasen súper rápido dentro de mi estómago.

Llegué a mi destino y entré, temblando. Sinceramente no sabía porque estaba tan nerviosa. Podía ser por empezar una nueva vida en la ciudad de donde me fui muchísimos años atrás.

Me acerqué a una mesita, donde una mujer de unos 40 años mascaba chicle de una manera muy exagerada y miraba fijamente al ordenador.

- Hola.- saludé, pero ni se inmutó, así que decidí volver a repetirlo.- ¿Hola?- esta vez si me hizo caso y se bajó las gafas, mirándome por encima de estas.

- ¿Si?

- M-Me llamo ______  ______, te-tengo una plaza aquí para hacer el primer año de Universidad.- sonreí para calmarme un poco internamente. Ella solo se dignó a volver a mirar su pantalla y teclear las letras de mi nombre.

- ______...- susurró.- ¿Magisterio?

- Exactamente.- asentí.

- Muy bien...- volvió a teclear.- Vale, también tienes una habitación asignada, ¿no?- preguntó sin apartar su mirada de la pantalla.

- Así es.

- Vale, recuerda que las habitaciones son mixtas, así que posiblemente te toque con un chico.

- E-Eh... Vale vale, sin ningún problema.

- Pues muy bien.- abrió un cajón y rebuscó entre un montón de llaves, hasta que finalmente encontró la que buscaba y la puso encima de la mesa.- Habitación 273.

- Muchas gracias.- cogí la llave y me giré.

- ¡Espera!- volví a girarme hacia ella, extrañada.- Toma.- me ofreció un panfleto.- Aquí tienes un folleto donde hay un plano de los edificios, así no te pierdes.

- Gracias otra vez.- le sonreí y abrí el papel. Seguí las indicaciones y llegué hasta las habitaciones.

Finalmente llegué hasta mi habitación, la abrí y entré.

Era pequeña pero agradable. Justo en frente había dos camas dobles, y entre estas una pequeña mesita de noche con una lámpara. A la derecha había una puerta, toda blanca. Me acerqué a esta y la abrí, era el baño. Y en el lado contrario de esta puerta había un armario bastante grande. 

Dejé las maletas al lado de la cama de la derecha y me desplomé en esta. Miré el techo durante un buen rato, y llegué a la conclusión de que necesitaba darme una ducha.

Me levanté y abrí una de las maletas, cogí mi ropa interior (tenía pensado vestirme al salir del baño), champú, gel, mascarilla, toallas... Bueno, todo lo necesario para ducharme. Me metí en el baño y cerré la puerta.

Me duché y me rodeé el cuerpo con una toalla. Me peiné, me sequé y me vestí, para después salir del baño.

- ¡O-OH, DIOS!- me metí en el baño y cerré la puerta de un golpe. 

- ¡Buenoo!- escuché que se reía alguien. 

Por favor, no me digas que era él...

Narra Alex:

- Habitación 273.- me dio una llave y volvió a mirar a la pantalla del ordenador.

- Muchas gracias.- y me dirigí a las habitaciones.

Entré en la que me había tocado y parecía que ya había llegado mi compañero de habitación. O más bien dicho, compañera, porque una de sus cuatro maletas estaba abierta y vi... Un sujetador. Reí por lo bajo y me senté en la cama de la izquierda. Escuché que se estaba duchando, de repente el grifo se paró y a los 5 minutos salió una chica preciosa en ropa interior.

- ¡O-OH, DIOS!- se volvió a meter en el baño y cerró la puerta de un golpe.

- ¡Buenoo!- reí otra vez. 

- E-eh... ¡¿Po-Podrías irte un momento?!- escuché que preguntaba.

- ¿Para qué?- me hice el tonto.

- P-Pues... ¡¿Para que me pueda cambiar?!

- ¿Y por qué no te cambias aquí?

- ¡Vete, joder!- su tono parecía cabreado.

- Joder, vale.- me levanté de la cama y salí de la habitación. Rodé los ojos al cerrar la puerta, esa chica era preciosa y estaba buenísima, por lo poco que vi, pero parecía súper borde. Ignorando eso... ¿La había visto en otro sitio? ¿O era nueva en Madrid?

Narra ______:

- Joder, vale.- escuché unos pasos y después como la puerta se cerraba. Asomé solamente la cabeza para comprobar si se había ido de verdad, y así era.

Respiré hondo y corrí hasta mi maleta abierta.

- ¡Mierda!- pensé al ver como sobresalía uno de mis sujetadores. Lo escondí y cogí algo de ropa.- ¡Y mierda otra vez!- volví a pensar al ver con quien me había tocado de compañero de habitación. Era nada más y nada menos que Alejandro Bravo, el chico que me hizo bullying durante casi toda la primaria.

Me vestí y cerré la maleta.

- ¡Y-Ya puedes pasar!

Volvió a entrar y aparté rápidamente la mirada de la puerta.

- Oye, ¿yo a ti te conozco?- me preguntó. Yo solo me senté en mi cama y me dediqué a mirar al suelo, callada.

- Sí, deberías.- le miré a los ojos, algo cabreada.

- ¿Enserio? Porque estoy rayadísimo. No me suenas de nada pero a la vez sé que te conozco de algo...

Te odio... - Alexby y tú © [𝚃𝙴𝚁𝙼𝙸𝙽𝙰𝙳𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora