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—¿No ha llegado ningún paquete para mí o una carta? —preguntó aquella mañana cuando su corte fue a despertarlo, la noche anterior se había quedado despierto hasta tarde siendo enseñado por Yoongi a leer, este estaba revisando unos papeles cuando su curiosa mirada llamó su atención.

KyungSoo quien era el encargado de los recados para el consorte negó. Eso pareció desanimar a Jimin, quien bajo la cabeza mirando su regazo, LuHan dejó de peinar su cabello y miró a Soo extrañado.

—¿Esperabas algo? Puedo ir a revisar con los guardias—dijo LuHan en un intento de llamar su atención.

—No...bueno, esperaba algo, pero creo que no hay nada, esta bien—dijo sonriendo, una sonrisa que no llegó a sus ojos como era acostumbrado.

—¿De quién esperabas algo? —preguntó curioso KyungSoo, por la mirada de Jimin concordó que debía de ser algo importante, no muchas cosas podían llegar a desanimarlo.

—De mi familia, o por lo menos de mi hermano—clavo la mirada en sus manos con las cuales jugaba ansioso, no quería hacerlo, pero estaba a punto de ponerse a llorar.

—¿Por qué esperabas algo de ellos? —insistió LuHan acariciando su cabello.

—Porque hoy es mi cumpleaños—dijo con un suspiro.

LuHan y KyungSoo se miraron con horror, de inmediato de movilizaron. —Pero...¡No ha llegado la noticia de la preparación!

—Nadie ha dicho nada—dijo KyungSoo exasperado—. ¿El rey lo sabe?

—No, no le dije, ¿Tenía que hacerlo? —ambos le miraron como si hubiese dicho una barbaridad—. Realmente no creo que sea tan importante, sólo pregunte porque mi hermano siempre me da algo.

—El rey se va a enfadar sino le dices—dijo Luhan preocupado—. Se supone que el cumpleaños de los reyes tiene que ser una gran celebración, eso muestra el estatus con el que cuentan, Jimin ve a decirle.

—¿Tengo qué hacerlo? —preguntó con una mueca.

—Sí—dijeron al unísono.

Jimin torció el gesto, para él no era tan importante celebrar su cumpleaños, su padre no lo hacía porque eso diría al reino que estaba creciendo y no tenía pareja aún, sólo su madre y su hermano le llenaban de buenos deseos y regalos, pero ahora no los tenía cerca. Estaba de acuerdo con sus amigos, si Yoongi se enteraba que había mantenido aquello oculto, tal vez, podría sentirse molesto o herido. Jimin no quería eso, sobretodo con lo maravilloso que se había portado desde que se casaron.

—Lo haré entonces, debe estar esperando para el almuerzo—dijo poniéndose de pie—. Iré enseguida.

Jimin era muy inquieto, ellos pudieron comprobarlo desde el primer día, por eso, no les pareció extraño que este saliera corriendo de la habitación, estaba fuera del protocolo, pero era el rey quien tenía que reprenderlo y hasta el momento no lo había hecho. Corrió por el pasillo, evadiendo a la mucamas que salían de las recámaras, estas le miraron con una media sonrisa, las cosas dentro del castillo habían cambiado desde que él llegó. Con las personas que tropezaba, decía una disculpa seguido de una sonrisa tan grande que los dejaba anonadados, su rey, tenía una sonrisa encantadora.

Bajó las escaleras a brincotones, casi cae en los últimos peldaños, pero mantuvo su equilibrio agarrándose de la pared de piedra, se deslizó por el pasillo hasta el gran comedor, donde acostumbraba a almorzar y cenar con el rey, cuando este no podía, tomaba los alimentos en una pequeña salita acompañado de sus amigos, aunque prefería estar al lado del rey a esas horas del día. Con decepción se dio cuenta que su esposo no se encontraba ahí, entonces, decidió, correr otros pasillos para llegar a la oficina real, esta estaba al fondo de un largo pasillo, Jimin corrió con más fuerza, a esas alturas ya le faltaba el aliento.

El Rey De La Muerte *Yoonmin*Where stories live. Discover now