Capítulo 29 "18"

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Karol Sevilla

—Ruggero, dios.

Ruggero casi me arranca el brazo, literalmente.

A la semana del incidente que sucedió me dijo que me tenía una sorpresa, me hizo empacar mucha ropa, y subir a un avión privado, si PRIVADO. No se de dónde saca tanto dinero, bueno si pero no sabía que tenía tanto como para un avión privado.

En fin, sabía que él planeaba un viaje pero no entendía por qué no me lo dijo pero me agradaba la sorpresa, quería saber a dónde iríamos más que nada.

Solo sabía que al parecer era un lugar tropical por qué me dijo que empaque ropa de verano.

—Ruggero, ya me molesta tener total oscuridad, sabes que le temo a la ceguera — Bufé ya incomoda sentada en el avión, no entendía por qué no podía sacarme la venda de los ojos, ¡estaba en el avión!

—Bien, pero no puedes prender tu pantalla porque se verá el destino— suspire y me saque la venda para encontrarme con el interior del avión, todo era color rojo y blanco, en mayoría rojo, los sillones, las mesas, etc.

—Jamás estuve en uno privado— Murmuré mirando a mi alrededor.

—Pues tengo bastante dinero— Lo observe a él y reí haciendo que él me observe sin entender—¿Qué es lo que te causa gracia?

—Es que, vivimos en una casa pequeña, solo tu y yo. Ósea es normal, tiene dos plantas pero aun así es demasiado pequeño, no quiero imaginar si tendría que haber quedado a tu cargo la mudanza.

Imagine el lugar enorme que hubiera elegido Ruggero, estaba segura que sería muy grande y difícil de costear para mí por lo menos. Ahora pagamos mitad y mitad todo con Ruggero.

—Probablemente hubiera elegido una enorme, si— reímos. Lo tenía en diagonal a mi, con una mini pantalla en frente como la que también tenía yo, pero la suya estaba prendida y en Netflix.

—¿Queda mucho de viaje?—Pregunte mirando por la ventana, no se veía nada así que solo me levante y me senté en las piernas de Ruggero.

—Tres horas— Me acurruqué más en el cuerpo de Adam quedando como un bebe abrazada a él mientras me acariciaba el cabello.

—¿Se puede saber que es lo que ocurrió para que quieras hacer esta sorpresa de la nada?— Me reí y de inmediato en mi cabeza llegaron los recuerdo de la noche pasada, fue como si lo hubiera olvidado por completo por unas horas.

Entendí entonces que Ruggero me estaba llevando de viaje para que olvidara todo, lo entendía y lo agradecía con el alma.

Habían intentado violarme, uno chicos que parecían ser buenos conmigo se convirtieron en las personas de las cuales jamás olvidare sus rostros, sus voces, sus gritos, nada. Sentir unas manos intentar entrar en mi, manos que no eran las mías ni las de Ruggero hicieron que me quiera retorcer del dolor, del asco que sentía. Apenas me había ido a bañar me había refregado tanto la piel con jabón para intentar sacarme el asco.

El silencio de Ruggero hizo que corriera mi cabeza de su pecho y lo mirara haciendo que baje su rostro sonriéndome de lado.

—Te amo tanto— Susurre acariciando su mejilla y él sonrió abiertamente para unir nuestros labios en un corto beso.

Vimos una película mientras comíamos algo de fruta que nos habían traído. Seguía impresionada del dinero de Ruggero pero al parecer debía acostumbrarme.

—¿Pasaremos año nuevo allí verdad?— pregunté y él asintió.

—Seremos tú y yo — sonreí. Me gustaba la idea, ser solo nosotros dos. Aunque sería raro pasarla por primera vez sin mi enorme familia a mi alrededor.

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