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Jimin esperaba con impaciencia en el gran salón, sin duda habían sido los tres días más largos de su vida. Despues de la fiesta de cumpleaños Yoongi, como rey que era, tenía obligaciones que en ocasiones lo sacaban del castillo, esta vez su viaje iba dirigido a la provincia, donde se reuniría con un general de alto rango. Sólo en su ausencia pudo percatarse de lo enorme que era el castillo y de lo fría que era la cama sin él. Le extrañaba y no le daba miedo decirlo, lo repetía a todo momento y sus amigos de la corte posiblemente ya estarían hartos de escucharlo, pero no era algo que pudiera evitar.

Eran las dos de la madrugada estaba cansado, sus ojos pesaban,  pero tenía la esperanza de verlo, este le prometió que regresaría después de tres días y el a su vez, prometió esperarlo despierto.  Sentado mandó a sus amigos de la corte a dormir después de que dio la medianoche, sólo se quedo con algunos generales que lo cuidaban, bostezo y cerró los ojos por un momento que fue el justo para llevarlo al mundo de los sueños. 

Sintió como se elevaba y sonrió por estar volando, mientras dormía soñó con el rey, tal y como lo había hecho los últimos días, le extrañaba, deseaba sentir sus brazos abrazando su cuerpo por las noches o sus platicas en la biblioteca privada, Yoongi era muy amable y su sonrisa encantadora,  a Jimin le gustaba verlo sonreír, cosa que sólo sucedía cuando estaba a su lado, eso lo hacía sentir especial.

Cuando abrió los ojos y se dio cuenta que estaba en la habitación, de inmediato se sentó, miro altededor tratando de recordar cómo había llegado hasta ahí, nadie tenía permitido tocarlo, esa era una orden que el rey había dado a quienes le cuidaban, quiso renegar por su mala suerte, pero vio a alguien moverse por la habitación en completo silencio, como si fuese una sombra en la penumbra, por un momento sintió temor de que se tratara de un enemigo o alguien que le quisiera hacer daño, pero eso era imposible, el castillo tenía mucha seguridad, entonces pensó en un fantasma y el vello de su cuerpo se eriza, con completo sigilo gateó por la cama directo hacia la orilla para bajar lentamente.

—Duerme Jimin—dijo una grave voz que le hizo hiperventilar, porque la conocía tan bien que todo su cuerpo experimentó una serie de sensaciones que oscilaban entre el alivio y la emoción.

No hizo caso a la orden y bajo de la cama, había buena luz, pero no podía verlo por ninguna parte, no fue hasta que Yoongi salio del baño que pudo sonreir, sin embargo, aquel gesto desapareció al fijar su mirada en él, no iba vestido como un rey, como acostumbra, y lo que más le impresiono es que su vestimenta no era desconocida, al contrario, ladeó la cabeza y se quedó en silencio.

Yoongi se quitó la máscara negra, que cubría la mitad inferior de su rostro y le sonrió, comenzó a desabrochar la chaqueta negra, sin despegar los ojos de Jimin, quien no dejaba de mirarlo fijamente, sintiendo su corazón latir con fuerza contra su piel.

—¿Por qué me miras así? —rio nervioso—. Parece que has visto a un fantasma.

—Tu ropa....—susurró indeciso, con miedo a estar equivocándose.  

Yoongi se miró y chasqueo la lengua al comprender de qué estaba hablando. —En mi defensa tu tienda olía muy bien. Estaba hambriento.  

El rubio sonrió por lo bajo. —Es bueno verlo ¿Cómo estuvo su viaje?

—Ya te dije que no me hables de usted, soy tu esposo y me fue bien —sonrió si emoción—. Es cansado y hubo mucho que hacer, pero todo está bien, no tenías que esperarme, abajo me lleve una gran sorpresa al verte...

No terminó con su regaño disfrazado de palabras claras y dulces cuando sintió aquellos cálidos brazos alrededor de su cuello y las largas y lindas piernas de su esposo rodear su cadera, con un suspiro, caminó riendo del mono que tenía encima, se sentó en la cama y llevo sus manos a las lindas y rosadas mejillas de su esposo.

El Rey De La Muerte *Yoonmin*Where stories live. Discover now