Capítulo 17- FINAL PRIMERA PARTE

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Maratón 3/3

Karol Sevilla

Esa misma tarde la madre de Ruggero llegó y nisiquiera me miró a la cara, solo entro a la habitación y estuvo allí con su hijo. No quise interrumpir así que no entré pero aproveché que no estaba solo y fui a cambiarme de ropa. Un jean y un suéter blanco bastaron para que estuviera cómoda ahora luego de una larga noche.

Cuando llegaron los amigos de Ruggero se quedaron afuera al igual que yo, no se por que pero ninguno quería pasar ahí adentro. Yo tenía un mal presentimiento, fue sumamente extraño que su madre no me saludara y por eso tenía miedo si entraba y sabía que ellos no lo hacían ya que debían decir que vivían con él.

Al cabo de una hora cuándo las chicas llegaron estábamos dispuestos a entrar pero la madre de Ruggero salió y nos miró a todos serios. Tenía su rostro como si hubiera llorado y no la culpaba por que seguramente yo estaba igual.

—Ruggero vendrá a Londres conmigo, no quiero escuchar nada de nada, menos viniendo de ustedes— Miró a los chicos con desprecio y sus ojos se llenaron de lágrimas y una presión en mi pecho vino. Ruggero iba a irse— ustedes lo metieron en peleas, convirtieron a mi hijo en algo que no era y tú— me observó con decepción y mis ojos estaban llenos de lágrimas—, pensé que lo harías cambiar pero en cambio, alimentaste eso, siempre supe que él quiso boxear y jamás se lo permiti ni lo permitiré. Lo puso en peligro por que dudo que alguien haya querido robarle su auto siendo que primero lo chocan brutalmente, no soy estupida, no nací ayer, esto tiene que ver con el boxeo, me llevare a Ruggero lejos de todos ustedes — Los brazos de Phoebe me rodearon por mi espalda hasta mi hombro desde costado cuando vio como retenía el llanto ya que mi cara estaba empapada.

No podía decir nada.

Ella se lo llevaría y yo no podía lograr que no lo haga, era su madre y él era aún menor de edad. Además Ruggero corría peligro si llegaba a ser culpa de aquellos chicos que quisieron matarlo a golpes y una parte de mí preferiría que él esté a salvo.

—Señora... —Ethan intentó hablar pero ella puso su mano en frente haciendo que pare

—No quiero escuchar nada. Este fue mi límite, mi hijo está en este hospital con pérdida de memoria— sus ojos de pronto se llenaron de lágrimas nuevamente — confié en ti...— Me miró y mi sollozo se escapó de mi boca haciendo que abrazo de mi amiga se haga más fuerte

—Yo sólo... sólo lo amé —susurré separándome de mi amiga

Y era cierto, lo amaba y me di cuenta tarde pero sería mejor que él se fuera ahora mismo, sin recordar todo lo que teníamos juntos por que estaba segura que sería peor si él recordaba todo.

—Lo amaste de forma equivocada— cerré mis ojos con fuerza ante sus palabras.

Pensar que el echo de que haya apoyado a Ruggero en el boxeo sea mi culpa de que él esté ahí en esa cama con traumas severos me hacía mal, no quería pensar que eso fue mi culpa.

—Ya entendimos, no evitaremos que se lo lleve— Dijo Darren. Creo que todos pensábamos lo mismo, por más que sentíamos que perderíamos a alguien importante en nuestras vidas debíamos dejarlo ir por su seguridad hasta que por lo menos las cosas se calmen. Me dolía cada parte de mi cuerpo y sabía que una vez que él ya no esté aquí me largaría a llorar por que de verdad lo iba a extrañar y me dolía aún más que no hayamos llegado a nada y que yo haya descubierto mis sentimientos tan tarde.

—¿Qué pasa si Ruggero ahora recuerda y se niega?— Preguntó Dylan.

—Ruggero es menor de edad, se que cumplirá 18, pero aún así hasta que no tenga 21 años y sea mayor de edad para vivir solo y mantenerse solo, se quedará conmigo.

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