Enseñame Daddy|| Christopher Velez

15. Eres preciosa

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ANTONELLA JOHNSON.

Dejo todas las carpetas junto a el nuevo proyecto que la empresa está por empezar con una hoja impresa de los balances de este mes que ha sido el mas alto durante este año.

La encargada de tener la sala de juntas he sido yo ya que Alessandra aún está ocupada con toda la montaña de carpetas y cálculos a los que tiene que sacar la cifra exacta, no el redondeo que ha estado haciendo.

La ayudaría pero su comportamiento conmigo no ha sido el mejor y por eso me mantengo lo más alejada y en silencio de ella para que no sufra un episodio de estrés que seguramente está por tener.

La amiga de Alessandra, que según me dijo Dinora es la secretaria del señor Colón entra con un cajón el cual posee botellas de agua y tras ver qué ha colocado todas correctamente camino hacia la oficina de el Señor Vélez ignorando los insultos que lanza hacia mi.

Tocó la puerta antes de entrar asomando únicamente mi cabeza por qué si nosotros estamos juntos allá adentro con la puerta cerrada lo más probable es que llegue a la junta tarde y yo no quiero ser la causante de ello.

— Señor, la sala de juntas está lista.

El asiente para tomar su chaqueta de tela y ponérsela ante mi atenta mirada que devora las fricciones de su cuerpo al estirarse para colocarse la prenda.

Saliendo de mi ensueñamiento me alejo de la puerta para que él pueda salir.

Mira brevemente a Alessandra y a su amiga la morena antes de girarse hacia mi con una lenta pero ladeada sonrisa que me hace sonreír también a mí.

—¿Esa es la sonrisa del éxito?— pregunto caminando junto a él hacia la sala de juntas  dónde seguramente ya todo el equipo líder nos espera.

— Si y no...— se detiene antes de abrir la puerta para colocar los mechones rubios que escapan de mi alocado amarre que me hace ver rebelde y sexy— También es la sonrisa que no puedo evitar ocultar cuando te miro frente a mi como una fantasía que se come mi alma entera.

Río levemente antes de ver cómo me da una última sonrisa para volver a su habitual fría expresión abriendo las puertas de el sitio dejando que entre primero con el.

— Buenos días...— decimos los dos al mismo tiempo que todos los presentes se giran hacia mi, curiosos por qué aseguro que simplemente conozco a tres excepto el señor Vélez, claro está.

›› El señor Colón, él señor De Jesús, y el viejo asqueroso que me entrevistó para el trabajo llamado Bretón.

— Buenos días.

Camino detrás de el para ir hacia la pequeña mesa de proyección que toda la mañana estuve alistando y arreglando para la junta.

Comienzan festejando el crecimiento y reconocimiento que han logrado después de que Christopher se quedará con el puesto de su padre quien antes era el Director y dueño de la empresa.

— Sabía que mi hijo lograría esto...— dice el que según yo es el padre de Christopher por lo parecidos que son.

Ambos se levantan para estrecharse el uno al otro sin ocultar el cariño que Christopher le tiene a su padre ni el orgullo que el señor Leonardo está sintiendo en este momento hacia su hijo.

Después de que ambos se separen la mujer que es madre de Christopher también se levanta para dejarse abrazar por su hijo besándole la mejilla diciéndole en el oído que es lo más adorado que tiene en su vida.