Capítulo 24

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A la mañana siguiente, Rilian descubrió a Susan en la cocina con la chaqueta de su padre puesta.

-¿Eso no es de mi papá?- la voz del príncipe hizo saltar a Susan provocando una risa burlona en él.

-¿Qué haces aquí?

-Buenos días a ti también, ¿qué no les enseñaron modales?- Rilian no dejaba de ver a Susan mientras tomaba una taza de café, haciendo que la chica rodara los ojos.

-Buenos días, ¿qué haces aquí?

-Me quedé a dormir, vivir con un bebé no es muy buena idea, no he podido dormir bien en meses- Rilian veía con curiosidad la chaqueta negra que Susan llevaba puesta -Veo que te fue muy bien cuidando a mi hermano.

-Para tu información, sí, me fue bastante bien- sin decir nada más Susan salió de la cocina.

-¿Tendré que llamarte mamá?- aunque Rilian habló en voz baja, Susan alcanzó a escucharlo y le lanzó una bola de papel golpeándolo justo en la cabeza.

Por la tarde, cuando Susan había terminado sus clases se disponía a ir al trabajo de Caspian para sorprenderlo, pero afuera de la librería se topó con Andrew, un amigo del colegio.

Mientras Caspian realizaba su trabajo observó a una pareja por el vidrio que daba hacia la calle, se les veía muy acaramelados y la sonrisa que le habían provocado se esfumó cuando se dio cuenta que era Susan acompañada de otro chico.

Susan se despidió de Andrew y entró a la librería en busca de Caspian.

-Hola- la chica entró muy animada saludando al muchacho, quien solo le dio un seco asentimiento de cabeza dejando a Susan confundida -¿Está todo bien?

-¿Quién era el chico con el que estabas?- el moreno sonaba molesto y su rostro estaba serio -Te veías muy...cariñosa con él- al decirlo, el muchacho rodó los ojos y continuo con su trabajo.

-Si no te conociera mejor diría que estás celoso- la ojiazul cruzó los brazos sobre su pecho sin dejar de mirar al telmarino mientras una sonrisa comenzaba a aparecer en su rostro.

-Celoso, claro que no estoy celoso- Caspian solo murmuraba haciendo sonreír aún más a Susan.

-¿Qué dices?

Caspian giró para mirarla de frente -Sí, estoy celoso, muy celoso por la manera en la que estabas abrazada a ese tipo.

-Pues es algo muy estúpido, porque él prefiere la compañía de los hombres

-¿Hombres?

-Sí- la chica sonrió al ver la cara de asombro de Caspian -Es gay, tu sabes, le gustan los hombres

El muchacho balbuceó algo que Susan no alcanzó a entender. Se sentía muy torpe por haber celado a Susan de esa manera, no sabía ni que decir.

-No...no sabía

Susan se encogió de hombros y le sonrió al chico -Entonces...cuándo tendremos nuestra próxima cita?- Caspian sonrió complacido al saber que Susan aceptaba su invitación. 

El sábado llegó muy rápido y con el llegaba la cita de Susan y Caspian. Desde muy temprano la chica se adueñó del baño de la casa con intención de arreglarse y no salió hasta que creyó estar lista.

Caspian no se había quedado atrás, no había tardado horas en el baño, pero si se había arreglado más que de costumbre e inclusive le pidió a Liliandil un par de consejos sobre qué debería ponerse. 

La tarde había caído sobre Finchley mientras cierto telmarino caminaba hacía la casa de los Pevensie. Ambos estaban nerviosos. Susan había tenido un par de citas con muchachos, pero nada en especial, a  diferencia de Caspian, él jamás había tenido ese tipo de citas. 

Después de unos minutos, Caspian estaba parado frente a la puerta de la casa esperando a que Susan bajara y un par de segundos después de haber golpeado la puerta, ella apareció.

