Capítulo 18

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Ya habían pasado un par de semanas desde la noche de películas y alguien no lo pasaba tan bien en su casa, ese alguien era Liliandil. La chica aún trataba de recuperar a su esposo, pero todos sus intentos eran fallidos. Intentaba besarlo, tener algún gesto romántico e incluso llegó a hacerle a Caspian un par de insinuaciones mientras estaban en la cama, pero nada funcionaba. Junto a Caspian se sentía sola, abandonada, pero cuando estaba con Peter era diferente y eso la asustaba.  

En una de tantas ocasiones en las que Caspian salía de casa, Liliandil recibió una invitación por parte de Peter para tener una cita, y es que llevaban saliendo algunos meses desde que la estrella había aparecido en su mundo, no era algo por lo que se sintieran orgullosos, pero ambos se sentían bien con la compañía del otro.

Pasaron todo el día juntos, Peter la había llevado por primera vez al cine dejando a Liliandil maravillada con la experiencia, cuando la película terminó fueron a cenar a un elegante restaurante y por último dieron un paseo nocturno por las calles de Londres. La noche parecía perfecta, hacía un poco de frío por lo que Peter, amablemente, posó sobre la espalda de la estrella la chaqueta que él había usado. De un momento a otro las gotas de lluvia empezaron a caer arruinando lo que quedaba de su cita. 

Cuando la lluvia comenzó a ser más fuerte ambos tuvieron que correr hacia la casa de Liliandil, olvidando por completo si alguien se encontraba en casa, que por suerte se encontraba sola. 

-Lo siento, debí revisar el clima antes de salir- aunque ambos estaban empapados de pies a cabeza no dejaban de reír.

-No hay problema, igual fue muy divertido- Liliandil no dejaba de sonreír, no recordaba la última vez que se había divertido tanto -Creo que deberíamos...secarnos- la chica empezaba a ponerse nerviosa, pues la delgada playera que Peter usaba estaba completamente mojada haciendo que se pegara al cuerpo del rey dejando ver el trabajado cuerpo que tenía. Llevó a Peter a la parte de arriba para prestarle algo de ropa y una toalla para que se secara. Dejó que Peter se secara en el cuarto de su hijo mientras ella se cambiaba en la habitación que compartía con Caspian.

Una vez que ambos estuvieran secos bajaron al salón para calentarse con el fuego de la chimenea. 

-Disculpa, esto no era...precisamente lo que tenía planeado- Peter no paraba de disculparse con la chica por como había terminado su cita.

-Ya te he dicho que no hay problema, lo pasé muy bien- Liliandil inconscientemente comenzó a acariciar suavemente el cabello de Peter, cosa que al muchacho no le disgustó, al contrario, sentía que con cada caricia su corazón latía más y más rápido. 

El ambiente en aquella casa incitaba al amor, la tenue luz y el calor que emanaba la chimenea había creado una atmosfera romántica. Peter siempre había considerado a Liliandil hermosa, pero en aquel momento la veía aún más hermosa, el sonido de su risa era música para el muchacho y su perfume lo enloquecía por completo, por lo que no se pudo resistir y besó a la estrella, pero de inmediato se alejó.

-Perdón, yo...no se lo que me pasa- Peter se sentía avergonzado, pero al mismo tiempo sorprendido, pues esperaba que Liliandil lo abofeteara pero la chica se había quedado quieta, lo que pasó a continuación lo sorprendió aún más, Liliandil lo estaba besando. 

Lo que empezó con un suave e inocente beso comenzó a subir de nivel cuando las manos de Liliandil se colaron por debajo de la camiseta del rey acariciando su fuerte y marcado abdomen haciendo imposible que Peter se controlara ante su toque. Con una maestría impresionante ambos despojaron al otro de su ropa para después entregarse en cuerpo y alma el uno al otro. 

Junto a Peter, Liliandil se sentía amada, deseada, se sentía viva, como hacía años que no se sentía y le encantaba sentirse así de nuevo. 

Después de unas horas Peter regresó a su casa directo a su cama, no le importó quién estaba en casa, solo fue a su habitación dejándose caer en la cama, se sentía como si flotara.

