"Él era el infierno, su aura llena de dolor me atemorizaba, pero al mismo tiempo sus oscuros ojos me llenaban de un sentimiento tan satisfactorio que no tenía nombre...La muerte nos llamó y en ese instante todo acabó, porque de la traición nace el a...
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RyuuMoon, 20 años antes.
El pequeño príncipe corría por los pasillos escapando de sus nanas, reía divertido de hacerles enojar y preocupar, a veces, se escondía en los roperos o en los jardines y estos pasaban horas buscándolo, su madre después lo regañaba, pero no importaba, porque siempre tendría el apoyo de su padre, quien justificaba cada uno de sus actos. Esa tarde, había estado muy aburrido en el palacio, no lo dejaban salir a jugar porque se avecinaba una tormenta, por lo que tenía que correr por los pasillos y buscar en qué entretenerse.
Entró a la sala donde su madre y su corte se encontraban, esta levantó la vista y alargó los brazos para que se acercara, Yoongi caminó hacia ella y dejó que sus manos se colocaran en sus hombros.
—Hasta acá puedo escuchar tus gritos y correteos, no hagas pasar un mal momento a tus nanas—advirtió—. ¿Estás aburrido? —al verlo asentir, suspiró—. Entonces toca un poco el piano querido.
—No tengo ganas, yo quiero ir con papá—dijo con una ligera mueca inconforme.
—Tú padre está ocupado—dijo con serenidad, alisando su cabello—. Hoy se ha reunido con los mercaderes, llevará un buen tiempo, juega con tus nanas.
—¿Por qué no puedo estar ahí? Yo seré el rey, tengo que saber todo esto.
—No—dijo tomándolo de los hombros—. Aún eres un niño, no puedes estar en sesiones formales, tu padre te lo ha dicho.
—¿Cómo esperas que sea un rey? —le dijo mirándola directo a los ojos, con una ferocidad que no era normal en un niño de ocho años.
—Una de las cualidades que un rey debe desarrollas es la templanza, ser prudente y cuidadoso, tienes que aprender a esperar, las cosas llegarán, además, el consejo es aburrido.
Yoongi hizo una mueca. —Déjame salir al jardín.
—No, lloverá pronto.
—Si comienza a llover prometo entrar—dijo con una sonrisa tierna.
ChaeRin miró a su hijo, suspiró, aunque conocía sus artimañas para salirse con la suya, era su madre, y lo único que quería era verlo feliz y tranquilo, así que asintió haciendo que el niño riera encantado mientras salía corriendo.
—Este niño es difícil de controlar—dijo a sus damas quienes sonrieron.
—El príncipe tiene la fuerza del dragón mi reina, será un rey increíble.
—Eso espero.
Yoongi corría alrededor riendo, le gustaba pasearse por los jardines, esconderse y encontrar nuevas cosas con las cuales entretenerse, miraba cada cuando a sus nanas y a los guardias que se encargaban de cuidarlo, no le gustaba tenernos cerca, pero eran órdenes de su padre. Sonrió con burla, para quienes vivían en el castillo, el príncipe era un pillo, sus travesuras habían causado problemas a muchos trabajadores y preocupados a muchos otros, la reina y el rey ponían especial cuidado en la orden de mantenerlo vigilado, pero el príncipe era sumamente inteligente y siempre que quería se salía con la suya.
