Capitulo 4 "Halloween"

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Karol Sevilla

-Ruggero. - Susurre para averiguar si estaba dormido o no, habían pasado casi 10 minutos y los dos dimos vueltas y vueltas hasta que el se quedo quieto y yo igual pensando que se durmió.

-¿Queee?- Dijo con la voz ronca.

-Iba a decirte si te dormiste pero sería estúpido- Escuché una pequeña risa muy leve y el se movio nuevamente.

-¿Que sucede?- Preguntó

-Nada es que no puedo dormir.

-¿Y qué quieres que haga? Estaba a punto de dormirme y hablaste- Bufe.

-Ash.

-Ash- Me imitó y reí- Oye.

-¿Mmh?

-¿No te gustaría practicar boxeo?- Preguntó.

-¿Estás loco?- Hablé.

-Puede.

-Jamás, no me disgusta pero me da miedo que me golpeen y estar llena de moretones.

-Si, tienes razón, pero conoces bastante- Habló y sonreí aunque no pueda verme.

-¿Y tú quieres dedicarte profesionalmente a esto? Osea ¿Al boxeo?- El tomó una gran bocanada de aire y luego la expulsó.

-Nose, ¿Tú crees que soy bueno?

-Puff- Exclame- Obvio que si Ruggero, hoy casi te pulen pero eres muy fuerte, se nota, creo qué si te dedicas profesionalmente te puede llegar a ir bien.

-Pues gracias, pero no lo sé, es un largo camino hacerte un lugar profesionalmente- Asiento.

-Si...

-¿Y tú qué quieres hacer luego de terminar la escuela?- Preguntó.

-No lo sé tampoco- El río- No tengo futuro Ruggero.- Bromee haciendo que nos rieramos

-¿Ya se te vino el sueño?- Preguntó.

-Puede ser- Murmure.

Me di vuelta y abracé a la almohada y sentí que el tambien se movió y dentro de unos minutos el sueño vino a mi y me pude dormir.

***

Comencé a abrir mis ojos poco a poco y lo primero que vi fue la espalda de Ruggero toda tatuada, su nuca tatuada con una gran mandala que llegaba hasta dónde tenía el cabello.

Estaba completamente tentada a tocar su espalda y recorrer la tinta negra pero no lo hice, me levante despacio y mire por la ventana. Era domingo y estaba horrendo afuera, llovía y parecía que no iba a parar.

Toda mi familia probablemente dormía ya que ellos llegan siempre muy de madrugada y duermen hasta tarde, excepto mi papá, el estaba de guardia todas las semanas y si surgía ir al hospital debía hacerlo.

Fui abajo y se me ocurrió prepararle el desayuno a Ruggero, en forma de agradecimiento por quedarse conmigo.
Rápidamente puse a hacer unas tostadas mientras exprimia jugo, y preparaba el café. Coloqué todo en una bandeja en silencio y cuidadosamente empece a subir las escaleras hasta llegar a la habitación. Parece que Ruggero dormido se movió ya que ahora estaba todo desparramado en la cama boca abajo.

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