Capítulo 21

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Desde muy temprano Peter se levantó y salió de casa, necesitaba pensar en lo ocurrido la noche anterior. Caminó durante unos minutos hasta que se detuvo en un parque, se sentó en una banca frente a un hermoso lago y comenzó a pensar en todo y nada al mismo tiempo.

-¿Puedo sentarme?- unos minutos después, o al menos así fue como él lo sintió, una voz femenina se hizo presente. El chico dejó que ella tomara asiento junto a él y por un largo tiempo ambos se quedaron en silencio, solo disfrutaban de la calma que el lago les transmitía, el aire movía suavemente las hojas de los árboles provocando en ellos un efecto de paz y tranquilidad, hasta que la chica habló por primera vez en un largo tiempo.

-Lamento las cosas que dije ayer, estaba molesta, no...quería lastimarte- Susan miraba de vez en cuando a su hermano, que tenía la vista perdida en el lago.

-No importa, Su, todo está bien- Peter continuaba sin ver a su hermana, se limitaba a ver el lago y a las personas que se encontraban en el parque -Supongo que...yo habría actuado igual o peor, pero tranquila, no estoy molesto- el chico se encogió de hombros y soltó un suspiro.

-Creo que...estamos un poco locos, no?- su hermano la miro sin entender muy bien lo que decía -Ya sabes, por amar a las personas equivocadas- ahora la chica miraba hacia el lago mientras suspiraba. 

-Supongo que si, pero no creo que sean las personas equivocadas, tal vez solo sea el momento equivocado- Susan quedó sorprendida por el comentario de su hermano.

-La quieres, ¿no es así? No eres de esos que dicen cosas cursis y mira lo que acabas de decir- su hermana tenía una pizca de burla en lo que decía, cosa que hizo sonreír a Peter -Creo que te estás enamorando- ambos rieron ante las palabras de la chica.

-Creo que deberíamos ir a desayunar, comienzas a delirar- los hermanos empezaron a reír y se levantaron de su asiento para comenzar a caminar de regreso a casa.

Los meses pasaban y el embarazo de Liliandil también avanzaba. En esos seis meses habían pasado muchas cosas, las vacaciones habían acabado y los hermanos Pevensie habían regresado al colegio a excepción de Peter, quien ahora se encontraba trabajando con su padre.

Con la llegada del nuevo bebé, Caspian se vio forzado a conseguir un trabajo, por suerte Susan había dejado una vacante en la librería y el muchacho de inmediato tomó el puesto. Su relación con Susan era nula después del anuncio del bebé y es que era entendible, Rilian intentaba jugar el papel de cupido hablando con Susan sobre su padre, pero la chica siempre evadía el tema. 

Después de que Susan regresara de sus clases dispuesta a descansar en casa recibió una llamada alarmándola y provocando que saliera corriendo con dirección a cierta casa.

-¡¿Qué pasó?!- la chica llegó agitada a la casa de Caspian dónde se encontraban un muy asustado Rilian y una preocupada Liliandil que sostenía entre sus manos su abultado vientre haciendo un gesto de dolor.

-N-no lo sé...mi mamá- Rilian estaba en shock mirando a su madre retorciéndose de dolor. Al ver esto, Susan se acercó a la estrella con la intención de ayudarla.

-Aún no es tiempo...tengo mucho miedo- Liliandil veía a Susan con miedo, la chica estaba llorando y temblando, no quería que le pasara nada malo a su bebé, pues aún faltaba un mes para el nacimiento, pero hacía un par de minutos había sentido una fuerte punzada en el vientre indicando que algo no andaba bien.

-Tranquila, todo va a estar bien- Susan tomó su mano y le dio instrucciones a Rilian para que consiguiera un taxi que los llevara al hospital, una ambulancia tardaría demasiado y jamás se perdonaría si algo malo le pasaba al bebé.

Solo un par de minutos después ya se encontraban los tres en el auto en camino hacia el hospital. Durante todo el trayecto Susan nunca soltó la mano de Liliandil, intentaba tranquilizarla con ejercicios de respiración que había aprendido viendo las películas hasta que llegaron al hospital y de inmediato la llevaron a revisión mientras Susan y Rilian se quedaban en la sala de espera.

-Llamaré a mi papá- 

-No sabe usar su teléfono- Rilian rodó los ojos y soltó un bufido al oír a Susan mientras volvía a tomar asiento junto a ella.

