14. No con él

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CHRISTOPHER VELÉZ.

El smoking negro que tengo puesto se refleja en el ascensor por el que voy subiendo rumbo hacia la fiesta de agradecimiento a mis trabajadores.

— ¿Sabían que Andrew nos anda tirando mierda por Twitter según el de forma respetuosa diciendo que Christopher no admite que su empresa está a días de transpasarnos y que nuestro crecimiento no es más que mentiras que tapamos con dinero a la prensa?— pregunta Erick sin dejar de ver su teléfono

Zabdiel me mira a mí y yo a él para soltar una carcajada que seguramente se escucha hacia afuera por donde el ascensor está subiendo.

— Además subió una foto borrosa donde estas tú, Christopher junto a Marcelo Monti y dice que todo el crecimiento repentino que estás teniendo se debe al lavado de dinero que haces junto al Italiano.

Por un segundo mi corazón se detiene en la caja torácica y sacando mi celular del bolsillo de mi pantalón de tela abro la aplicación para ver todo el caos que se esta desatando en contra mío que solo imbéciles deciden seguir.

— ¿Acaso el príncipe Andrew no puede aceptar la derrota?— me preguntó a mi mismo olvidando por un segundo que estoy acompañado por mis dos mejores hombres.

Noup.

Sonrió siniestramente viendo que enrealidad la mayoría está a mi favor y la mierda que estaba tirando contra mi se la están devolviendo mucho peor.

Público un simple tweet para no agrandar más esto por qué un chisme público es lo que menos quiero ahora que tengo tantos proyectos encima esperando por llevarme a la cima.

Queremos pruebas verdaderas, no simples palabras de ardidos que nescesitana tirar mierdas falsas para no quedar mal, cuando las tengas con mucho gusto yo mismo admito todo de lo que me estás acusando a mi y a mi empresa, sino las tienes mantente al margen conmigo, una denuncia es mi próxima respuesta a tus pendejadas"

Nunca conocí a alguien tan imbécil como Andrew, mi sentido pésame a la que en el futuro será su mujer.

Niego con una sonrisa escuchando a Zabdiel para guardar mi celular al momento en que las puertas de la caja metálica se abre y el gran salón me deja ver a todos mis trabajadores con sus mejores vestidos girandose a vernos.

Saludo a varios en el camino para llegar al frente y varias veces distrayendome de la conversación con la que tengo ahora con todos los directores de cada sector, repaso con mi mirada por todo el sitio en busca de Antonella a la que estoy loco por ver.

No me interesa si sueno sicópata o un lunático cuando mi única nescesidad en este momento es verla a ella, con su típica sonrisa coqueta enloqueciendo mi control haciendo que me valga un carajo la persona impulsiva y posesiva que escondo en este traje de mierda.

¿Dónde carajos estás, fiera?

Vuelvo mi atención hacia la conversación gracias a qué Zabdiel me codea haciendo que lo asesine con la mirada para fingir una sonrisa conteniendo la nescesidad estúpida que crece en mis venas por no tenerla en el radar de mi vista.

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ANTONELLA JHONSON.

—¡¿QUE MIERDA HACES CON ÉL?!— Es lo primero que escucho cuando atiendo el teléfono tras abrir la primera puerta que encuentro lejos de la multitud que está en la sala.

— Explícame por qué tengo que darte explicaciones a ti, orangután mal formado que además de no ser nada mío desde hace varios meses, se tiraba a mi hermana...— realmente todo lo que le estoy diciendo no es por qué aún me duela, a decir verdad cuando lo supe solo me dieron asco, los dos.

Pero debido a que hoy tiene la osadía de reclamarme por algo que no tiene ni pies ni cabeza, hace que le diga todo esto para que en su cabeza de mierda entienda de una vez que nunca más quiero nada con él.

