Capítulo 48

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El lado rapado de la muchacha había crecido de largo desde la última vez que hablé con ella, tenía unas ojeras hinchadas y negras, estaba mucho más delgada y dudo mucho que pasándola bien.

-¿Qué es eso?- inquirió.

-Después te digo, ve por Margot.

-¿Por qué no vas tú por ella?

-Porque estoy muerta- contesté cortante.

Los ojos de la demacrada muchacha se cristalizaron levemente, aun que su rostro no relajó la expresión de indiferencia.

-Ahora, por favor, Erika. Ve por la Sra. Olsen antes de que lo haga otra vez.

-Eso no puede pasar...-contraatacó antes de desaparecer de la ventana a paso acelerado.

En efecto, mi muerte se había mantenido como un secreto dentro del manicomio, probablemente porque las monjas no querían causar alguno que otro revuelto, por mas mínimo que fuera.

Mirar hacia atrás se había convertido en una de mis peores pesadillas, sabía que Jack estaba en peligro, estaba en peligro por mi culpa, ¿y si no funcionaba? ¿y si estaba equivocada? ¿Y si Jack...? No, aparté el pensamiento de mi cabeza, estaba "vivo", en una cierta manera, y si no me apresuraba, las cosas se pondrían mucho peor.

Escudriñé el interior del manicomio, estaba casi igual a como lo había dejado tras el día de mi muerte, un poco más oscuro, habían puesto una planta nueva, eran estupideces, pero extrañamente me hicieron pensar que esa era mi casa.

Erika y la Sra. Olsen llegaron al cabo de unos minutos, la joven muchacha empujando con energía la silla de ruedas, y la mujer de avanzada edad con la cara rota de pena.

-____(tn)..._dijo la Sra. Olsen con desilusión. Le aventuré una sonrisa que cordialmente fue devuelta.

-Necesito hablar con usted, es importante- aclaré. Desde el punto de vista de la anciana los niños no aparecían, Daniel estaba escondido tras mi espalda y la ventana era tan alta que Anís no podía verse aferrada a mis caderas.

-¿Eres tu?-inquirió con recelo.

-¿Quién más si no?

-Tu noviecito está en problemas-esta vez la que habló fue Erika- ¿Pero qué es eso?

-Un demonio- aseveró la mujer.

-¿Puede ayudarle?

-Si entra al recinto va a estar a salvo, y tu también pequeña.

-No puedo...

La vieja Sra. Olsen frunció el entrecejo, pensando en alguna carta escondida para que pudiese entrar.

Había empezado a nevar, Jack estaba haciendo uso extremo de sus poderes y aún así no era suficiente. Dirigí una mirada a mis espaldas, estaba cansado, apenas si se podía mantener de pie. La criatura lo agarraba por el cuello para estrellarlo contra un árbol que fue vil mente atravesado por su cuerpo. Intentó levantarse, pero le fue imposible, el demonio aproximó su pie -o zarpa-a la cara de Jack para aplastársela sin piedad alguna.

-¿Dany?

Me volteé bruscamente, Daniel escaló mi espalda hasta llegar a mi hombro a ver lo que pasaba. El rostro de la Sra. Olsen había pasado de un ceño relajado a uno lleno de dolor. Le lancé una mirada a Erika como diciéndole "no dejes que se vaya", ella asintió y sostuvo los mangos para manejar la silla de ruedas con fuerza.

-¿Por qué lo trajiste?- la frialdad en sus palabras me llegó como un golpe bajo. Levanté a la hermana menor a propósito para que la viese también.

No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)Where stories live. Discover now