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—Me gusta esto, podría acostumbrarme—suspiró satisfecho al tiempo que su cabello era acariciado.

—Yo puedo hacer esto siempre que tú quieras—respondió con una sonrisa.

Yoongi sentía la calidez del agua de la tina, y la ternura de las manos de Jimin sobre su cabello y cuerpo, este le estaba ayudando a tomar un baño, uno que necesitaba. Habían pasado cinco dias desde el altercado, en todo ese tiempo, tanto su madre como Jimin, le habian prohibido pensar o hacer otra cosa que no fuese su recuperación, si por él fuera, ya habria salido de aquella habitación para seguir con sus tareas, pero era imposible hacerlo si unos ojos de borrego asustado le miraban a cada momento, la única razón por la que estaba aun ahí era por Jimin.

Este se habia desvivido en atenciones, cuidándolo, alimentándolo, ayudándole a caminar, tomar un baño y curar sus heridas, jamás habia recibido ese tipo de atenciones, le gustaba estar en sus manos.

Jimin pasaba inocentemente el paño húmedo por su pecho, su mano era pequeña, esta apenas cubría el paño, le daba una sensacion de ternura, le gustaba, tal vez demasiado para su pobre corazón. Lo observaba fijamente, podía ver cómo poco a poco sus mejillas comenzaban a sonrojarse, sonrió ladino, Jimin no se daba cuenta de la información que daba con sólo mostrar su rostro.

No le dijo nada, sólo llevó su mano izquierda a la de él, envolviéndola por completo, ayudó entonces a pasar aquel paño por su cuerpo, hasta su vientre, Jimin le miró con los ojos muy abiertos, al tiempo que Yoongi le ayudaba a descender, su miembro estaba duro, había despertado después de sentir las pequeñas caricias sobre su pecho, era algo que no podía evitar, tomó la mano de Jimin y la llevó a su tallo, en donde le ayudó a hacer movimientos lentos, de arriba hacia abajo. Sus ojos se conectaron.

—El doctor dijo que...no podía hacer esfuerzos—susurró con las mejillas encendidas.

—Yo no puedo—dijo con una sonrisa maliciosa, con la mano libre y moviéndola con dificultad por el dolor del hombro, la acercó a la camisa de Jimin la cual comenzó a abrir botón por botón, así hasta dejar su cuello y clavículas al descubierto—. Acércate.

Jimin se acercó a él sin dejar de mover su mano, era cansado, porque nunca antes lo había hecho, sin embargo, la excitación estaba creciendo en su propio cuerpo, suspiró al sentir los labios fríos de Yoongi sobre su cuello. Este le besaba con pasión, no había querido admitirlo, pero extrañaba sus caricias, en ese tiempo se habían vuelto elementales, suspiró sonoramente.

—¿Sabes qué es lo que realmente me haría mejorar? —preguntó con voz ronca sobre su piel.

—¿Qu...qué? —susurró cerrando los ojos.

—Quiero tenerte cerca, hacerte mío—se separó de su cuello para mirarlo a los ojos—. Vamos a la cama.

Jimin observó como este estaba por ponerse de pie, de inmediato le ayudó, la herida en su tobillo aún no sanaba del todo, abeazandolo a su cuerpo, se encaminaron a la habitación, Yoongi se secó rápidamente antes de recostarse en la cama boca arriba.

—Desnudate—ordenó sin despegar la vista de él.

Titubeó un poco, aquellos oscuros ojos que le observaron fijamente, le dejaron helado, sus manos temblorosas pararon a los últimos botones abrochados de su camisa, sin despegar la mirada fue deshaciéndose de ellos uno por uno, dejando su torso descubierto, esta cayó por sus hombros con delicadeza, Yoongi pudo ver la delicadeza de su cuerpo, era perfecto, Jimin llevo las manos a los cordones de su pantalón, por alguna extraña razón, estaba disfrutando ser observado de esa manera tan profunda, cada movimiento que hacía era delicado, lento y sensual, Jimin estaba actuando de manera seductora y ni siquiera lo sabía, Yoongi tragó en seco, cuando lo vio desnudo frente a él, la ansiedad por tomar su cuerpo se acrecentó, alargó la mano.

El Rey De La Muerte *Yoonmin*Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora