Capítulo 43

4.6K 466 56
                                    

Nunca logré recordar como mi muerte sucedió, tampoco si es que había sufrido o no. Tuve que confiar en las palabras de Jack, en como relataba los sucesos con una pesadez descomunal.

-El auto tenía las luces apagadas, ¿cómo le llamas a esa gente? - decía- En fin, que estaba demasiado perdido y ni si quiera tenía control sobre su cuerpo, o su mente, puesto a que decía una cantidad de incoherencias increíble, y a penas podía mantenerse de pie, cuando lo interrogaron.

Escuchaba atentamente la historia que relataba el chico, que se mantuvo inmóvil frente a mi tumba, que ya comenzaba a bajar, mientras todos lloraban mi pérdida. No quería que lo viese, y hasta el día en que mi espíritu muera lo entenderé, estaba evitando mi sufrimiento, nadie debría asistir a su propio funeral, ¿acaso eso pasaba siempre? ¿acaso toda alma y espíritu veía como su cuerpo bajaba? ¿como se pudría por el resto de los años?

-¿Dónde estabas?-pregunté.

Jack se mantuvo en silencio durante unos cuantos segundos, quizás juntando fuerzas para hablar, ya que cuando comenzó, tartamudeó bastantes veces:

-Bueno, pensé que... cuando te separaste de tu cuerpo... Bueno, que lo seguirías, como lo habías hecho anteriormente, entonces... No sé, no... no quería que te asustaras aasí que...

-Espera...-Lo interumpi- ¿otras veces?

Jack levantó la cabeza, algo inseguro. Abrió la boca para decir algo, pero antes de lograrlo, se escucharon unos gritos que me helaron hasta... ¿hasta qué?¿mi corazón? ¿acaso seguía teniendo corazón? ¿pulmones? ¿un hígado?

Me apresuré hasta llegar tras unos matorrales, un lugar bastante alejado de donde todo estaba pasando. Encontré a Matt, con una postura imponente, aunque pude apreciar el miedo en su cara, y en frentre suya, al imbécil, con la cara roja de cólera, apretando los puños con fuerza, era enorme.

-Que te estoy mandando a la mierda- había dicho mi chico, sonreí, estaba cumpliendo su promesa.

El imbécil no contraatacó con palabras, agarró a mi chico por el jersey negro que traía puesto, atrayéndole con brusquedad hacia él, su cara lo decía todo, el odio, la ira y las ganas que tenía de matarlo, pero Matt no borró de su cara la satisfacción que esas palabras, que tanto tiempo querían salir, por fin lo habían hecho, mientras sus manos, tras su espalda, tiritaban frenéticamente.

El imbécil, porque no se me ocurre de otra forma que podría llamarle, alzó la mano para acestar un golpe en el lado de la cara que Matt tenía "sano".

Y mi chico no hizo nada para defenderse, simplemente cerró los ojos, esperando el golpe.

Como una presa espera la muerte.

Pero, por suerte el imbécil no alcanzó a tocar a Matt, en el momento justo llegó la pelirroja hiperactiva por la misma razón que yo, provocando la retirada del mastodonte, que miró por última vez al pelinegro con un odio descomunal, y después desapareció de su vida.

La chica le preguntó si estaba bien, sabía que Matt había sido mi único amigo, él simplemente le sonrió, le dió las gracias y volvió a donde estaban todos.

* * *

Me decidí, tras ver que Matt se encntraba bien, a volver con Jack, que se había quedado parado mirando como comenzaban los sepulteros a enterrar el sarcófago en el que se encontraba encerrado mi cuerpo.

Me quedé tras suya, pensativa. ¿A qué se refería con lo de las otras veces? ¿Acaso había muerto antes, y no me acordaba? ¿Y si despertaba mañana... viva?

El chico se dió media vuelta, mirándome con una pequeña sonrisa repleta de ternura, y a la vez algo de nostalgia.

Se acercó lentamente hasta quedar a una distancia casi inexistente de mi.

-Seis veces- dijo después de u nrato.

-¿Qué?

-Has muerto seis veces.

No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)Where stories live. Discover now