Capítulo 15: La Bestia Blanca de la Locura (Parte 01)

1K 68 106
                                    

Harry se estaba cansando de tener sueños raros.

Desde ese día que se despertó agitado porque un extraño ser con forma de conejo había secuestrado su alma cuando esta se encontraba fuera de su cuerpo gracias a su habilidad [Pneumakinesis], causando que pasara una tarde muy extraña con su primo Percy en la cual ambos se enfrentaron a un extraño calamar gigante con gustos muy «perversos», sus sueños se habían tornado mucho más extraños de lo normal.

Y eso era decir mucho.

Un día soñó con que estaba jugando con un montón de peluches, cuando de repente uno con forma de lobo le aullaba y procedía atacarlo lanzándole acido, solo para que luego un muy extraño (pero bonito) peluche con cuerpo de jabalí y colas y orejas de gato lo defendiera con su propio cuerpo, causando que él llorara agitadamente en una escena que debió haber sido desgarradora pero que terminó encontrando muy extraña al tratarse de peluches.

Otro día soñó conque una hermosa águila (¿o sería una gallina?) estaba cantando con un hechizante acento francés, causando que un ejército de cisnes apareciera y empezara a bailar una danza que era tan hermosa como mortal (pues las patadas que estas daban generaban cráteres de tamaños propios de los impactos de los meteoritos cuando chocaban con la tierra) en contra de un murciélago que usaba un látigo para espantarlos mientras chillaba espantado: «¡No, por favor! ¡Yo no sabía que estaba haciendo algo malo!».    

Y otro día soñó con que la señora Johnson estaba preparando taoyaki, cuando de repente el pulpo cobraba vida y empezaba a volverse tan grande que amenazaba con destruir el mundo (cosa que no entendía cómo era posible), causando que la señora Johnson agarra una cruz, le echara salsa de tomate y gritara: «¡En el nombre de Bretaña!», causando que ella y el pulpo explotaran en llamas.

Y Harry podía cansarse de contar sueños extraños como esos.

Cada vez que se acordaba de esos sueños se sentía confundido. Podía entender en parte lo del taoyaki (la experiencia con el calamar gigante le había generado cierto trauma), pero todos los demás sueños no podía entenderlos. ¿Qué significaban? ¿Por qué los tenia? ¿Acaso su mente estaba tan traumada que tenía sueños extrañas como consecuencia de ello?

Harry no sabía si existían psicólogos de los sueños o personas encargadas de entender el significado de los sueños, pero de veras que quería ir a uno. Necesitaba saber con urgencia que demonios significaban esos sueños tan raros.

– «Sobre todo porque ahora estoy teniendo otro de esos» – pensó, su atención centrándose en lo que estaba pasando en el sueño.

En este sueño, Harry estaba vestido con un disfraz gigante de conejo que era bastante similar a una pijama de niños (cosa que le dio vergüenza incluso tratándose de un sueño). Él estaba sentado en un trono rodeado de cientos de personas que coreaban: «¡Conejo! ¡Conejo! ¡Salve, Conejo!» con emoción.

Y fue entonces cuando Harry pensó que solo se trataba de otro sueño muy raro (aunque no tanto como el de la señora Johnson) que algo paso:

¡Ping!

[¡El modo [Pneumakinesis] se ha activado!]

– «¿Qué…?»

Harry ni siquiera pudo cuestionarse ese sorpresivo anuncio.

De repente, las personas que estaban a su alrededor se le acercaron y lo cargaron con todo y trono. Coreando: «¡Conejo! ¡Conejo! ¡Salve, Conejo!» a voces vivas, estos empezaron a dirigirlo hacia algún lugar. Mientras lo hacían, Harry pudo notar con sorpresa algo en lo que no había caído en cuenta: todas esas personas estaban armados. Estaba rodeado de un ejército.

Harry Potter y el Juego del DestinoWhere stories live. Discover now