Capítulo 3

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Esta mañana quede de encontrarme con Erik en nuestro café favorito, aunque está un poco lejos decido ir caminando, me gusta observar a las personas e imaginar si están de buen humor o de malas pulgas y porque

-preciosa como siempre- ruedo mis ojos ante su comentario, Erik es bastante guapo, es rubio, alto y de ojos claros -no me dijiste que Martha había comprado tu trabajo

-era una sorpresa- miento, la verdad es que estaba tan emocionada que se me olvido por completo -¿ya ordenaste?

-sí, pedí tu vomijugo y mi café- sonrío, el "vomijugo" es una bebida de color verde vómito, está hecha con verduras, frutas y yo no sé qué cosas más, pero juro que es delicioso, aunque ellos lo odian -tu vestido está muy lindo

-gracias Erik... ¿para qué me necesitabas hoy?- sonríe hasta que sus ojos quedan casi cerrados

-necesito que me acompañes a un almuerzo, no quiero ir solo, todos me caen mal- río delicadamente, a él no le agradan muchas personas

-¿y por qué vas si no te cae bien nadie?

-pues porque es el anuncio del compromiso de mi hermana- nos miramos a los ojos con semblante serio, el no soporta a su hermana y yo menos, es bastante hiperactiva

-¿van a estar tus padres?- ellos si me caen bien

-no, como siempre- hago una mueca de la cual él se burla -bueno ¿nos vamos ya?- abro mis ojos

-¿¡es hoy!?- asiente, no vine vestida para un almuerzo de compromiso ¿qué le pasa? ¿quiere que haga el ridículo? -debemos ir a mi casa primero, debo cambiarme de ropa

-así estas perfecta, es al aire libre, sabes cómo es ella, capaz y se lleva a sus perros, aparte de que ya vi el vestido que va a llevar, es prácticamente del mismo estilo que el tuyo

-peor aún, va a sentir que lo hice aposta- me rehúso a ir de esta manera

-eso no importa, vamos que se nos hace tarde- se toma su café en un segundo, deja un billete sobre la mesa, agarro mi jugo y nos vamos hacia su coche

-tu eres un caso aparte- digo sonriente, a pesar de que es molesto, estoy feliz de tener amigos como el, se preocupa por mí y me cumple los caprichos.

Llegamos justo a tiempo al lugar, todo está decorado al estilo de su hermana, los invitados están dando vueltas por toda la parte de afuera, hablan entre si y ríen escandalosamente, su hermana se acerca a nosotros con una sonrisa de oreja a oreja

-¡Maggie! Que dicha que estés aquí- me abraza tan fuerte que mi espalda traquea -hola hermano- sonríen

-hola Sarah- se abrazan delicadamente y por poco tiempo, ella puede llegar a ser muy ruda con el

-me gusta tu vestido- veo como Erik se escabulle mientras me deja sola con su hermana, es por esto que siempre me lleva a sus reuniones, para librarse de las charlas con su hermana

-gracias Sarah, el tuyo también me gusta- hablamos varios minutos más sobre moda y de su boda, está realmente emocionada, algún día me gustaría experimentarlo

-cariño, ya es hora de que los invitados tomen asiento- avisa su prometido

-está bien, fue un gusto hablar contigo Maggie, puedes sentarte en donde quieras- en la mesa caben al menos unas 30 personas, me hago al lado de Erik ya que no conozco a nadie más y no me quiero sentir MUY incomoda

-gracias por salvarme, nuevamente- volteo a verlo con una sonrisa en la cara, esto significa que me debe un favorcillo, miro para enfrente y me encuentro con unos ojos cafés observándome, mi sonrisa se vuelve más grande y mis mejillas se tornan de color carmesí lo cual provoca que en la boca del sujeto se forme una sexy curvatura -vamos Maggie, no coquetees en frente de mi- volteo a verlo con mis ojos abiertos como platos

-cállate- susurro entre dientes apenada

-¿qué te lo presente?- habla más duro esta vez, no solo tengo mis mejillas rojas, ahora es todo el rostro, no sé qué cara poner ¿porque me tiene que avergonzar justo en este momento?

-Erik basta, ya estoy sudando- le digo más cerca de su oído

-tienes razón, si esta guapo- ¡Dios mío! Empiezo a reír como una tonta, esta me la va a pagar, el hombre solo se dedica a sonreír y a prestar atención a lo que dice Erik

-familia y amigos- empieza a hablar Sarah, lo cual hace que todos se callen y le presten atención, nunca le voy a estar tan agradecida como ahora, intento pensar en otra cosa hasta que se me baje el rubor de la cara, respiro profundo y miro de reojo al individuo, el cual me sigue observando -gracias y disfruten- ¿en qué momento termino de hablar? Pareciera que con la pesadez de su mirada todo a mi alrededor desapareciera

-y bueno ¿ya son novios?- le doy una patada por debajo de la mesa, hace una mueca de dolor y se calla, el hombre ríe esta vez un poco más alto, decido concentrarme en la comida y no en el sexy caballero que tengo enfrente. Los invitados empezaron a hablar sobre asuntos políticos, económicos y de otro tipo de temas de los cuales evito opinar, pero de todos modos les presto mucha atención -se llama Thomas- Erik se dirige a mí, por un momento no la capto -¿no es así?- esta vez se dirige al otro hombre

-si- Dios mío, su voz es ronca y muy sexy

-¿le podrías dar tu numero? Lo que pasa es que ella es muy penosa- le entrega mi celular, ni siquiera vi en que momento me lo quito

-claro- contesta amablemente, mueve ágilmente sus dedos por la pantalla y seguido me lo devuelve

-gracias- vuelve a hablar Erik -su nombre es Maggie por si querías saberlo

-mucho gusto Maggie- mi nombre se escucha fenomenal cuando lo pronuncia

-el gusto es mío- esta vez si hablo yo, veo como se levanta, acomoda su traje y sonríe

-espero volverte a ver- se despide cordialmente, hasta que no veo que va en busca de Sarah no hablo

-me las vas a pagar idiota, estuve a punto de sufrir un colapso nervioso, que vergüenza- abanico mi rostro con una servilleta

-me lo agradecerás después- lo dice con tanta seguridad que me da risa, yo no estaré con alguien más en muchísimo tiempo.

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