Capítulo 45

2K 120 3
                                    


Llegamos a un campo muy hermoso, solitario y fresco, organizamos nuestra manta con las demás cosas, nos sentamos y empezamos a beber vino en silencio, el sonido de los pájaros y el viento jugando con los árboles era suficiente. Saco mi teléfono y tomo varias fotos de Ian, el paisaje, la comida y finalmente de nosotros dos, nos veíamos tan felices, tan relajados.

-Me gusta estar así contigo- admite él de primero -eres todo lo que quiero en este momento de mi vida, te quiero en ella, quiero pasar más momentos así, viajar juntos, tener nuevas experiencias... No te quiero perder de nuevo- me lanzo encima suyo para llenarlo de besos, se ha vuelto mi mejor forma de evadir situaciones difíciles con Ian.

-Me encanta todo esto, creo que nunca había tenido un picnic- digo con tono alegre. En su cara se notó la decepción al no obtener una respuesta de mi parte.

-Estoy feliz de que te agrade- intenta cambiar su tono -mira- me extiende una fresa cubierta de chocolate. Empezamos a comer de a poco mientras hablamos de tonterías, cuando ya mi barriga no daba para más  nos acostamos a ver el cielo.

Estaba tan relajada que poco a poco se me fueron cerrando los ojos hasta que me quedé profundamente dormida. Después de un rato empecé a sentir caricias en mi rostro, luego en mi cabello y brazo, abro los ojos lentamente encontrándome frente a frente con Ian.

-¿Dormí mucho?- pregunto apenada.

-No- sonríe, siento una vibra extraña pero no le presto atención. Nos quedamos un rato más, hasta que el cielo se puso oscuro y alertó una gran tormenta.

De camino a casa ninguno dijo una palabra, sentía la necesidad de decirle que me tendría que ir en 4 días, pero no tenia el valor, no me salían las palabras de la boca; mientras estuve con Ana cambié el tiquete de ida para poder irme desde el aeropuerto de aquí, pero al hacerlo tuvo que adelantarse dos días.

-Estaba pensado en como organizar mi cabello para la boda- decido romper por fin el silencio pero con un tema muy distinto al que había pensado -¿cómo crees que quede mejor, suelto o recogido?

-De las dos formas me gusta, pero si es para el vestido que esta en la habitación, creo que esta mejor suelto- dice sin emoción alguna.

-¿Viste mi vestido? Eso es trampa- sonríe.

-Me generaba curiosidad, lo siento- me resigno a la idea de que no sea una sorpresa.

-Está bien, ya nada se puede hacer... Mañana tengo la cita en el salón super temprano ¿me acompañas?- pregunto sonriente, no quiero salir de casa sola.

-Sí, claro- con ello murió la conversación, prefiero cerrar los ojos y relajarme un poco hasta llegar a casa. Siento como frena el auto del todo, abro los ojos y ya nos encontramos dentro del edificio, intento agarrar las cosas que traíamos pero Ian me para -déjalo, alguien lo saca después- sale del auto y abre mi puerta.

-Gracias caballero- espero a que la vuelva a cerrar para empezar a caminar hacia el elevador -¿quieres que prepare la cena?- pregunto emocionada, ya estaba imaginando que podría hacer, estos últimos años he mejorado mucho en la cocina.

-No puedo acompañarte, le preparamos algo al prometido de Ana esta noche- ¿qué? Hubiera sido lindo que me avisara antes.

-¿Y Anastasia?- si le hicieron algo y no me invitaron me molestaría mucho.

-Ella no quiso nada, supongo que se quedará en casa, si quieres puedes ir con ella- ruedo los ojos y al llegar al departamento me voy directo a la habitación, me ducho rápido, cambio mi ropa y llamo a mi hermosa amiga para saber si puedo ir -¿te vas ya?- pregunta con el ceño fruncido.

-Sí- no me tardé ni media hora en estar lista de nuevo.

-¿Por qué tan rápido?- me agarra de la mano, evitando que siga mi camino.

