Capítulo 53

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Maggie's POV

Desde que volví creo que se me olvidó lo que es dormir en paz, con tantos papeleos y cosas de la galería no me queda tiempo de nada, agradezco que estoy viviendo con Erik todavía, al menos tengo compañía y alguien que se encargue de la venta de esa maldita casa.

Pronto me sumí nuevamente en la rutina, a veces hablaba con Nat y Ana, en el tiempo que me quedaba intentaba dormir, pero mi ansiedad no me lo permite, por mi mente pasan muchas cosas, nunca recibí un mensaje de su parte, pero muy dentro de mi corazón tengo la esperanza de que aparezca.

-Escribele tu- dice Erik, no me di cuenta cuando agarré el móvil solo para verlo.

-¿De que hablas?- me hago la loca.

-Sabes perfectamente a que me refiero, cada que puedes te quejas porque no aparece, búscalo tu, pregúntale a su hermana por el, haz algo, no solo imagines que pasa en su vida- aunque he intentado autoconvencerme de que fue solo una aventura de vacaciones, mi corazón no me lo permite, no se que hacer con este mar de sentimientos.

-¿Cómo va la venta de la casa?- cambio de tema.

-Bien, creo que estos últimos si se van a quedar con ella... ¿Qué vas a hacer con el dinero?

-Voy a comprar un apartamento pequeño, no quiero más... Con el resto luego veo que hacer- sonríe, juro por Dios que si no tuviera a Erik, yo ya estaría loca.

-Me parece bien, también quiero mi comisión- reímos ante su comentario, claro que se la voy a dar, pero al momento fue gracioso.

-No se que hacer jaja, hace tiempo no tenía un día tan tranquilo- era viernes en la tarde, mi asistente se encargo de unos asuntos pendientes, por lo que pude volver a casa antes de lo esperado.

-No se si sea mucho tu ambiente, pero uno de los chicos de la Universidad me invito a unos conciertos de bandas alternativas, va a ser en un café en la noche ¿vienes?- no se si quedarme en casa descansando o salir a distraerme. Que difícil decisión.

-Vamos- hace muchísimo tiempo no iba a un evento así, la última vez fue cuando estaba empezando la universidad en Washington -¿que se supone que deba utilizar?- el resto de la tarde estuvimos probando diferentes outfits, cualquiera nos hubiera servido, pero las risas del momento valían la pena de seguir desfilando y diciendo payasadas.

-Listo- Erik iba con una chaqueta de cuero negra, una camisa blanca, jeans y unas botas de las rockeras.

-Lista- yo también tenia una chaqueta de cuero negra, con un buso delgado cuello tortuga, jeans oscuros y botas rockeras, el cabello atado en una coleta y una bolsa negra, según nosotros, bastante rudos.

Llegamos a un interesante café, como en un sótano, bastante grande, aun no había tantas personas por lo que pudimos tomar asiento en una mesita, pedimos un par de cervezas y nos dispusimos a ver las bandas tocar, así se nos fue toda la noche, entre risas, cervezas, nuevas personas y música.

-¿Tienes novio?- me pregunta uno de los estudiantes de Erik.

-No- grito para que me logre escuchar.

-¿Entonces por qué parece que esperaras la llamada de alguien, no has soltado el teléfono desde que llegamos- sonrío, lo hago inconscientemente.

-Realmente si esperaba una llamada o un mensaje, de mi ex... Han pasado ya dos meses- el chico abre los ojos sorprendido.

-¿Sabes que me funcionó a mi para superar a mi ex?- niego, obviamente -cambié el número de teléfono, así sabía que no había forma de que me pusiera contactar, fue lo único que me generó paz... Piénsalo- finaliza con una sonrisa enorme. Quizás sí sea una buena idea, lo pensaré.

En la madrugada Erik ya no pudo más, estaba doblado en una silla, se emborrachó hasta la conciencia.

-Vamos, no te hagas el difícil- con ayuda de alguien más, salimos del establecimiento para tomar un taxi -quédate quieto, voy a parar un coche- se sostiene de su alumno, que buen ejemplo es...

Un hombre alto, de cabello color negro y con el mismo perfume de Ian pasa por mi lado, mi instinto más natural es tomarlo del brazo para evitar que siga su camino.

-¿Ian?- voltea asustado -¡lo siento! Te confundí con alguien más- me disculpo, el joven sonríe y se va, ¿qué me está pasando? Siempre siento que lo veo, cada que vibra el móvil pienso que es el y me tiro de donde esté a mirar la pantalla... Esta estúpida fe que tengo me  tiene estancada, no podre seguir adelante si no me olvido de su existencia.

Sacudo mi cabeza y sigo en mis asuntos, en las únicas ocasiones que odio a Erik es cuando está borracho, parece un maldito animal. Con dificultad logramos llegar a casa, le quito las botas, la chaqueta y saco las cosas de sus bolsillos.

-Así te mereces dormir- no se si aún está en la capacidad de entender lo que le digo -si necesitas algo, grita- igual voy a estar pendiente de él. Respiro profundo antes de ir a mi habitación, me cambio de ropa y me aseo sin ningún afán mientras pienso muchas cosas, ¿debería dejar a un lado el amor que le sigo teniendo? ¿Lo debería buscar? ¿Y si le pregunto a Ana por el? Tampoco quiero parecer una loca acosadora... ¡Ya se! Voy a escribirle un simple "hola" y si no tengo respuesta mañana, cambio de chip, no me voy a permitir sufrir más por alguien que al parecer le da lo mismo tenerme a no tenerme, pero es experto con las palabras dulces y "convincentes"

-Malditos hombres- pienso antes de finalmente, poder dormir un poco.


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