Capítulo 10

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La noche había pasado tranquila para la familia, menos para Caspian ni Susan que daban vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, ninguno de los dejaba de pensar en lo que podía pasar al día siguiente.

Ésta no era una mañana fuera de lo común, Susan se tardaba horas para arreglarse y Edmund dormía más de lo que se esperaba, lo único diferente es que finalmente podrían conocer a la familia de Caspian.

Después de desayunar en familia los hermanos y Caspian tomaron las pequeñas maletas que llevarían a la casa del profesor, pues pretendían pasar ahí el fin de semana. Cuando todos estuvieron listos se despidieron de sus padres y Peter tomó las llaves del auto.

Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos de sus padres, Caspian se atrevió a preguntar.

-¿Y los caballos?- al oír aquello Edmund soltó una carcajada.

-No hay caballos- Caspian lo miró con confusión ¿cómo rayos iban a llegar a la casa del profesor?-Los caballos están ahí- Ed señaló el auto de su padre dejando aún más confundido al telmarino.

-¿Ahí?- Caspian no entendía cómo era que los caballos estuvieran dentro de aquella extraña pieza de metal.

-Sube- Lucy abrió la puerta para que Caspian pudiera entrar.

-Que extraño, ¿qué es esto?- miraba con cierta desconfianza y curiosidad aquel auto.

-Es un auto, es...como un barco, pero con ruedas- Caspian aún traba de comprender las extrañas cosas que tenían en ese mundo tan nuevo para él, pero al ver que los Pevensie estaban subiendo al auto, no tuvo otra opción que subir también.

En el asiento del copiloto iba Edmund y en la parte trasera iban Caspian, Lucy y Susan, quién al ver que Caspian entró primero al auto dejó que que hermana menor se sentara entre ellos, pues no quería hablar con él, pero él tenía la esperanza de poder hablar con ella, desde el día anterior no hablaban y quería explicar algunas cosas.

El viaje hacía la casa del profesor pasó tranquilo, los chicos escuchaban música mientras veían como el paisaje iba cambiando a medida que se acercaban a la casa de campo.
Caspian miraba todo a su alrededor con asombro, le gustó ver los diferentes autos que circulaban por la carretera, todas las casas y altos edificios, muchos comercios en las grandes avenidas. Todo era nuevo para él y cada cosa que veía la disfrutaba como si fuera la primera y última vez que la vería.

En cuanto Peter les informó que ya estaban por llegar el ambiente dentro del auto cambió, la música se oía de fondo pero ya nadie cantaba, todos empezaron a ponerse nerviosos, unos más que otros y si se agudizaba bien el oído era posible oír el latido de los corazones.

Cuando por fin llegaron y salieron del auto, el profesor ya los estaba esperando en la puerta de la casa.

-¡Muchachos, que bueno verlos!- el profesor saludó cariñosamente a cada uno de los Pevensie -Tu debes ser Caspian, no es así?- el profesor lo miró y le tendió la mano -He oído mucho sobre ti, pasen, pónganse cómodos y en unos minutos platicaremos.

Todos entraron a la casa siguiendo a la señora Macready quién los llevaría a sus habitaciones cuando se escuchó a lo lejos una voz femenina.

-¡Caspian!- una rubia delgada corrió y automáticamente se lanzó a los brazos del rey -No sabes cuánto te extrañe- lo abrazaba con fuerza sin importarle que todos los estuvieran viendo.

-¡Papá!- un joven muy parecido a Caspian se unió al abrazo.

Los Pevensie miraban un poco incómodos la escena, por lo que agradecieron mentalmente cuando la señora Macready les dijo que los llevaría a sus habitaciones dejando a la familia a solas.

Mientras las chicas desempacaban Lucy no dejaba de ver a su hermana.

-¿Estás bien?- Lucy dejó de desempacar sus cosas para hablar con Susan.

-Claro, ¿por qué tendría que estar mal?-

-Pues...por lo de...

-¿Por Caspian y su...familia? No, estoy bien- Susan lanzó un suspiro y se sentó en la cama- ¿Tendría que estar mal porque encontró una linda mujer que le dio una familia? Eso tenía que pasar Lu, no podía esperarme por siempre, yo jamás iba a regresar y...él tenía que hacer su vida, tú sabes como es eso, ambos teníamos que seguir adelante y...- Susan no pudo continuar, un nudo se estaba formando en su garganta y en cuestión de segundos empezó a llorar. Lucy, al verla, la abrazó e intentó calmar a su hermana -No sé porque estoy llorando...me siento tan...tan tonta- se dejó caer en la cama sin dejar de llorar.

-Tranquila Su- la menor de los Pevensie se recostó junto a su hermana- pero si sirve de algo, yo sé que te quiere, lo veo- Lucy abrazó a su hermana y se quedaron así durante unos minutos que a ellas les parecieron horas.

Mientras los Pevensie desempacaban,  Caspian y su familia recuperaban el tiempo perdido.

-Mi amor, no sabes cuánto te extrañé- Liliandil lo llenaba de besos -¿Estás herido?¿Te sientes mal?- acarició su rostro y lo miró de arriba a abajo asegurándose que no estuviera herido.

-Estoy bien Liliandil, no tienes que preocuparte- en ese momento Caspian se sentía asfixiado por el comportamiento de su esposa, por lo que intentaba zafarse de su agarre. Liliandil lo notó y decidió soltarlo con una leve sonrisa en el rostro.

-Que gusto que estés bien papá, yo...estaba muy preocupado- Rilian abrazó a su padre, cosa que a Caspian le movió el corazón, no recordaba cuando había sido la ultima vez que su hijo le había dado un abrazo.

-A mi también me da gusto verlos- sonrió mirando a su esposa e hijo.

-Debes estar cansado, Rilian ayuda a tu padre con su maleta, te llevaré a la habitación para que puedas descansar un rato. El profesor Kirke ha sido muy amable, veo que con las personas que estuviste también lo son, ya quiero conocerlos- Liliandil sonaba muy entusiasmada, quería agradecerles por haber cuidado de su marido, pero Caspian estaba muy seguro que ni a su esposa ni a su hijo le gustaría mucho saber con quienes había estado.



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