Trauma [Omegaverse] Larry Stylinson

Capítulo II

- Hola buenas, disculpa si mi hijo no responde, no es un buen día para él - dijo su mamá objetando a su hijo por no responder el amable saludo de Harry

- Simplemente ya no hay buenos - Dijo Louis secamente.

- No se preocupe señora, estoy aquí para ayudar, tomen asiento - dijo amablemente Harry, sonriéndole a ambos.

- Gracias.

Harry no entendía por qué su mirada divagaba tantas veces al espacio de el omega sentado frente a él.

Después de un procedimiento de rutina, tomando dirección y número telefónico del adulto legalmente a cargo de él omega, procedió a seguir como normalmente lo hace.

- Ahora señora Johanna, viene la parte privada, le voy a pedir amablemente que salga de la sala para poder hablar con su hijo y que no se vea afectado por su presencia, es rutinario y no tiene de qué preocuparse, por favor - pidió muy amable, entendiendo que a ella le era difícil concebir dejar solo a su hijo con un alfa después de lo que le pasó a su hijo. 

- Confío en usted, por algo lo escogí, es un alfa joven y de buen expediente - dijo sonriendo levemente.

- Me alga, muchas gracias.

- Te dejaré con el doctor mi vida.

- Harry - interrumpió amistoso.

Johannah sonrió por eso.

- Te dejaré con Harry para que conversen ¿ya? llámame cualquier cosa que necesites - le dijo a su hijo y besó su frente poniéndose de pie.

-Bueno mamá.

Su voz es muy dulce.

Una vez salió la madre de el omega, el lugar cambió de atmosfera levemente, notándose una tensión en Louis por estar solo con un alfa en una sala. Harry podía oler la preocupación de Louis.

Pero Louis no podía oler al alfa frente a él. Harry usaba supresores de olor para evitar incomodar a sus clientes, ya que en su mayoría eran omegas.

- No tienes de que preocuparte, no estoy aquí para hacerte daño, muy por el contrario, quiero ayudarte - dijo sonriéndole y mostrando a gusto unos bellos hoyuelos en sus mejillas.

- Está bien.

- ¿Quieres que pasemos al sofá? es más cómodo - dijo poniéndose de pie para caminar hacia el sofá que estaba a espaldas de Louis.

Louis asintió y se puso de pie para seguir a Harry.

La diferencia de portes sorprendió a Louis, con su metro sesenta y cinco no le llegaba ni al hombro al alfa de metro ochenta y tantos.

¿Qué edad tendrá? no se ve tan viejo. pensó Louis y se sorprendió porque era el primer pensamiento claro y no desgarrador que aparecía en su mente desde hace lo ocurrido.

- Ven aquí, toma asiento, ¿gustas un café o un té? - preguntó amablemente el psiquiatra.

- No gracias, estoy bien así - soltó en seco, aún le incomodaba ligeramente estar con un alfa tan grande muy cerca de él.

En realidad, le incomodaban (por no decir temer) todos los alfas que olía cerca de él.

- Bien, hablemos de ti, quiero ayudarte, ¿Cómo te sientes? - cuestionó amigable, sin sonar autoritario.

- ¿Qué edad tienes? - preguntó Louis y se sorprendió por no mantener esa pregunta en su mente.

Harry quedó levemente sorprendido también.