Capitulo 12

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Llegaron hasta el coche y Benja abrió la puerta del copiloto, dejando a Cami en el asiento y abrochándole el cinturón sin darle la posibilidad de safarse. Rodeó el coche y entró a su asiento. Arrancó el coche.

No la estaba mirando, pero podía notar cómo ella sí que tenía clavados los ojos en él. Torció la cara, ella le miraba muy fríamente, con reproche… con decepción. Movió la cabeza de un lado a otro y giró la cara para mirar por la ventanilla.

Benja empezó a sentirse algo arrepentido de su actitud. En ningún momento se le había pasado por la cabeza la idea de que Cami realmente hubiese estado preocupada o interesada por los bichos. Se lo había tomado todo como un juego entre ellos, otro tira y afloja más de los que normalmente solían ser protagonistas, ver quien de los dos podía más y ver quién se salía con la suya.

Pero al ver la cara y el enfado de ella comprendió que sí que se trataba de algo importante. Algo se removió por dentro de él haciéndole sentir muy mal, era un idota, un insensible… se había preocupado más por no dar su brazo a torcer que por ver que era lo que Cami necesitaba.

Estaban ya a mitad de camino entre la playa y el pueblo. Dio media vuelta con el coche y retrocedió al aparcamiento dónde habían dejado la caja con los gatos. Se bajo del coche sin decirle a Cami nada y se dirigió hacia ellos.

Cuando regresó ella se había bajado y lo esperaba apoyada contra la parte trasera del vehículo.

Al verlo venir con la caja en brazos sonrió ampliamente y salió corriendo hasta él. Una vez a su altura se enganchó a su cuello y se estiró llenándole la mejilla de besos

-¿Cuánto entusiasmo no? Vas a aplastar a los animales- dijo Benja empezando a incomodarse

-Perdona…- dijo Cami separándose algo cortada- Me dejé llevar- metió la mano en la caja sacó a uno de ellos- Gracias por volver a por ellos

-Si hubiera sabido que era tan imporrtante llevarte los gatos no los hubiese dejado aquí tirados- dijo Benja encogirndose de hombros

Sonrió y dejó al gato de nuevo con los demás mientras Benja abría la puerta trasera para meterlos dentro.

Cami entró también a su asiento. Casi la había emocionado más el gesto de Benja de volver a por ellos cambiando de idea que el llevarse a los gatos.

Tampoco le habría supuesto mucho problema dejarlos allí, total, iban a haber sido unos minutos nada más, ya que tenía pensado regresar a por ellos nada más Benja la hubiera dejado en el pueblo. Pero el hecho de que la idea hubiese salido de él, que hubiese dado su brazo a torcer solamente por ella la conmovía

-¿Me llevas a la clínica?

-Claro…- Benja asintió- ¿Sigue estando en el mismo sitio que cuando la llevaba el señor Eusebio?

Cami asintió y se miró el reloj

-Será mejor que llame a Feli, es tarde y estará a punto de cerrar

-¿Feli? ¿Quién es Feli?

-Es mi socio

¿Su socio? ¿Y dónde había salido ese?

Qué el recordase no había ningún “Feli” en el pueblo… no se fiaba de la gente extraña

-¿De dónde es?

-Vivía en la ciudad pero se trasladó aquí cuando yo me encargué de la clínica. Estudiamos juntos

-¿Y es de confianza?

-¿Qué si es de confianza? Jaja…- Cami rió- ¡Por supuesto! Es mi mejor amigo

Sacó el móvil de la mochila y marcó el número de Feli. Benja prestó atención a la conversación que Cami y el típo ese mantenían, intentando comprobar que realmente podía fiarse de él…

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILAWhere stories live. Discover now