Capítulo 1

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MARIZZA

Estar dentro de esa escuela me causó un dolor inexplicable.

Verme obligada a ver felices a todas esas personas me hizo peor.

Solo quería irme a casa y nunca volver a ese lugar.

- Mari. - Mía se me acerca. - ¿Cómo estás?

- Bien- solo digo.

- No me mientas. - dice amorosamente. - Sabes que siempre puedes contar conmigo. 

Me abraza.

Siento que mi llanto se eleva, pero me controlo. 

Todo lo que había sucedido había sido suficiente humillación.

Solo tenía que ser fuerte y levantar la cabeza.

- Yo estoy bien. - Repito.

- Quedarte aquí sola te hará peor, amiga. Vamos a entrar. - me mira a los ojos.

Este estacionamiento siempre me hizo sentir cómoda, pero ahora solo me traía malos recuerdos.

Cuando empiezo a caminar, veo el auto de Joaquín entrando en el estacionamiento.

Me detengo y mi corazón también.

Siento que los brazos de Mía me rodean, pero no puedo continuar.

Pasa frente a mí y veo que Sol está en el asiento del pasajero.

El dolor me sofoca y llega el llanto, sin el cual no puedo controlar.

- Vamos, Mari. - ella anima.

No pude decir nada.

- Cornuda. - Escucho a alguien gritar.

Fue la última gota para quebrarme.

Las lágrimas comienzan a caer y corro.

************

PABLO

Odiaba tener que cambiar de escuela. Esta fue mi tercera expulsión,
pero ¿qué podía hacer?

Me conocían, precisamente, por ser el chico problemático.

Me encantaba una buena pelea y sobre todo la adrenalina.

- Sabes que te van a echar de nuevo, ¿verdad? - Manu soltó una carcajada.

- Cállate.

- Es la verdad, hombre. Mira esta escuela. Es solo para niñitos de papi.

Estábamos frente a la escuela y ya llegaba tarde.

Abro la puerta y salgo.

- Portate bien y haz amigos. - advierte, en serio.

- Vete a la mierda. - doy un portazo.

- Loco no es giratoria. - grita y me río.

Mi padre me había quitado la motocicleta. 

Esto fue un desastre.

Pero si pensaba que cambiaría algo, estaba equivocado.

Manuel tenía razón. Esta era la escuela de nenes de papá.

-Era justo lo que me faltaba- digo en voz alta.

El timbre ya había sonado hace mucho tiempo y no había nadie para ayudarme. 

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILAWhere stories live. Discover now