-A veces parece un anciano- Susan soltó una risa al oír a Rilian -¿Cómo puede ser posible que no pueda contestar una llamada?

-Es...tierno cuando intenta hacer una llamada o cuando quiere contestar una- la chica sonrió de manera involuntaria al recordar a Caspian fruncir el ceño cuando se desesperaba usando su teléfono, cosa que Rilian pudo notar y no pudo evitar sonreír al ver a Susan.

-Voy a llamar a Peter- al sentir la mirada de Rilian sobre ella prefirió levantarse de su asiento y llamar a su hermano para informarle sobre la situación de Liliandil.

Mientras ella hablaba con Peter, el médico llegó donde se encontraba Rilian y le comentó que el parto de Liliandil se había adelantado dejando muy nervioso al chico. 

El tiempo para los chicos pasaba demasiado lento esperando que alguien de la familia llegara, mientras eso pasaba Rilian entró un par de veces a ver a su madre quien se encontraba bastante preocupada por la situación por la que estaba pasando. Finalmente, después de una larga espera llegó Caspian junto con Edmund preguntando por la estrella y el bebé y tan solo un par de minutos después llegó Peter acompañado de Lucy.

-¿Qué estás haciendo aquí?- Caspian se había puesto a la defensiva en cuanto vio llegar al rey.

-Supe lo que pasó y vine a verla- había preocupación en la voz de Peter, si bien no sabían con certeza quién era el padre, él se había encargado de ayudar a Liliandil. Cuando Rilian llegaba a visitarlos, Peter mandaba dinero para la estrella, sabía que el tener un bebé era costoso por lo que gran parte de su salario iba para ambos.

El doctor se acercó a la familia pidiendo que el padre estuviera preparado, pues en cualquier momento lo llamarían para que acompañara a Liliandil. Como era de esperarse Peter y Caspian comenzaron a discutir sobre quien tenía más derecho para acompañarla terminando por desesperar al resto de la familia.

Mientras ellos pretendían marcar su territorio, una enfermera llegó un poco agitada preguntando por Susan.

-¿Qué pasa?

-La señora pide que usted la acompañe- la enfermera prácticamente arrastró a Susan hacia la habitación donde se encontraba la estrella dejando a todos sorprendidos ante la decisión de Lili. La chica se colocó la bata que le ofrecían y con confusión fue al lado de la estrella.

-¿Por qué yo?- Susan estaba demasiado confundida, su relación no fue buena al principio y justo cuando eso estaba cambiando se anunció la llegada del bebé. 

-Los dos son unos idiotas...- Liliandil se encontraba bañada en sudor y aguantaba las ganas de gritar por el dolor que sentía, Susan solo sonrío por sus palabras y sujetó su mano con fuerza asegurándole que no se alejaría de ahí, no era el momento para resentimientos, Liliandil necesitaba de ella y no pensaba abandonarla.

Un par de segundos después el médico entró a la habitación y le dio instrucciones a Liliandil. El momento había llegado.

En la habitación solo se podían escuchar los gritos de dolor de Liliandil, quien apretaba con fuerza la mano de Susan mientras ella le ayudaba acompañándola de palabras como "Respira profundo", "lo estás haciendo muy bien" o "tu puedes hacerlo". Los minutos pasaban como si fueran horas, Liliandil ya estaba muy cansada, no tenía fuerzas para continuar, cosa que preocupaba a los doctores.

-Por favor, Liliandil, un último esfuerzo- Susan hablaba con delicadeza viendo a la chica llorar por estar agotada y recordó las palabras que una vez le dijo su madre- Cinco minutos de dolor, por una vida llena de felicidad- la estrella la miró y asintió levemente con la cabeza mientras tomaba una gran bocanada de aire para después apretar una vez más la mano de Susan soltando un último grito de dolor.

Un llanto inundó la habitación donde se encontraban, ambas chicas estaban sonrientes al oír al doctor decir "es un niño". Cuando terminaron de limpiarlo de inmediato lo llevaron con su madre y fue en ese momento que ambas supieron quién era el padre.

Solo un par de minutos después Susan salió con el bebé en brazos a la sala de espera donde se encontraba toda la familia a la espera de noticias y junto a ellos unos desesperados Peter y Caspian.

-Felicidades, tienes un hijo...

Las Crónicas de Narnia: Un nuevo mundoWhere stories live. Discover now