Capitulo 2

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Camila



El café está caliente cuando me toca los labios, incluso después de unos buenos minutos en la pequeña mesa de la cafetería.

Benjamin aún no se ha presentado a trabajar, lo que me preocupa. Después de esa discusión de ayer a la tarde, no respondió a mis llamadas, ni siquiera dio señales de vida. 

Creo que merezco lo que está haciendo, pero no estoy de acuerdo. Asumo que fui negligente con nosotros, con nuestro compromiso, pero no arreglaremos las cosas con el silencio e ignorandome.

Deberias haberlo pensado antes de tirar todo por la borda, ¿no es así, Camila?

Ignoro mi voz interior y me concentro en buscar mi computadora.

No puedo creer que soy una organizadora de eventos, que hago el mayor trabajo para mis clientes y que no puedo encontrar un organizador de ceremonias decente para mi propia boda. 

¿Cómo pudo Jorge estar tan ocupado?

Soy su jefa, ¡¿cómo puede abandonarme así ?!

-¿Quieres algo más? - un joven pelirrojo se acerca a la mesa con una bandeja contra el pecho, mostrando el delantal negro de la cafetería. 

- No gracias- le devuelvo la sonrisa, haciéndolo asentir y empezar a alejarse- Eh, espera ... 

Llamo tu atención. Se vuelve hacia mí con una expresión interrogante. 

-¿Está tu jefe?

-El señor Rojas no vendrá hoy, pero nos pidió que le dijéramos que puede quedarse todo el tiempo que quiera- responde con calma. 

Ese hijo de ...

- ¿Perdón?- digo consternada

- Sra. Bordonaba, Benjamin dijo que vendría aquí y nos dijo que le sirviéramos lo que gustará y transmitiéramos el mensaje- traga, incómodo- Él no la recibiría incluso si estuviera aquí.

Miro a mi alrededor, temerosa de encontrar su mirada. Es muy vergonzoso recibir un mensaje como ese en medio de una cafetería concurrida y más aún de mi prometido, o ex-prometido…

Dios, ¿por qué tuve que complicar las cosas?

¿Por qué insistes en hacer las cosas como si no tuvieras a nadie más de quien preocuparte más que a ti misma?
¡Cállate conciencia!

- ¿Donde está? - pregunto exasperada. 

- Dijo que se iba, que debería estar aquí el viernes. 

Una luz parece encenderse en este túnel oscuro.

En tres días volverá, con la cabeza más despejada y podremos hablar mejor. 

-Genial, volveré al final de la semana y hablaremos entonces- empiezo a recoger mis cosas. 

- ¿Eh, señorita? - llamo, haciéndome mirarlo a la cara. 

- ¿Sí? 

-Dijo que vendra sólo para ver como están las cosas porque se irá de vacaciones el viernes- confiesa, avergonzado. Las mejillas enrojecidas resaltaban sus ojos marrones. 

- ¿Vacaciones? - dije extrañada por la noticia- ¿Desde cuando?

-Dijo que ahora que la boda está cancelada, no hay razón para posponer ... 

-¡Voy a matar a ese bastardo, hijo de...!

-¡Camila! - escucho la voz de Luisana antes de que pueda verla, regañándome- ¡No puedes hablar así!- la rubia aparece en mi campo de visión, despidiendo al joven pelirrojo- Además, qué grosera de tu parte, ¿no crees? El pobre Pedro no es el chico de los recados. 

- No me jodas, voy a matar a Benjamin- murmuro, metiendo las revistas, los cuadernos y la netbook en mi bolso. 

-Deberías pensar en lo que sucedió, antes de empezar a disparar fuego por tu nariz, Cami - suspira, sentándome en la silla que ocupaba. - La cagaste feo, ¿sabes?

- Pero por más que yo me haya equivocado, él no tiene que actuar como un niño. 

-Ha estado tratando de llamar tu atención para el evento que debería haber sido tu sueño hace dos meses. No lo culpo por estar enojado contigo. 

La miro a los ojos, derrotada.

-Sé que tiene razón, pero admitirlo es mucho más doloroso. Deberíamos sentarnos y hablar, Luisana. No debería ser así, actúa como un extraño indiferente- me quejo.

-¿Alguna vez te has detenido a pensar en tus propias acciones? Sé más sobre los preparativos de tu boda que tú, Camila. ¿Crees que eso esta bien? El novio no puede preparará solo todo eso.- me siento en otra silla, suspirando.

- Lo sé, pero no es fácil, yo tengo trabajo, él también. No es que nuestros horarios siempre coincidan. 

- Sí, pero si no estaba lista para tomar las decisiones, debiste hablar con él en lugar de dejarlo sólo preparando la boda de ustedes- sostiene mis manos entre las tuyas, pasando sus dedos por los míos-  Son un equipo, el matrimonio no es fácil, ninguna relación lo es. Yo misma peleé mucho con Felipe cuando nos casamos, odiaba las reuniones con el ceremonialista, pero estábamos juntos en esto y por eso funcionó. 

-¿Estás diciendo que Benjamin y yo no funcionamos juntos? - indago, asustada.

- No querida. Estoy diciendo que mientras ambos actúen solos y no juntos, nada de esto funcionará. 

-¡Se ha ido, Lu! ¡Me está ignorando! ¡¿Cómo voy a arreglar las cosas si no me da la oportunidad ?!- bajo la cabeza entre mis manos, preocupada. 

-Muéstrale que aún te mereces una oportunidad- responde con una sonrisa reconfortante. 

No me siento reconfortada, me siento desesperada.

Tengo un anillo de compromiso en mi dedo, pero mi supuesto futuro esposo no me quería ni ver.

¡¿Qué diablos es esta historia romántica ?!









Continuará....

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILAWhere stories live. Discover now