Capítulo 49

1.7K 116 2
                                    


Ian y yo despertamos temprano, se nos notaba lo bajoneados que estábamos, pero ya los dos lo habíamos aceptado, que me vaya no significa que ocasionalmente podamos vernos, no tendremos una relación, pero puede ser bueno, hasta que algún día podamos pasar de pagina.

-Voy a buscar tu ropa limpia en el cuarto de levado- me estaba ayudando a empacar la maleta de forma que quepa todo, ya que mientras estuve por estos lados adquirí una que otra prenda que no pienso dejar -¿quieres comer algo antes del vuelo?- pregunta al volver con una canasta.

-Sí, me encantaría- después de un largo rato, podemos meter las maletas al auto e ir por el almuerzo -¿crees que con una diferencia horaria de 14 horas, podremos hablar en algún momento?- creo que estoy nerviosa, así que empiezo a decir tontadas.

-Vamos a hacer el esfuerzo- contesta con dulzura, paramos en un restaurante cerca al aeropuerto, antes no lo había notado, pero Ian observa detenidamente el lugar como por dos minutos antes de entrar en el establecimiento, cosas de paranoicos.

-¿Qué desea ordenar esta pareja tan bonita?- nos atiende una señora de edad. Ambos pedimos el especial de la casa, ya que no teníamos mucho apetito y lo demás no nos llamaba tanto la atención. Mientras esperábamos y después de comer, nos quedamos hablando un rato de lo poco que habíamos alcanzado a hacer.

-Créeme que he estado en varias situaciones feas, pero la primera vez que te vi en la boda de mi amiga, quería que se abriera la tierra y me tragara- reímos.

-Maggie, recuerdo que estabas tan hermosa, con esa carita de enojada- ruedo los ojos.

-Ush, hasta este momento se me había olvidado todo lo del idiota de Thomas, lo único que no quiero hacer al volver a casa es tener que verlo- sonríe.

-No lo necesitas para nada, eres muy capaz de todo, si me llegas a necesitar no dudes en decirme- nos tomamos de las manos mientras nos observamos con una expresión nostálgica -bueno, creo que ya es hora- paga la cuenta y volvemos al auto.

Hacemos el check-in, se llevan mis maletas a la bodega y nos indican por donde ir para llegar a la sala de abordaje, no soltamos nuestras manos hasta el último momento.

-No te vayas- me ruega Ian con los ojos llorosos, respiro profundo para no largarme a llorar.

-No puedo- lo abrazo muy fuerte, quisiera que se pegara a mi por siempre, así me lo podría llevar -gracias por todo, pase unos días increíbles a tu lado.

-Pudieron ser mejores- dice con tristeza.

-Para mi fue suficiente, no pido más... Te volví a ver, a Ana también, estuve en dos bodas, peleamos, nos arreglamos, hicimos cosas muy lindas... Fue perfecto- toma mi rostro y me da un beso.

-Te amo- dice casi en un susurro.

-Yo a ti- le doy muchos besos al rededor de su cara antes de nuestro abrazo final -te voy a extrañar mucho- limpio rápido las lagrimas que se lograron escapar.

-No te imaginas lo mucho que te voy a extrañar yo- suspiramos, nos damos un beso y nos separamos, no pensé que despedirnos iba a ser tan difícil. Comienzo a caminar sin mirar atrás, no quiero tener la tentación de volver y no irme, hacen todo el protocolo, me requisan, revisan mi bolso de mano y me indican el numero de la sala. Me siento a esperar a que llamen a abordar el avión, mientras tanto le escribo unos mensaje a Ana y Natt, quiero estar en contacto con ellas lo más que se pueda. 

El maldito vuelo se me hizo eterno, dormí una horas, vi 4 una películas, leí una revista completa, comí todas las veces que pasaron a ofrecer, me levante a estirar las piernas como 3 veces y volví a dormir un rato. Cuando por fin aterrizamos, tuve que esperar casi 30 minutos a que apareciera mi maleta, salí a tomar el taxi en el mismo lugar al que fui la primera vez que estuve aquí, y como si fuera un mal chiste, esta vez tampoco sabía a donde ir. La opción segura es la casa de Erik, tengo las llaves de todos modos.

-¿Que mierda? ¿por qué llegas así loca?- estaba en la sala viendo televisión.

-Después de un puto día en u avión, así me recibes- digo con notable cansancio -¿qué haces en casa?  

-Pues, es mi casa- dice mientras me ayuda con mi maleta -siéntate ¿quieres algo?

-Quiero dormir nada más- sonrío.

-¿Qué te pasa? Estás triste- mi sonrisa se borra y es reemplazada por llanto -¿te hizo algo Thomas? ¿peleaste con Natt?- me conoce bien.

-Mi vida se fue a la mierda Erik- frunce el ceño -ya no estoy con Thomas, me encontré de nuevo con un ex y básicamente a nadie le he podido contar... Esto me va a matar- digo entre sollozos -es como si un poder divino se interpusiera en todo lo que hago, todo lo que me pasa- se acerca a mi y me abraza fuerte.

-¿Sabes? es mejor que descanses y me cuentas luego- se levanta y lleva mi maleta a una habitación -quédate aquí mientras lo necesites, sabes que cuentas conmigo para lo que sea que necesites, soy tu polo a tierra princesa. 

Le hago caso a sus ordenes, me cambio de ropa y me acuesto a dormir hasta que mi cuerpo se acostumbre nuevamente a esta zona horaria.

Tocan la puerta de la casa, al abrirla Ian estaba del otro lado, lo observo sorprendida e inmensamente feliz, no puedo creer que haya venido tras de mi.

-¿Qué es todo esto?- pregunto al ver que tiene maletas.

-Decidí venir a vivir contigo, hemos estado mucho tiempo separados, no quiero pasar un día más lejos de ti- me levanta en un largo y fuerte abrazo, las lagrimas empiezan a salir de mis ojos como si fueran un río, nos besamos y miramos sonrientes, por fin nuestro sueño se haría realidad.

Me despierto sudorosa, también debo acostumbrarme a este calor infernal, suspiro triste al recordar mi sueño, espero que algún día, por más lejano que sea, se pueda llegar a cumplir.   

Volver A EmpezarWhere stories live. Discover now