Capítulo 22: Conociendo el Campamento

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Harry decidió hacer lo que hacía cuando tía Marge solía ir a visitarlo: hizo que por sus oídos todo lo que entrara saliera por el otro lado.

Lo que Quirón decía no tenía ningún sentido. Sí, tal vez tuvieran una barrera mágica súper poderosa que ni un Minotauro podía pasar a la fuerza y que solo dejaba entrar (en condiciones normales) a gente relacionada con los Dioses Griegos; pero eso no quería decir nada, ¿cierto? No por eso tenía que ser un Semidiós, ¿verdad?

«Además, si eso es cierto, ¿cómo encajaría lo otro?»—pensó, a su mente viniendo cierta Dama Cuervo y las dudas que últimamente lo habían estado embargando. Si uno de sus padres (probablemente su padre, pues el juego decía que él y Percy estaba relacionados por parte materna) era un Dios Griego, entonces… ¿Cómo encajaba la señora Booker en todo?

«¿Sabes? Una vez la Diosa Astrea quiso llevar a la humanidad al camino del bien y acabar con todo mal, razón por la que se re-encarnó a sí misma en una mortal llamada Dice (aunque a la final tuvo que tirar la toalla en su plan) —informó Harmusp—. También una vez la Diosa Némesis se re-encarnó en la princesa Leda que luego dio a luz a los hijos de Zeus: Helena de Troya y los Dioscuros. Por eso es que en muchos lugares de Grecia los tres son adorados como Dioses incluso aunque se supone que nacieron como mortales»

«¿Tratas de decir que mi madre…?»

—«Solo estoy dando una posibilidad —le aclaró Harmusp—. Yo no soy adivina ni tengo poderes mágicos de observación como tú. Estoy tan perdida como lo estás tú en estos momentos»

Harry guardó silencio al pensar eso, sin saber que pensar. O mejor dicho: sin querer pensar. Le dolía la cabeza al pensar que había un gran secreto detrás del gran secreto de que era un mago.

«Aunque… —se encontró pensando sin poder evitarlo—. Yo no tengo la ventaja [Divinidad] como Percy…»

Recuerde, jugador, que las ventajas se van añadiendo conforme usted es confrontado por su situación —dijo Aissi de manera plana.

Harry quiso preguntarle si eso quería decir que en realidad si era un Semidiós; pero algo le dijo que la muy troll de Aissi no le respondería directamente por más que le preguntara.

Sacudió la cabeza luego de pensar eso, sintiendo la mirada preocupada no solo de Percy sino también de Quirón, que lucía algo culpable, tal vez pensando que no le había dicho las cosas como debería habérselas dicho.

Harry pensó que no había forma alguna de decir «Ey, uno de tus padres es un Dios» sin que la persona oyente no entrara en algo semejante a una crisis existencial.

—Entonces… —dijo, pensando que Quirón ahora sí debería creerse eso de que no sabía nada—. Este es un Campamento para Semidioses, ¿no?

—Sí —asintió Quirón, cambiando el tema de manera amable, todavía luciendo como si estuviera preocupado por su bienestar. Parecía ser que aparte de habilidades de batalla, también tenía conocimientos de psicología infantil—. Este es un lugar donde los Semidioses pueden aprender y entrenarse, siempre que estén dispuestos a ello, claro está.

—¿Por qué? ¿Acaso hay otros lugares a donde un Semidiós pueda ir? —cuestionó Percy, sonando verdaderamente interesado.

—Pues… —Quirón pensó sus palabras—. Digamos que sí, existen algunas… alternativas. Si eres una Semidiosa, puedes jurar alejarte de toda forma de amor romántico y lady Artemisa te tomará bajo su ala, volviéndote una de sus cazadoras, que son guerreras muy fuertes que gozan de la juventud eterna. También puedes ir a la legendaria isla de Themyscira y probar tu valía ante las Amazonas, quienes te aceptaran como una de sus hermanas y te protegerán de todo.

Harry Potter y el Juego del DestinoOnde histórias criam vida. Descubra agora