Harry Potter y el Juego del Destino

Capítulo 12: Matando No-Muertos (otra vez)

Al principio, solo había oscuridad.

Luego, se hizo la luz.

Un brillo de múltiples colores, similares a las de un caleidoscopio brilló por un instante, antes de desaparecer. Fue en el momento en que esa luz desapareció que Harry pudo observar el lugar en donde estaba.

Era una habitación. Una habitación tan horrible y anti-hospitalaria que probablemente debió haber sido utilizada en algún momento por piratas.

Era la habitación de Harry en el barco Pequod II.

O al menos eso era lo que aparentaba, pues Harry sabía que en realidad se encontraba en una dimensión de bolsillo llena de monstruos que había sido creada por él con ayuda de sus poderes del jugador

Era un hecho sorprendente, pero para el Harry que ya se había acostumbrado a su extraña vida como jugador era algo común. Algo que incluso podía llamarse como «rutinario»

Sin embargo, había un elemento adicional que alteraba la rutina común de Harry como jugador.

- ¿Qu...? - preguntó Percy, mareado, una mano en su frente y la otra siendo utilizada para apoyarse en la pared y mantener el equilibrio -. ¿Q-Qué fue lo que pasó?

Harry se le quedó mirando, sin saber muy bien que decir o hacer. Él estaba sorprendido tan o más sorprendido que Percy por el repentino desarrollo de eventos.

Y es que lo sucedió fue algo verdaderamente insólito. Justamente cuando Harry, quien había estado practicando magia, había decidido grindear y había conjurado una mazmorra llena de zombis para ello, Percy había aparecido por la puerta, causando que fuera transportado junto con él.

Y para Harry eso era terrible.

- « ¿Qué le digo?» - se preguntó.

Harry tenía sentimientos contradictorios acerca de cómo actuar.

Por un lado, no quería decirle a Percy acerca de sus poderes del jugador. Él sentía que eso era una cosa muy personal. Algo que no podía revelar así como así. Era tan así que la única persona que sabía acerca de él era Harmusp, y eso porque Harry, demasiado enfrascado en salvarle la vida, le había sin querer revelado acerca de su poder.

Pero por otro lado, Harry simplemente no quería mentirle a Percy. Él no era un fanático de las mentiras, dado que la mayor parte de vida había vivido creyendo en una, y aunque era capaz de hacer uso de ellas, por lo general trataba de ser sincero con las personas que estaban a su alrededor.

Pero en esa situación, la mentira era la mejor opción en lugar de la verdad; o al menos eso pensaba él. Después de todo, ¿acaso podía esperar decirle a Percy: «Ey, tipo; resulta que mi vida es un videojuego» y que este le contestara con un simple: «Genial»?

No. Eso era ilógico. Percy se veía como una persona flexible y todo, pero una cosa era la flexibilidad mental y otra era la capacidad de aceptar lo imposible.

Harry no era un psicólogo o algo así, pero gracias a un poco de lectura él se daba una idea acerca de cómo actuaban las personas. Los seres humanos eran criaturas estrechas de mente que ante un cambio muy brusco o se adaptaban o perecían, presas de su propia locura. Eso era algo natural, e incluso el propio Harry lo había experimentado de primera mano cuando descubrió por primera vez sus poderes.

Harry no sabía si Percy se volvería loco si le revelaba acerca de sus poderes. Harry no quería hacerle daño a él, quien era lo más cercano a un amigo humano que había tenido en su vida.

Sin saber qué hacer, Harry apretó sus dientes, frustrado.

- «Si tan solo conociera un hechizo de borrado de memoria o algo así» - pensó.