En casa de Liliandil pasaba algo parecido, ella se sentía en las nubes, no había dejado de sonreír desde que Peter se había ido de la casa y cuando Caspian y su hijo regresaron no pudieron evitar notar la sonrisa en la cara de la estrella.

-¿Estás bien Liliandil?- Caspian estaba confundido por el cambio de actitud de su esposa.

-Si, todo está de maravilla- la estrella les dio un beso de buenas noches a los dos hombres y fue directo a su cama.

Al siguiente día Peter fue el último en despertarse, por lo que al bajar al salón pudo ver a su madre junto con Edmund viendo el televisor.

-¿Dónde están las chicas?- preguntó el rey ganándose burlas por parte de Edmund sobre la hora en la que se despertó.

-Buenos días querido, tus hermanas salieron desde temprano, Lucy salió con tu padre y Susan salió a desayunar con unos amigos- sin decir nada más su madre continuo limpiando la casa. Después de un par de minutos Susan regresó a casa, donde su hermano ya la esperaba.

-¿Dónde estabas, Su?- Peter intentaba sonar lo más normal posible, no quería incomodar a su hermana con sus preguntas.

-¿Yo? unos amigos me invitaron a desayunar- Susan no sabía a que se debía el interés de su hermano, pero en el fondo sabía de lo que se trataba.

-Claro, ¿crees que no me doy cuenta de las miradas entre tú y Caspian?-

-No...no se de lo que hablas- Susan intentaba sonar lo más segura posible, no quería que su hermano hiciera una escena de celos.

-¿No sabes? Los vi la noche que Ed los invitó a ver películas, tu recostada sobre su hombro sonriéndole como si nadie más los viera- 

-¿A qué viene todo esto?- la chica empezaba a molestarse por la actitud de su hermano, no quería que la tratara como si fuera una niña.

-Solo...no quiero que termines lastimada como la primera vez- 

-Gracias, Pete, pero se cuidarme, además entre él y yo no...hay nada, acordamos solo ser amigos- Susan suspiró pesadamente al decir lo último, pues le dolía saber que no podía haber nada más entre el telmarino y ella. Ante sus palabras Peter se tranquilizó y dejó pasar las salidas de su hermana con el muchacho.

Las semanas pasaban y los encuentros entre Peter y Liliandil eran más seguidos desde aquella cita. Mientras los amantes se escondían Caspian y Susan tenían sus encuentros habituales, pero en una de tantas ocasiones el telmarino no resistió y besó a Susan.

"Ambos estaban en casa de los Pevensie, se habían quedado solos después de haber ayudado a la madre de los Pevensie con algunas cosas en la casa y para descansar se sentaron en el sofá mientras tenían una charla.

Caspian dejó de prestarle atención a lo que Susan decía para concentrarse en otra cosa. Veía con detenimiento el rostro de la chica, sus ojos, su sonrisa, lo volvía loco, en algunas ocasiones nervioso. Poco a poco fue acortando la distancia entre él y la chica hasta que de un momento a otro sus labios estaban posados con delicadez sobre los de Susan.

-¿Qué haces?- Susan se separó de inmediato evitando mirarlo.

-P-perdón, no quería incomodarte...-

-Acordamos ser amigos-

-Si, si, lo sé, pero...- Caspian lanzó un suspiro mientras pasaba las manos por su cabeza -Susan, sabes lo que siento por ti, no puedo seguir fingiendo que solo somos amigos, por favor, dame una oportunidad- el chico estaba desesperado, rogaba por que Susan aceptara su propuesta.

-¿Qué hay de tu esposa?

-Sabes que nuestra relación no es buena, la terminaré en cuanto tenga oportunidad, te lo prometo- Susan se veía pensativa algo dentro de ella decía que no era correcto, pero por una sola vez quería escuchar a su corazón y no a su cabeza.

-De acuerdo, hay que intentarlo- ambos sonrieron como nunca antes dispuestos a intentar esa relación que tanto habían esperado."









Las Crónicas de Narnia: Un nuevo mundoWhere stories live. Discover now