Capítulo 44

5K 440 44
                                    

-¿Qué? -dije estupefacta.

-Que has muerto seis veces-reiteró- Ésta sería la séptima.

Me quedé mirándo a Jack por un buen rato, sin entender muy bien a qué se refería.

-¿Siete... veces?- asintió- ¿CÓMO DEMONIOS VOY A HABER MUERTO SIETE VECES, JACK?

-Muriendo.-dijo intentando dar gracia, aun que pude notar la angustia en su voz. Su rostro estaba más pálido que lo normal, y a pesar de que mantenía una leve sonrisa, sus cejas estaban fruncidas, y su manos tiritaban mientras él las econdía tras la espalda.

-Explícame.

-¿Qué cosa?

-Qué cosa... ¿¡Cómo que qué cosa!? ¡Me acabas de decir que resucito como un puto gato! Al menos merezco explicaciones.

-Cuida esa boca, ¿qué dirían tus padres?-evadió.

-Pero... Si... ¡No me cambies de tema!-grité, colerizada... Tenía tantas preguntas que hacerle, y Jack era incapaz de responderme la primera. ¿Cómo es que pudiese haber muerto seis... siete veces? ¿Acaso estaba atrapada en un bucle interminable? ¿Cómo es que Jack lo sabía? ¿Resucitaría de nuevo? ¿Desaparecería para siempre? ¿Cómo es que había muerto antes?... Estaba tan confundida que comenzó a dolerme la cabeza.- Jack, por favor.-imploré.

-Primero termina las cosas.

-¿De qué me estás hablando ahora?

-¿Recuerdas esa película que me mostraste? La del fantasmita que no podía liberarse del mundo humano porque tenía un asunto que resolver, pero no recordaba que era. Bueno, es algo parecido, tienes que terminar lo que no pudiste antes de...-en ese momento se le cortó la voz, no fue capaz de decirlo, omitió aquella palabra, muerte, mi muerte, y prosiguió con su relato intentando no quebrarse de nuevo, los gallos fuero inevitables- y... en fin, que tienes que desatar lo que te mantiene pegada aquí para... ser libre.

-¿Y cómo voy a saber eso, Jack?

-Piensa en algo que hayas querido hacer antes de...-de nuevo esa palabra, ese acontecimiento que parecía tan lejano, bajó la vista con pesadez.

-Bueno, tal vez el hecho de que no me digas lo que está pasando me mantiene aquí-le reproché cruzándome de brazos.

-No, ___(tn), antes. Piensa...

Me quedé un momento reflexionando, sin que nada se me pasara por la cabeza, hasta que... Como un halo de luz que aparece en las mañanas tras las cortinas, una idea se apoderó de mi cabeza, y salí corriendo sin pensarlo dos veces.

* * *

No sabía cómo llegaría, ni qué era exactamente lo que estaba dispuesta a hacer. Solamente una palabra rondaba por mi cabeza mientras corría por las calles, atravezando autos, personas y hasta edificios completos, venganza, tan solo eso y nada más.

Mis pies me guiaban, yo simplemente obedecía, ¿y si me perdía? ¿y si nadie más me encontraba? ¿si Jack no me encontraba? El miedo intentó invadir mis deseos, pero ya no quedaba espacio en mi cabeza para un sentimiento tan inútil como ese.

Seguí corriendo, doblé en calles con tanta infalibilidad que hasta parecía que las conocía de memoria, dos veces a la derecha y una más a la izquierda, los semáforos no me importaban y tampoco los tumultos de gente. No estaba cansada, mis pulmones ya no eran una molestia en ese sentido, y mi corazón tampoco parecía estar palpitando... Otro sentimiento; inseguridad. Frené en seco en medio de una calle bastante amplia, desorientada y sin saber cómo volver al cementerio. Llevé ambas manos al pecho, buscando el pulso, después a las muñecas, al cuello, pero nada. Tampoco sentía la sangre fluir por mis venas, y mi respiración agitada era tan solo un movimiento artificial de mi pecho, el aire me atravesaba, no me llenaba en el interior. Los autos pasaban sobre mi como si no estuviese, para ellos no existía. Mi cuerpo se desvanecía y volvía a aparecer cada vez que una de esas máquinas franqueaba lo que quedaba de mi ser, los miré con terror, sobresaltándome cada vez que uno de ellos se acercaba.

-Jack...-dije con desaliento, pero él no me escucharía, me habia alejado tan deprisa, sin dar pista alguna de hacia dónde me dirigía, ni yo lo sabía.

El miedo venció a aquel sentimiento de venganza, recordando aquello que hace quién sabe cuánto la Sra. Olsen me mostró. ¿Y si quedaba como esas almas en pena? Vagando por mi lecho de muerte sin saber que hacer. Instintivamente llevé una mano hacia el lado derecho de mi cara, en donde supuestamente me había golpeado el vehículo. La abolladura no se setía tan monstruosa como había apreciado en medio del funeral, mi funeral. Y al verme reflejada en uno de los vidrios de éstos rascacielos modernos, pude apreciar un pequeño sombreo salpicado de verde, morado, azul y amarillo, con el hombro lelevente atrofiado y el tobillo izquierdo apenas salido de su lugar.

No dolía, y eso me aterraba aún más. Me recordaba que estaba muerta, a que alguna vez sentí una tortura tan tremenda por aquel golpe y unos cuantos azotes recibidos antes...

"Quizás te vaya a dejar un regalito al manicomio"

Aquellas palabras.

"No me importa una mierda tu vida"La luz del semáforo estaba en rojo, los autos se detenían lentamente. Solo escuchaba balbuceos y sonidos dispersos. Una canción.

"...When you're strange

Faces come out of the rain

When you're strange

No one remembers your name

When you're strange..."

Y entonces recordé hacia dónde me dirigía... Lauren.

Y volví a emprender la carrera, sin saber como, pero con mi destino claro; la psiquiatra.

No me olvides, por favor (Jack Frost y tu)Where stories live. Discover now