Capítulo 46

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-¡Hey!- saluda avergonzado -lo siento, no quería molestarte, hace mucho no bebía tanto- agarro sus cosas y le ayudo a levantarse.

-No eres molestia Ian- con mucho esfuerzo logro subirlo al auto, este hombre pesa demasiado; en todo el camino a casa estuvo dormido, más bien muerto -oye, despierta, ya llegamos- despierta con mejor semblante.

-Me siento muy mal, creo que voy a vomitar- dice mientras sale del auto y se encamina al elevador.

Al llegar al departamento lo llevo al baño, allí vomita como por 15 minutos y luego lo meto a la tina para que se de un baño, a pesar de que es horrible limpiar vomito y todo eso, siento lindo cuidar de Ian.

-Voy a preparar algo de comer, quédate ahí otro rato, ya vuelvo- asiente con su linda cabecita, haré el consomé estrella de Erik para las resacas.

Busco pollo en el congelador y algunas verduras, las corto en rodajas mientras se descongela la pechuga en el horno microondas; después de un rato, retiro el pollo del caldo y lo desmenuzo, créanme, esto es espectacular, le levanta en ánimo a cualquiera. Estoy tan concentrada con el pollo que no me doy cuenta cuando Ian llega con únicamente una toalla envuelta en su cintura.

-Hola- me braza por la espalda, huele a shampoo y menta.

-Hola amor- me castigo mentalmente por decirle así -ya va a estar tu comida- me llena de castos besos el cuello y se retira, después de otros largos minutos, sirvo dos platos y los llevo a la mesa, donde me espera paciente un hombre semidesnudo -con esto te vas a sentir aun mejor- medio sonríe y se dispone a comer.

-Gracias Maggie, estaba muy bueno- lo volteo a mirar seria, no esperaba que me llamara por mi nombre completo -¿puedo recoger tu plato?- asiento despacio sin dejar de mirarlo extrañada, los lleva al lavaplatos y lo pone a funcionar para luego ir a la habitación sin decir nada más. Espero un rato sentada mientras reviso las noticias de Australia en el teléfono, pero el sueño y cansancio acumulado del día se empieza a notar, al entrar al cuarto esta todo apagado, por lo que entro en silencio al baño y me cambio de ropa allí, me lavo el rostro, me cepillo los dientes y recojo mi cabello en una coleta suelta, apago la luz y voy a la cama en plena oscuridad.

La noche está demasiado fría por lo que no logro quedarme dormida, así que decido abrazar a Ian por la espalda, me recibe con gusto acariciando mi brazo.

-Creo que algo dentro de mi nunca va a poder superarte- admito casi en un susurro, sin saber si obtendré una respuesta de su parte.

-¿Por qué razón tendrías que superarme?- me contesta en el mismo tono sin moverse de lugar y sin dejar sus caricias.

-No se, nunca empezamos como debería, siempre hay algo que nos limita- el silencio vuelve a ser el protagonista en la oscura habitación.

-Me he esforzado mucho todos estos años, sin saber si volvería a verte, porque si así hubiera sido, no quería ser esa persona que recordabas con odio y si no te encontraba nunca, al menos no sería una mala persona con los demás- hace una pausa -me deshice de muchas cosas, intenté ser una persona más normal, menos posesiva, no quiero que ni tu ni nadie se sienta como un ave en cautiverio a mi lado- sus palabras hacen que sienta que mi pecho es un lugar muy pequeño para mi corazón. Me quedo en silencio no se que decir al respecto -pero siento que esos esfuerzos y todo lo que he dejado atrás no han servido de nada, entonces no se si te gustaba más el hijo de puta de antes- mierda...

-Ian, yo no se que decirte- suspira profundo y se retira de mi agarre, se levanta de la cama y se va de la habitación. Mierda, mierda, mierda, soy experta arruinando todo.

Pude dormirme muy tarde en la madrugada, casi que pude ver el amanecer, a lo lejos escucho el sonido de mi despertador, pero no tengo la fuerza suficiente para levantarme todavía, los ojos me pesan y me duele mucho la cabeza, estuve al rededor de una hora en la misma pose, hasta que me obligué a seguir con el itinerario del día. Voy por algo de comer y me encuentro completamente sola, suspiro profundo un poco triste, agarro una manzana y vuelvo a la habitación para empezar a organizarme y poder salir al salón de belleza.

Volví al departamento una hora antes de que empezara la ceremonia, con el tiempo exacto para ponerme el vestido y los tacones, antes de poder pedir un Uber, Ian me avisa que alguien viene en camino por mi, ni siquiera pregunta como estoy. Bajo ya lista al lobby del edificio y espero un momento hasta que un hombre se acerca a mi.

-Señorita Lambert, acompáñeme, el auto está afuera- me guía hasta un auto que nunca le había visto a Ian, por lo que me causa un poco de desconfianza.

-¿Quien es usted?- pregunto antes de subir.

-Soy el jefe de seguridad de la compañía- contesta seco mientras espera que entre al auto.

-Tenía entendido que Ian ya no tenía seguridad, ni choferes, ni nada de eso- estoy a punto de salir corriendo.

-Sí, para los demás es así, pero no podría esperar que un hombre con tanto dinero, una gran compañía y poder ande solo por la ciudad, cada uno de su circulo familiar tiene un guarda espalda, que no lo sepan, es algo muy diferente... ¿Ya puede subir al auto?- esto es algo muy del estilo de Ian, así que finalmente subo al auto.

-¿Cuando se refiere a todos...?- pregunto con curiosidad.

-Sí, todos, la señorita Anastasia, su esposo, su madre, su hermano, la esposa de su hermano, TODOS- que interesante. El resto del camino preferí callar, el fortachón tampoco tenia muchas ganas de hablar conmigo. 

Al llegar de la ceremonia a la celebración me encuentro con un ambiente hermoso, parecía el cielo, todo demasiado romántico y perfecto, el sueño de cualquier mujer que se quiera casar, me guían hasta la mesa de familiares, donde están los padres de Ana, ella y su esposo se encuentran saludando a los invitados.

-Hola ¿Cómo están?- saludo cordialmente.

-Hola Maggie, nos alegra verte, pensé que estabas con Ian- dice su madre.

-¡Oh! yo pensé que ustedes estaban con el, no lo vi en la ceremonia- nos quedamos callados.

-Seguramente solo fue eso, no lo vimos, no creo que se pudiera perder la ceremonia de su hermana- les sonrío y procedo a sentarme, tengo vista a todo el lugar, la mesa de dulces, la mesa salada, la pista de baile, el pastel, el bar y cada una de las mesas. Empiezan a tocar música en vivo no muy fuerte pero parece que me envolviera en ella y el ruido de las personas desapareciera, en mi pecho comienza a crecer un sentimiento extraño, tristeza con felicidad.

Veo que extienden una copa hacia mi, lo cual me saca de mi trance, era Ian con semblante serio, la toma para que pueda sentarse a mi lado.

-Hola... ¿Dónde estabas?- pregunto en tono bajo para que sus padres no escuchen.

-Resolviendo un problema en el trabajo- contesta de igual forma.

-¿Por qué no me dijiste que seguías teniendo tanta seguridad?- solo tengo curiosidad, no me enoja el hecho de que me lo ocultara.

-No quería que te sintieras rara o que pensaras que te iba a raptar, algo como eso- le da un sorbo a su vino y lo deja de nuevo en la mesa. Lo observo detenidamente esperando algo de vuelta, pero no lo hace, solo mira al rededor.  

    

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