Capítulo 07: Lección Potterica #1 - Versus con Maestros Sustitutos (Parte 1)

1.2K 133 34
                                    

Privet Drive. Al anochecer…

Había caído la noche.

Silenciosa como ella sola, la noche de hoy se destacaba por el hecho de que ninguna persona que estuviera su sano juicio era visible en las calles a tales horas. A pesar de que estaban en una época donde el calor abundaba durante el día, la noche en el pequeño condado británico era fría, capaz de helar los huesos de cualquiera que se atreviera a desafiarla, por lo que, como era natural, todas las personas estaban reposando tranquilamente en sus casas.

O bueno, casi todas.

En las penumbras de las calles del vecindario de Privet Drive la silueta de una mujer –– notablemente obesa, por lo poco que se podía observar –– se paseaba tranquilamente por el medio del camino, logrando de alguna manera lucir tan peligrosa y majestuosa como un jaguar nocturno a pesar de que su cuantiosa cantidad de kilos debería haber entorpecido su equilibrio.

– «Ya es casi la hora – pensaba la misteriosa mujer, sus ojos puestos sobre lo poco que las nubes dejaban discernir del majestuoso astro conocido como la luna –. Faltan tan solos unos minutos, y entonces, habré recuperado el máximo de mi poder mágico… y cuando eso suceda…»

Una sonrisa peligrosa capaz de hacer huir a cualquiera apareció en el rostro de la mujer. 

Tap. Tap. Tap.

Los pasos de la mujer, quien a pesar de parecer estar esperando algo no cesaba su paso, resonaron por todo el lugar; el sonido convirtiéndose en una cacofonía aún más desesperante que el «Tick, Tack» de un reloj, el cual muy probablemente le sirviera de alguna manera a su originadora como una forma para poder calcular el tiempo.

Y entonces, luego de lo que pareció una eternidad, la misteriosa fémina pensó de repente mientras caminaba:

« ¡Finalmente!»

Y con ese pensamiento lleno de un éxtasis maquiavélico, la mujer «desapareció».

No era una forma de hablar. Como si se tratara de un espejismo o de una especie de fenómeno visual, la figura de la mujer desapareció de una manera que evocaba a la mente de uno la imagen de la neblina al ser disipada. Era una vista que de haber tenido alguna clase de testigo seguramente hubiera ocasionado miles de leyendas urbanas.

Y es que como si el fenómeno digno de un fantasma no bastara, otro hecho extraño se aunaba a la escena: en donde anteriormente había estado la mujer ahora se encontraba un hombre alto y fornido, quien vestía con una túnica oscura que parecía haber visto mejores momentos; hombre que, por razones que eran más que obvias, no tenía ninguna semejanza con la mujer que había desaparecido más allá de su piel morena y pelos negruzcos. El como ese hombre se encontraba ahí, en el lugar donde una mujer obesa debería haber estado, era un misterio que dejaría a cualquier persona normal rascándose el coco presa de la confusión.

– ¡Finalmente! – exclamó el hombre al aire, rompiendo el tranquilo silencio de la noche –. ¡Mi poder mágico está completo! ¡La caza del mestizo en venganza de mi señor por fin puede comenzar!

Hubo una vez, una mujer cuyo nombre ha sido olvidado por todos.

Ella era una mujer nacida con el don de la magia: una bruja; y además, una nacida de magos de casta ancestral (sangre pura).

Ella era una mujer que había sido criada con el estándar clave de cualquier sangre pura; por ende, ella era una mujer cuyo único objetivo en la vida era servir al apellido familiar casándose con un hombre de alcurnia. Ese era lo único que se esperaba de ella, y ella, quien había sido criada para pensar que eso era simplemente natural, no tenía ningún problema con eso.

Harry Potter y el Juego del DestinoWhere stories live. Discover now