Capítulo 57

1.6K 180 14
                                    

Me desperté con los rayos del sol acariciándome la cara, a pesar de que no sentía el calor, la luz de éstos hizo que se me encandilara la vista.

Unos fríos brazos me rodeaban el vientre, apretando con fuerza, como si intentaran evitar que me escapara. Jack tenía apoyado su mentón sobre mi hombro, dormitaba pacíficamente apoyado en el árbol.

¿Los fantasmas pueden dormir? Me pregunté pensando más en mi que en él.

De un momento a otro, unos extraños flashbacks inundaron cabeza, seis para ser exactos. En todos ellos había una niña que no lograba exceder los dieciséis años, cada una de una época distinta, todas ellas acompañadas por el mismo sujeto de cabellos blancos y polerón celeste. A veces lo veía, otras no, pero él siempre estaba al lado suya, nunca se alejaba. Me resultó gracioso recordar esa vez que me había confesado que siempre se metía a mi habitación, puesto que la tradición esa la llevaba pegada más de una vida mía.

Las muertes no se parecían en nada, enfermedades, accidentes, un exnovio furioso... todas eran distintas y peculiares a su manera.

En ese momento fue que un cierto comentario del muchacho me hizo sentido.

-Seis veces- había dicho Jack.

-¿Qué?

-Has muerto seis veces.

¿Habían sido a caso esas mis vidas pasadas? Porque algunas parecían demasiado aburridas como para serlo, aunque generalmente en esas no lograba ver a Jack, qué coincidencia, pensé.

Me seguía sorprendiendo que Jack se mantuviera al lado mío desde hacía tanto tiempo, y no pude evitar que aquél gesto me conmoviera.

Al parecer ni siete muertes distintas pudieron separarnos, tomen eso, cristianos.

* * *

Jack se veía cansado, por lo que dejé que siguiera durmiendo un par de horas mientras yo apreciaba la escena que teníamos en frente, era uno de los característicos recreos del manicomio, pero todo se veía distinto, más tranquilo, especialmente porque ya no había un demonio atormentando a los vivos y a los no vivos.

Al cabo de un buen rato desperté a Jack removiéndolo con mi codo, éste me dedicó una sonrisa y un beso en la mejilla.

-Por un momento incluso llegué a pensar que no despertarías -dijo aún con aire soñoliento.

-¿Y morir dos veces en una misma vida? Ni en tus mejores sueños.

-Peores -me corrigió.

-Lo mismo.

Me volteé para mirarlo mejor, habían pasado tantas cosas en los últimos días que incluso llegué a olvidar lo bonito que era su rostro. Estaba relajado y se le veía contento.

-¿Te cuento un secreto? -dije al cabo de unos minutos, rompiendo aquel pacífico silencio que nos envolvía. El muchacho asintió- ya lo recordé.

-¿Qué recordaste? -inquirió sonrojándose levemente, pues ya sabía a qué me refería.

-Todo -respondí depositándole un beso en los labios.

No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)Where stories live. Discover now