La chica no usaba un gran vestido, ni nada por el estilo, solo llevaba unos jeans y una blusa, su cabello estaba peinado con ligeras ondas y su maquillaje era muy natural, pero eso bastó para que a Caspian le palpitara el corazón a mil por hora y casi se le olvidara respirar. 

-Te ves...hermosa- Caspian la miraba embobado sin dejar de sonreír.

-Tu también te ves muy bien- Susan estaba ligeramente ruborizada pero jamás había dejado de sonreír. 

Caminaron un poco y tomaron un taxi que los llevaría hasta el lugar donde sería su cita, hasta ese momento Susan no había notado que Caspian llevaba consigo una pequeña maleta.

-¿Para qué es eso?

-Ya lo verás- el muchacho le lanzo un guiño haciendo sonreír a Susan.

Después de unos minutos el auto se detuvo en lo que parecía ser un parque algo alejado de la ciudad. 

-Es muy bonito- Susan admiraba el parque, todo estaba en silencio y si se agudizaba bien el oído se podía escuchar el ruido de los carros circulando por las calles. A lo lejos se podían ver las luces de las casas, de alguna manera el ambiente resultaba bastante relajante -No me mal entiendas, pero qué hacemos aquí?

-Nunca creí que fueras tan desesperada- el muchacho sonrió haciendo que Susan rodara los ojos y esbozara una pequeña sonrisa -Quería hacer algo especial, me ayudas?- la chica asintió y ayudó a Caspian a sacar las cosas que traía en la pequeña maleta.

Había un mantel que dejaron sobre la hierba, sacaron un par de recipientes con algunos bocadillos, bebidas y hasta un par de mullidos cojines.

La noche pasó entre risas y anécdotas de sus aventuras. Caspian insistió en que Susan contara la historia de como habían llegado a Narnia, le gustaba escucharla hablar, amaba el timbre de su voz y la manera en que veía hacía un punto en la nada cuando intentaba concentrarse y recordar.

Cuando terminaron de comer los bocadillos se recostaron sobre el mantel mientras admiraban las estrellas. Habían tenido suerte esa noche pues no había una sola nube en el cielo que cubriera las estrellas. 

Mientras miraban el cielo estrellado, Caspian le contaba un par de historias de las constelaciones narnianas, historias que su padre le había contado cuando era solo un pequeño niño travieso.

Al mirar las estrellas, Susan quiso contarle una historia que había leído hace un tiempo. Era la historia de Apolo.

Apolo conoció a una bella mujer que se estaba bañando en un rio, se acercó a la mujer y le preguntó "princesa, ¿Cuál es tu nombre?" la mujer contestó que no era ninguna princesa, solo era una persona normal. 

Apolo quedó tan impactado por su belleza que le pidió matrimonio a la chica, pero ella lo rechazó, entonces él insistió hasta que ella aceptó y fue cuando Apolo recordó que era inmortal.

Para no decepcionar a la chica le dijo que algún día regresaría, pero no fue así. La mujer lo esperó durante muchos años sin perder la esperanza de volver a verlo y mientras esperaba, ella terminó convirtiéndose en un girasol.

-Es una historia muy hermosa- Caspian nunca había dejado de verla mientras ella contaba la historia -¿Dónde la escuchaste?

-Una vez la leí en un libro y me gustó tanto que terminé por memorizarla- la chica sonrió y giró la cabeza para mirar a Caspian.

Ambos habían quedado a poca distancia del otro, Caspian veía disimuladamente los labios de Susan y viceversa. 

Susan quería besarlo, había algo dentro de ella que quería hacerlo, pero no se atrevía. A él le pasaba lo mismo. Sus corazones latían tan fuerte que podían escuchar el del otro.

Susan estaba perdida en los ojos de Caspian que no se dio cuenta que él había acortado la distancia y ahora se encontraba acariciando suavemente su cabello a tan solo un par de centímetros de distancia. 

Una de las manos del chico se coló por la nuca de ella, atrayéndola suavemente hacía él para finalmente besarla. 

Las Crónicas de Narnia: Un nuevo mundoWhere stories live. Discover now