Capitulo 6

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Recostada frente a la piscina del Club Del Cerro, Camila pensaba en el lado positivo de las cosas pues, debido a los cuernos que Benjamin le había puesto, después de tanto tiempo se tomaba un descanso de sus labores.

Desde su cheslong, disfrutó de la hermosa y de lo refrescante que era estar sin ocupaciones o preocupación.

Más temprano aquel día se había
relajado por completo con una larga sección en el Spa del club, lo que le dejó liviana y descansada, cual si flotase en una especie de nube.

- ¿Cómo la estás pasando Cami?- pregunta un chico, parándose a su lado.

Al voltear, ella se encontró con la mirada de su mejor anmigo, Carlos, que también es uno de los dueños del club.

-Sí, la estoy pasando genial -dijo, al tiempo que se sentaba-. Eso sí, tengo que felicitarlos, el servicio de Spa es maravilloso -elogió.

-Me alegra que te haya gustado -el chico ladeó cabeza hacia un lado, observándola-. ¿Me vas a contar o tengo que secuestrarte?- preguntó, con humor- No es normal que dejes tus deberes, eso no es propio de ti, Camila. Eres la reina del control.

¿Tan comprometida era con su trabajo que todos decían lo mismo? Se preguntó pero sabía que justo así era.

Ella amaba su trabajo y le dedicaba
la mayor parte de su tiempo.

-¿Podemos solo disfrutar del día?- preguntó- Tenemos mucho sin vernos- hizo un puchero que él no puedo resistir.

-Está bien- rio- Había olvidado lo
manipuladora que eres -dijo.

Bueno... quizás lo sea. Pensó, pero la verdad es que estaba dispuesta a todo antes de volver a hablar o recordar lo pasado con Benjanin.

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La música y el alcohol ayudaron a que Camila moviera sus caderas, desinhibida, de un lado a otro en la pista de baile. No sabía cuánto había
pasado, que tiempo llevaba allí disfrutando del ritmo, solo sabía que había bebido, bastante, para despejar aún más su mente.

Fue genial para ella no sentir nada, solo que flotaba. Rio.

Carlos, que había bailado a su lado, la tomó de las caderas y empezó a moverse pegado a ella, al compás de la música que sonaba a través de los
altavoces.

Ella lo disfrutó, después de todo era su
mejor amigo, aunque al sentirlo tan cerca, estuvo a punto de jurar que estaba algo excitado por su cercanía, pero no pensó mucho en ello
atribuyendo que aquel bulto podría ser su celular pues él nunca le había visto de esa manera.

No pasó mucho para que aquel pensamiento cambiara.

Estaba perdida en la música cuando Carlos la colocó frente a él y, aun bailando, se inclinó hacia ella para besarla, tomándola por sorpresa.

Sus labios fueron bastante cálidos y pausados, casi nerviosos o temerosos, porque así estaba él, aterrado de lo que pasaría después de aquel atrevimiento.

Camiña se separó, sin creer lo que estaba pasando.

-¿Qué haces, Carlos? -logró decir, a través del ruido- Eres mi mejor amigo.

El chico se quedó pasmado por un momento, destruido por su rechazo. aunque debió imaginarlo.

-Lo siento, no sé en qué pensaba -dijo y ella habría respondido, de no haber sido porque la vibración de su celular en su bolsillo le distrajo.

Lo sacó, bajo la intensa mirada del chico, y miró la pantalla, dándose cuenta que era Benjamin.

Olvidándose de lo sucedido con su amigo, ella se encontró riendo estúpidamente al ver su nombre.

PEQUEÑAS HISTORIAS PABLIZZA/BENJAMILAWhere stories live. Discover now