Enseñame Daddy|| Christopher Velez

26. Drew Johnson

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CHRISTOPHER VÉLEZ.

Mi padre desde pequeño me enseñó a sacar filo a mis virtudes y talentos, heme aquí dirigiendo una empresa próximamente internacional, con más de 15 mil empleados, siendo el magnate del año y con una mujer a mi lado como lo es Antonella.

Lo tengo todo pero no me conformo, voy por más. Siempre iré por más.

La pantalla emite un sonido cuando un correo me llega directamente a mí y leo de el pensando una y otra vez si es buena idea aceptar la invitación que me emite el dueño de Jousbeck, un buen empresario que tiene sus logros pero parece lograrlos lamiendole las bolas a otros.

No juzgo pero me parece patético toda la palabrería inútil que relata para hacerme sentir cómodo y aceptar tener un almuerzo nuevamente con él en su casa.

Esta semana el trabajo ha sido un poco duro y estresante pero el que Antonella este a solo una puerta de separación a mí me hace sentir un poco más inquieto. Mi mente máquina en dos, pensando en la empresa y en ella.

Pienso en el nuevo socio que estoy ganando, en un nuevo lazo para trepar la cima y en el malestar que tengo en mi cabeza al estar más de una semana encerrada en esta oficina sin dejar de descansar mi mente y cuerpo.

Así que aceptó, redacto el correo en respuesta y lo envío. Cierro las carpetas que revisaba guardandolas en el primer cajón tras colocar mi firma y colocar el seguro en este ya que contiene información que servirá a cualquier persona que esté en contra de mi robando el proyecto por el cual hemos trabajado en meses.

No confío en el gerente de negocios internacionales por ser un maldito colado en mi empresa queriendo engañarme en una actuación barata hackeando y dañando mi sistema, ya que el imbécil de Andrew no tiene los cojones de tumbarme del pedestal que sueña con ocupar.

Lo tengo aquí jugando con su mente pensando que puede derrotarme aunque muero por sacar a esa mierda y joderle la carrera por ser un estúpido.

Me parece patético todo lo que lo rodea y el mismo, es por ello que disfruto teniendo en mi mano a la mujer que ama y aprovecho restregandolé en la cara ello. Que tengo todo lo que él no va a tener jamás.

Antonella no es un puesto, un status o la cima. Ella es la mujer que todo mundo sueña tener a su lado y que solo yo tengo aquel lujo. Un puesto se tiene en cualquier lado, el status lo tiene medio mundo, y la cima solo es momentánea. Antonella no, Antonella lo es todo.

Así que con mis pensamientos posesivos y arrogantes marco el teléfono de secretaria de Antonella y solo cuando timbra dos veces corto la llamada por qué ella entiende que la nescesito en mi oficina.

Los segundos que cuento son 5 por qué ese es el tiempo en el que ella se demora antes de picar mi puerta y deslumbrarme con su vista.

Sus ojos azules intensos me provocan cosquillas, el perfil suave y delicado que esconde una ardiente mujer, capaz, fuerte y fabulosa que no hace más que encantarme, el rosado intenso de sus labios, el moño alto con varios mechones sueltos que ridículamente la hacen ver elegante y el fuerte rosado natural que decoran sus carnosos labios que roban mi atención.

Me encanta contemplarla y sentirme el hombre más afortunado cuando alza las camisuras de sus labios sonriéndome.

Y es por ello que me levanto y camino hacia ella para acunar su rostro en mis manos y unir nuestros labios en un casi perezoso pero sensual beso que me comienza a encender. Su boca se mueve sobre la mía y de manera automática le sigo los movimientos embelesado con el beso que me tiene flotando.