Capítulo 13: La Advertencia del Espíritu

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Luego de haber tenido una tarde muy extraña que había involucrado una pelea con un ejército de No-Muertos y haber tenido un encuentro con un extraño Troll que quería secuestrar y tomar a Percy como su pareja, Harry y Percy decidieron que ya habían tenido suficiente grindeo por un día… Aunque la verdadera razón era que ambos querían apresuradamente conseguir un par de pantalones para Percy.

Al principio ambos estuvieron pensando profundamente durante varios minutos en cómo iban a lograr salir del cuarto de Harry sin que ni Sally ni ningún otro miembro de la tripulación los cacharan y les preguntaran que cosa habían estado haciendo que había hecho que Percy quedara sin pantalones, sin encontrar respuesta alguna.

Afortunadamente, Harry pronto recordó como Aissi había sido capaz de aparecer en el mundo real en la posición en la que encontraba en la [Mazmorra Vaciá], por lo que él le mencionó aquel hecho a Percy, con la intención de que este le dijera la ubicación de su camarote, cosa que este hizo, ocasionando que ambos se adentraran en el barco en una feroz batalla contra los No-Muertos que se les atravesaban. De los dos, el más impetuoso en sus ataques era Percy, quien quería apresuradamente conseguir algo que ponerse en la parte inferior de su cuerpo al ya empezar a resentir la brisa fría del mar.

Fue así que, luego de haber matado a una buena cantidad de Zombis Piratas y que Percy hubiera subido de nivel una vez más, que ambos llegaron al camarote de Percy, en donde Harry utilizó el hechizo [Deshacer Mazmorra], causando que ambos aparecieran en el mundo real.

– Bien – exclamó Percy, agachándose hasta quedar debajo de su cama, para luego sacar una maleta de ahí. De esa misma maleta, él sacó un pantalón, una camisa y un nuevo par de calzoncillos, los últimos teniendo unos bonitos dibujos de lo que parecía ser, Winter, el delfín (cosa que hizo que Harry se preguntara si toda la ropa interior de Percy tenía dibujos animados de peces) –. Ahora, ¿te molestaría darme un poco de privacidad? – le preguntó.

Harry hizo una mueca de extrañeza –. ¿Pero no se suponía que solo te ibas a poner otro par de pantalones?

Percy, por su parte, también hizo una mueca –. Esa era la idea, pero… acabo de caer en cuenta de que aparte de que estoy mojado, esta ropa estuvo en contacto extremo con ese tal Troll de agua

Por la expresión que tenía en su cara, Harry pensó que Percy estaba pensando en quemar la ropa que había traído puesta, o por lo menos tirarla al mar para más nunca volver a verla.

– «Eh, Harry, aconséjele que la queme en lugar de tirarla – le dijo Harmusp, todavía fusionada con él –. De lo contrario, es muy probable que una oleada de monstruos nos persiga… o también puede matar a toda la fauna marina con la peste de su ropa, pero me preocupa más lo primero»

Harry quiso no hacerle caso a Harmusp; pero al escuchar lo que ella decía, el no pudo evitar imaginarse a Percy lanzando su ropa al mar, causando que una oleada de cientos de Trolls de agua con corazones en los ojos aparecieran queriendo secuestrarlo para volverlo su pareja.

– Eh… Si quieres deshacerte de la ropa me avisas. Yo puedo quemarla siempre que tú quieras – dijo, haciendo una mueca al saber lo extraño que sonaba lo que decía. 

Percy le dio una mirada confundida, como preguntándose: « ¿Y a este que narices le pasa?»… O tal vez, por la cara que ponía, su proceso era mucho más complejo y avanzado que el de Harry, siendo más o menos algo como: « ¿Qué?»    

Fuera lo que fuera que estaba pensando, Harry, cumpliendo con la petición de Percy, no se quedó a averiguarlo, puesto que utilizó el conjuro [Crear Mazmorra] y le permitió a Percy ponerse (o quemar) toda la ropa que quisiera.

Harry Potter y el Juego del DestinoWhere stories live. Discover now