— Amor, si está es una forma de venganza por lo que hice detenlo por favor...— río ante tal ridiculez dejando que siga con su teatro—. Sabes que ella jamás significado nada, fue un error lo admito, pero por favor, por el amor que se que aún me tienes no con él Antonella, por favor, no con él.

Si supiera que mi supuesto amor solo fue una jugada que mi padre me obligó hacer ni siquiera me rogaría como lo está haciendo ahora

Tomo una larga bocada de aire reuniendo toda la paciencia que tengo para responderle.

— Andrew, escúchame bien, ¿vale?— y sin esperar respuesta de su parte sigo — Yo, Antonella Jhonson, no quiero saber nada más de ti, no quiero que me llames, peor que me acoses y mucho menos que insinues que trabajo con Christopher solo para vengarme por lo que tú y Becka me hicieron.

⟩⟩Tu ya no me interesas, me gustabas al inicio pero cuando note lo estúpidamente imbécil que eres me decepcione tanto de ti que la excusa de que te habías tirado a mi hermana fue la perfecta para alejarme de ti y ahora, si salgo o no, si me folla o no, y si me caso o no con Christopher no es tu puñetero problema, sal con mi hermana, estoy segura de que le gustará recoger las sobras que he dejado en ti, adiós.

— Antonella cuelga la puta llamada y...— nisiquiera escucho más por qué el simple hecho de saber que desperdicie dos meses de mi vida junto a el hacen que me quiera suicidar por aceptar tal estupidez.

Cuando salgo de la pequeña oficina en la que estaba discutiendo con mi ex- novio todos los presentes aplauden por el discurso que acaba de dar mi jefe y que por estar parando la mierda en la que me metí me he perdido.

Me acerco más al sitio alejándome lo más posible del nido de víboras que me están hasechando desde el otro extremo de la sala donde se encuentran los aperitivos y que para evitar una infantil discusión ni miró.

Un mesero se acerca con una bandeja de copas y tomo una para darle un pequeño sorbo sin apartar la mirada del elegante hombre que camina hacia mi con una sonrisa traviesa en sus labios y una copa entre sus dedos.

—¿Debería sentirme afortunada por tener la atención del hombre con la empresa más grande de América?— pregunto sin ocultar la admiración que siento hacia él, ahora.

—¿Debería sentirme afortunado por tener la admiración de la mujer más ardiente y brillante de este planeta?— niego sin dejar de sonreír ocultando el terrible sonrojo que quiere cubrir mis mejillas.

—¿Que se siente tener a todas las mujeres de Estados Unidos a sus pies?— juego con el y este a pesar de demostrar seriedad me sigue el juego.

— ¿Tu cuentas en todas esas mujeres que nombras?— dice y suelto una risa sin apartar la mirada de su atractivo rostro.

— Quizás...— murmuró llevando la copa a mis labios disfrutando del sabor y la atención del hombre que tengo frente a mi— ¿No le aburro con mi presencia?

Niega delicadamente copiando mi acción y por le rabillo de mi ojo noto como Alessandra y sus amigas no nos quitan los ojos de encima.

— ¿Por qué debería de aburrirme?— pregunta confundido y con una sonrisa coqueta me acerco aún más a él cuando nuestros rostros están separados por una mínima cantidad de distancia.

— Por qué hay muchas mujeres más a las que les gustaría su atención y me siento muy mal por tenerlo solo para mí.

El niega para atrapar mi mano caminando hacia el centro del salón, cerca de donde no quería estar, junto a las víboras que comienzan a murmurar.

— Pues que esperen toda la noche, yo solo brindo mi atención a quien me interesa y esa por fortuna eres tú...— agarra mi cintura entre sus manos robando mi aliento ante la fuerza que ejerce quemando mi piel con su tacto, acercando sus labios a mi oido, moviendonos al ritmo de la canción— Fiera

¡Me encanta el fiera de Christopher!
¿A ustedes no?
Siento que describe mucho a Anto.
¡Besos!

Enseñame Daddy|| Christopher VelezWhere stories live. Discover now