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Yoongi esperaba sentado en la cama de su habitación, se podía escuchar aún el bullicio de quienes seguían disfrutando de la fiesta, él no podía pensar en otra cosa más que en Jimin quien se encontraba en el baño preparándose. Sus piernas no dejaban de moverse con nerviosismo, tendrían la noche de bodas con el fin de consumar el matrimonio y así hacerlo válido. Suspirando se puso de pie y comenzó a quitarse el traje para ponerse la bata negra que descansaba a los pies de su cama. 

Jimin no podía respirar, aún se encontraba sentado en el piso del baño llorando por no saber como terminaría esa noche, tenía un deber como esposo del rey y eso era satisfacerlo pero no sabía cómo hacerlo, eran dos completos desconocidos, tomo con fuerza  la bata blanca que le llegaba a los pies tapando toda sus interiores.  Min Yoongi no hizo nada que lo hiciera sentirse intimidado, se había comportado como un caballero, atento y ameno, pero nadie le aseguraba que seguiría siendo así en la intimidad. 

Su madre le había dado un consejo "cierra los ojos y pronto terminará" no era un santo, sabía bien lo que pasaría y al mismo tiempo le molestaba y se sentía un idiota porque había creído que cuando se casara sería por amor y deseo, no por oposición. Deseaba sentir, ser amado pero al parecer las cosas no serían de esa manera y lo odio, aborreció su destino. 

Limpio su cara, mirándose en el espejo cuido de no verse descuidado para su ahora esposo, entre más rápido enfrentara la realidad sería mucho mejor. Sólo esperaba que no fuera tan doloroso como su hermano decía. Tomo el pomo de la puerta temblando, trago saliva y antes de abrir por completo soltó un suspiro profundo. 

La habitación estaba inmersa en una ligera oscuridad, sólo las velas que había en los alrededores alumbraban el gran espacio, Jimin pudo verlo cuando sus ojos se acostumbraron al inusual alumbramiento, mordió su labio inferior al sentir la profunda mirada sobre su cuerpo, tenía que moverse pero estaba aterrado, tanto que en vez de avanzar retrocedió un paso para regresar al baño.

—Lamento que las cosas tengan que ser de esta manera—se sorprendió de escuchar la grave voz de Yoongi, él no se había movido sólo le miraba como si esperará una afirmación para acercarse—. Me hubiera gustado conocerte en otras circunstancias, cortejarte, enamorarte y pedirte personalmente matrimonio, pero lamentablemente las cosas no salieron de esa manera.

Jimin abrió los ojos aún más sorprendido de escucharlo, quiso dudar pero en su interior una voz le decía que todo lo que escuchaba era sincero, dio un paso al frente, sus manos estaban abrazado su pecho como si de esa manera buscara tener alguna clase de apoyo. 

—Las cosas...pasan así por una razón...o al menos eso es lo que decía mi abuelo—dijo con una sonrisa nerviosa.

Yoongi tomó aquello como una señal para acercarse poco a poco, podía ver en el rostro de Jimin lo aterrado que se encontraba y no era para menos, la situación no los beneficiaba a ambos, pero Yoongi se hizo una promesa, quería tanto a Jimin que haría que este se enamore de él, deseaba cuidarlo y hacer que esa noche pudiera relajarse en sus manos. 

—¿Quieres tomar algo? 

—No, gracias—susurró apenas audible.

Jimin creyó que era momento de acercarse, así que lo hizo, camino lentamente hasta quedar a unos pasos del rey, quien le sonrió tenuemente, mirarlo frente a él, en bata, como siempre imaginó, parecía un sueño, uno que se hizo realidad.

—Jimin—susurró con voz profunda—. ¿Puedo besarte?

Aquella petición le tomo con la guardia baja, sin embargo asintió aunque  su estómago fuera una completa maraña de emociones inciertas, donde el miedo y el nerviosismo era quienes lideraban la batalla. Yoongi suspiro, llevo una mano a su mejilla izquierda, esta se encontraba fría al tacto lo cual le desconcertó, su primer instinto fue alejarse pero permaneció quieto, lo vio acercarse lentamente hasta que sus respiraciones se mezclaron, trago saliva y cerro los ojos esperando, haciendo lo que su madre le dijo pero cuando sintió los delgados labios tocar los suyos el ritmo de su corazón incremento tanto que por un momento pensó que sufriría un paro cardíaco, no se movió, mantuvo los cálidos labios junto a los suyos quietos, se separo y Jimin tuvo que abrir los ojos, al hacerlo el rey sonrió y regreso a besarlo salvo que esta vez el toque fue más cercano, en un segundo ya se estaba moviendo. 

El Rey De La Muerte *Yoonmin*Where stories live. Discover now