Capítulo 33

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Con el paso del tiempo, me fui acercando más a las personas que se enontraban en el manicomio, me entendían, y habían pasado por cosas similares a las que yo había pasado.

Cada quién tenía una historia escondida, con un don al que la mayoría prefería llamar maldición.

-¿Ves a la chica de allí?-dijo la Sra. Olsen, quién me explicó todo.- Ella puede ver la muerte de cada persona.

-¿Cómo entró aquí?-pregunté.

-Fue hace muy poco, cariño. Estaba en su casa, con su esposo, y mientras lo besaba vio el asesinato de su enamorado... Se desesperó tanto que comenzó a gritare "¡Te vas a morir!", "¡No salgas de la casa, te van a matar!".- observé a la chica morena de ojos grises, se veía tan triste y sola- El esposo obviamente se asustó, llamó a la policía. Si simplemente se hubiese quedado callada.

-¿Y a ese tipo de allá?- apunté a un hombre adulto, calvo.

-Intentó exorcizar a un niño de dos años... No resultó muy bien.

-¿Se creía Constantine?

-Al parecer.-la anciana sonrió de lado.- _____(tn)... Hay tantas cosas en este mundo que desconocemos, el simple hecho de que existan demonios, espíritus, seres divinos... ¿Cómo crees que quedaría la sociedad si supiese todo esto? Solo la minoría, que somos los que quedan encerrados en lugares como éstos o que callan para siempre, sabe de lo que realmente existe en este mundo. El cielo, el infierno... Todo está unido. Somos pequeñas partículas en un universo más grande de lo que ya parece. Dimensiones, mundos paralelos, todo es posible.

-Y aun así quieren colonizar todo.-dijo Jack.

-El mundo se va acabar algún día y ni la mitad de lo desconocido lograrán conocer.

* * *

Era hora de almorzar, y como siempre, me senté con gente distinta, quería conocerlos a todos, que sus historias no quedaran en el olvido.

Esa vez, ahorré la valentía suficiente para hablarle a la chica con la mitad de la cabeza rapada.

-¿Puedo sentarme?-pregunté. Ella simplemente se encogió de hombros en señal de indiferencia.- Gracias... ¿Cómo te llamas?

-Erika.-dijo secamente.

-Bueno, hola... -pausé por un momento. -¿Puedo hacertre una pregunta?

-¿Tengo opción?-contestó con un pedazo de pan metido en la boca.

-¿Cómo es que acabaste aquí?

La cara de Erika en seguida se tornó blanca como papel, los malos recuerdos llegaron a su mente y sus ojos enrojecieron. Me miró con cierto odio en su interior, aunque no parecía ser dedicado a mi.

-No te metas en la vida de los demás.-dijo levantándose bruscamente, dejando su plato a medio comer en el olvido.

No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)Where stories live. Discover now