-Porque si, además parece que quieres estar con cualquier otra persona menos conmigo- me suelto de su agarre y salgo casi corriendo. En el ascensor pensé lo que había acabado de hacer y no me lo creí, fue un impulso tonto.

Ana vive en una casa hermosa, un una buena zona, tranquila y solitaria, sus gustos son tan distintos a los de su hermano, por todo el tiempo que llevo en la ciudad esta es la primera vez que me siento en casa.

-Todo es hermoso- comento sobre el hogar de mi casi cuñada.

-¿Te parece? No queríamos nada excéntrico, ya sabes, como Ian o nuestros padres. Jaymes no está acostumbrado a todo eso- explica el porqué del diseño de su hogar.

-Me parece todo muy hermoso... ¿Cómo te sientes? ¿estás nerviosa?- pregunto expectante, a este punto ya ni se si me quiero casar, pero igual me hace feliz que Ana lo haga.

-Con decirte que anoche no pude dormir, estoy super emocionada, quiero que todo salga perfecto, aunque bueno, con mi madre organizando todo es muy poco probable que pase algo extraordinario- siento nostalgia al saber que nunca hubiera podido experimentar eso, de tener una madre presente que te ayude con todo.

-Seguro todo va a estar en orden- empezamos a tomar un poco de vino mientras hablábamos de la boda, las canciones, las decoraciones y todo los preparativos.

-En otras noticias ¿Cómo vas con Ian?- ahora mismo ni yo se como estamos.

-No lo se Ana, hoy tuvo un detalle hermoso, preparó un picnic en un lugar super lindo y me dijo un montón de cosas románticas... No recuerdo que fuera así o no se si es solo su esfuerzo para que las cosas sean distintas esta vez- mi amiga alza las cejas ante mi comentario.

-Pues yo tampoco sabia que podía tener ideas tan creativas... Igual, desde que se encontraron de nuevo todo ha sido diferente, ya sabes, no eres de su propiedad...

-Si, lo sé, todo ha sido muy normal, pero aunque me sienta bien con él creo que no estoy lista para estar en una relación, tengo muchas cosas encima, también muchas cosas influyen- pienso en todo lo que me espera cuando vuelva a Brisbane.

-No me vayas a salir con que la distancia es un problema, sabes que mi hermano esta tan loco que podría viajar a verte cada fin de semana- honestamente no quiero pensar en nada de eso, ya veremos que hacer en un futuro.

-Si, se cuales son sus alcances- antes de que pueda decir otra cosa, suena mi móvil.

-Hola ¿Qué pasa?- pregunto en seco

-Necesito ayuda- por el tono de su voz, se que Ian se encuentra totalmente borracho

-¿Que tienes? ¿Dónde estás?- estaría preocupada si se tratara de un escuincle debilucho, pero por favor, es Ian.

-Me salí del bar y empecé a caminar, ya no se donde estoy, creo que ya me robaron- dios mío, parece un niño pequeño -no encuentro mi billetera

-Mándame tu ubicación y voy por ti- le aviso antes de colgar

-¿Qué pasó?- pregunta Anastasia.

-Tu hermano se salió del bar, esta demasiado borracho y ya no sabe dónde está, además cree que lo robaron porque no encuentra la billetera pero si tiene el móvil.

-Vaya... Llévate mi auto si quieres, Ian lo trae después- se levanta del sofá y me pasa sus llaves.

-Gracias, nos vemos mañana, intenta descansar- me despido con un abrazo y salgo salgo busca de su auto, Thomas me enseñó a manejar, sin embargo casi nunca lo hago.

Respiro profundo y emprendo mi camino con nervios, Ian no estaba tan lejos realmente, bajo del auto y me dirijo hacia el, está sentado en una banquito con la camina abierta, el cabello desorganizado, con el teléfono en una mano y su billetera en la otra. El alcohol hace cosas muy raras.

Volver A EmpezarWhere stories live. Discover now