3. Mi perdición

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ANTONELLA JOHNSON.

— No dudo que ruborizada se verá mucho más hermosa de lo que ya lo es.— su respiración se mezcla con la mía y comienza a abalanzarse hacia mi lentamente, intentando besarme, pero en mis planes no está aquello.

En mis planes jamás estaba enredarme con el jefe, pero si hay oportunidad no me puedo negar.

Cuando doy un paso hacia atrás intentando alejarme de él, el coloca sus manos en mi cintura y su agarré me inmovilisa, sonríe seductoramente y tragó saliva nerviosa al ver cómo se muerde el labio inferior volviendo a acercarse a mí, su nariz rosa la mía, el aliento se me escapa de la boca y pronto siento el suave rose de sus labios con los míos, cierro los ojos dejándome llevár por la situación y cuando estoy segura de que sentiré sus labios encima de los míos la puerta se abre y ambos nos separamos rápidamente.

Nisiquiera me digno a mirar a la puerta ya que la vergüenza me invade.

— ¿Por qué coño no tocas la puerta Alessandra?—pregunta enojado el señor Velez, entonces alzó la mirada lentamente encontrándome con la chica que me esperaba en mi escritorio.

Y vaya que ahora sí parece planear hacerme la vida imposible.

— Señor, usted mismo me ha dicho que si son temas importantes entre sin tocar la puerta.— sus ojos me asesinan, entonces cuando doy el primer paso hacia la puerta, El señor Velez, me detiene agarrándome la muñeca.

— Las cosas cambiarán de ahora en adelante, Alessandra.— su tono de voz es tan frío que provoca que una corriente eléctrica me recorra de pies a cabeza, exitandome—. Así venga la puta Reina de Inglaterra tocas la puerta y esperas mi jodida autorización para entrar ¿Entendido?.

Ella asiente avergonzada sin dejarme de mirar con odio y lo único que puedo hacer es sonreír con superioridad ante el presentimiento molestoso de que ella será una grande carga en mi trabajo.

— Puedes retirarte.— dice después de unos segundos pero ella se niega.

Tía, ten dignidad.

—Señor, acaba de llegar John Lennon, el inversionista de la empresa que es la competencia vendiendo información importante de la empresa en qué trabaja y...

— Acaso no entendiste el “Puedes retirarte".— dice perdiendo el control y ella asiente dejándonos nuevamente solos.

— ¿Tiene algún romance con ella Señor Velez?—pregunto con una sonrisa burlona y el elimina la expresión enojada de su rostro para sonreírme lascivamente.

— No, y si lo estaría eso no debe importarle a usted, Señorita Antonella.— acaricia mi quijada y rió sarcásticamente.

— Claro que me importa, como voy a permitir que me utilizen de plato de segunda mesa, después de ver como usted me coquetea descaradamente.— sonrió sin mostrar mis dientes.— Nose entonces por qué siempre me asesina con la mirada desde que llegué y es un poco incómodo, pero nada que no pueda soportar.

Ríe y yo también lo hago contagiandome de su risa.

— Eres más fuerte y segura de lo que te muestras Antonella.—misuta con una sonrisa y yo asiento orgullosa—. Déjame ver esa Antonella que llevas dentro.

— Si usted me deja ver el Christopher Velez que llega dentro.—  susurro cerca de sus labios, colocándome de puntillas para besar la punta de su nariz y acercar mis labios a su oreja.— Se lo que quieres Velez, y se que estás seguro de que lo lograrás pero todo será lento, si quieres tenerme tendrás que esforzarte.

Y me alejo de el para sentarme en la silla que se coloca al frente de su escritorio.

— Estás siendo mi perdición Antonella....

Nosé por que sus palabras hacen que mi corazón lata desbocado.

Y me está gustando...

Enseñame Daddy|| Christopher VelezWhere stories live. Discover now