Capítulo XXXI

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Advertencia: este capítulo contiene violencia explícita, puede ser sensible para algunas personas, leer bajo criterio.


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La desagradable alarma de su teléfono celular lo hizo despertarse, abriendo torpemente sus orbes azules y estirando su pequeño cuerpo.

Estaba tan cómodo que pensar en levantarse era una tortura, más aún si el cuerpo caliente de su alfa lo estaba abrazando con fuerzas desde atrás. Ambos estaban en la casa del menor, siendo fin de semana el alfa no tuvo problemas para hospedarse esa noche en la casa de los Tomlinson.

La alarma continuó sonando y esta vez el alfa de rizos despertó, estirando su cuerpo y enterrando su nariz en la nuca del omega, oliendo y deleitándose con su increíble dulce aroma.

Si Louis olía así de dulce por estar embarazado, a Harry se le hacía genial la idea de que no se desembarazara nunca.

Lamentablemente la hora de estar en la cama llegó a su fin, aquella alarma tenía un fin, un propósito de haberlos despertado a ambos temprano un sábado. Louis tenía control con el ginecólogo para saber más sobre su embarazo. El alfa fue el que insistió acerca de llevarlo a médico después de que se enteró del embarazo, una semana después para ser exactos, ya que ninguno de los dos sabía con certeza como dedicarle tiempo a un omega en cinta y mucho menos los cuidados correspondientes.

Además que el rizado estaba preocupado de la salud tanto de Louis como de su próximo cachorro o cachorra. Por supuesto que Louis no le había tomado tanta importancia a ir porque jamás le agradó que alguien husmeara en sus zonas íntimas, y además creía que su hijo no tenía más de un mes y que no era cien por ciento necesario.

 Como era de esperarse el alfa ganó la discusión y hoy el omega tenía control.

- Amor ya, recuerda que tenemos hora - dijo el alfa, estirando por última vez sus músculos y besando el cuello de su bebé, levantándose rápidamente de la cama con un enérgico salto. Louis solo emitió quejidos de cansancio.

Harry rodó los ojos.

- Bebé levántate, es importante esto...

Solo quejidos...

- Por favor omega precioso, por mi ¿sí? - dijo el rizado, acercando su boca y besando la nariz de botón de su amado. - Y prometo que... te llevaré a comer lo que tu quieras después.

Y como un rayo Louis salió de la comodidad de las sabanas para correr al baño de su habitación, el alfa pensó que lo había convencido, pero luego de escuchar las arcadas y el sonido de gotas cayendo al agua supo que Louis solo corrió porque quería vomitar como se había hecho costumbre.

El ojiverde suspiró y siguió a su adolorido y somnoliento omega al baño.

- Nuestro bebé fue más eficaz que yo para lograr levantarte - comento el más alto.

- No es gracioso - dijo con dificultad el menor de ambos y volvió a escupir algunos restos de la cena de ayer.

- Lo siento amor... - se disculpó mientras sobaba delicadamente la espalda del omega, esperando que todo lo malo saliera luego.

- Ya es todo - dijo el afectado luego de unos minutos en esa posición, logró ponerse de pie y lavar su rostro y boca en el lavamanos de su baño.

- Me meteré a bañar amor, mientras tu vístete, sé que te bañaste ayer, así que no es necesario que lo vuelvas a hacer.

- Bueno amor.

Trauma [Omegaverse] Larry StylinsonWhere stories live. Discover now