Capítulo 32

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-Quiero preguntarte algo... ¿Cómo puedes entrar a este lugar?- la Sra. Olsen se dirigió hacia Jack por primera vez.

-Porque no estoy muerto.-respondió él.- o sea... soy un espíritu, pero no estoy en el limbo, estaba aquí por una razón que se perdió hace cientos de años. A pesar de que mi cuerpo humano haya desaparecido de la faz de la tierra, la Luna no le permitió a mi espíritu morir, por lo que le dio un propósito, que pensé que era ser un guardián... ¿Pero cómo poder serlo si ningún niño sabe de mi existencia?

-Un espíritu olvidado...-dijo la Sra. Olsen con compasión y dulzura en su voz.- Bueno...- dió un pequeño aplauso tras unos minutos de silencio- Dónde dejé mis modales, ni si quiera conozco sus nombres.

-Jack y _____(tn)- respondí con una sonrisa, apuntándonos respectivamente.

Continuamos hablando de cosas varias, más que nada, la Sra. Olsen me especificaba las reglas implícitas que tenía el manicomio, lo exigentes que podían llegar a ser las monjas por no respetar el toque de queda, y cosas por el estilo.

También me contó el por qué de su estadía en ese lugar, hacía ya muchos años, la mujer tenía una vida normal, estaba casada, madre de dos hijos, una niña llamada Anís y un chico llamado Dariel. Pero su vida no estaba exactamente repleta de rosas, me dijo que desde siempre había podido ver seres que no eran de este mundo, muertos, espíritus, y demonios, y que éstos siempre la seguían.

-Ellos saben cuando puedes verlos y cuando no,-afirmó- por lo que cuando encuentran a alguien que los distinga, se aferran a esa persona para no ser olvidados, pero sin embargo, le transmiten toda su pena al vidente, y para qué te cuento con los demonios.

Asentía a cada palabra que decía la pobre mujer, escuchaba atentamente, sin siquiera soltar un suspiro.

-Nadie te prepara para éstas cosas... Tenía tanto miedo, cuando vivía con ellos...-algunas lágrimas se escaparon de sus ojos, cubrió sus labios con una mano por unos segundos para evitar llorar, y prosiguió- Nadie te dice que es lo que tienes que hacer, qué es lo correcto y lo incorrecto. Mi esposo pensaba que me había vuelto loca, no lo culpo, yo hubiese pensando lo mismo, pero ambos teníamos miedo, yo de ellos, él de quedarse solo con los niños, nunca fue buen padre, así que me mantuvo encerrada en la casa para que ellos no me atormentaran, pero podían entrar a la casa, ¿sabes?

》Mi esposo empezó a beber, yo a gritar más agudo... Los niños nos tenían miedo, ya no sabía que hacer. Empecé a ir a terapia, para ver si me podían ayudar... Me diagnosticaron con esquizofrenia ese mismo día, al igual que a ti. Le conté esto a André, mi esposo, pero...

La Sra. Olsen se quedó en silencio, con la boca abierta, luchando consigo misma para que las palabras salieran a la luz.

-¿Que sucedió?- pregunté intrigada.

-No pudo manejarlo, cuándo volví de mi quinta terapia, con unos regalos especiales para mis hijos ya era muy tarde... Se había conseguido un arma y ya iba a la mitad.-la voz de la mujer se resquebrajó- vi a mi pequeño Dariel tirado en el suelo, con dos balazos, uno en el pecho y el otro en la cabeza.

》"Lo siento" me dijo ese imbécil antes de dispararle a la menor, a mi dulce Anís. Murió al tocar el suelo... Pero mi esposo no me dejaría vivir una buena vida, sus manos no tocaron el arma en ningún momento... Me la colocó en la mano apuntándose, Dios estaba tan borracho.

》Se suicidó. Pero antes había llamado a la policía. Yo grité, me opuse, lloré... ¿Pero quién le iba a creer a una esquizofrenica deschabetada?

No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)Where stories live. Discover now