Capítulo 27 "Quiero todo contigo"

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Karol Sevilla

—¿Sabias que vendría vestida de policía y por eso tu también estabas vestido así? ¿O solo fue casualidad?— medio grite por el ruido de la música una vez que salimos de aquella habitación.

—Los chicos me dijeron que era lo que te pondrías y me pareció divertido que estemos igual— Dijo poniendo su mano en mi cintura mientras bajábamos las escaleras de la casa enorme, dejándonos gran vista de las cientos de personas delante nuestro bailando.

—¿Como conseguiste entrar? Digo, es por lista— Dije yendo a la barra seguida de él detrás.

—Soy amigo de esta hermosa chica— Le dijo sonriendo justo a la chica alta que teníamos en frente.

Barbara Palvin, la chica que yo idolatraba -y idolatro aún- se había convertido en mi amiga con el paso del tiempo, nos conocimos en una de las cuantas pasarelas a las que fuimos y con el tiempo comenzamos a hablarnos.
Era increíble que esa chica fuera mi amiga...

—Claro que si, además yo necesitaba que ustedes ya pronto se volvieran a ver— mostró una gran sonrisa y yo me senté a su lado en la barra y pedí dos bebidas.

—Muchas gracias — sonreí a Barbara y Ruggero aún parado se colocó detrás mío enrredando sus dedos en mi abdomen.

—Bueno oficiales, los dejo solos ya que a mi también, mi hombre me llama— río levantándose de su asiento y dirigí mi mirada a dónde ella veía y Dylan nos ofreció una sonrisa feliz.

—¿Sabes?— Mire a Ruggero sentarse dónde estaba Barbara hace un momento— Das miedo así vestido, pero te vez sexy— Tome un trago de mi bebida y él sonrió negando.

—Bueno, tú eres la policía más caliente que conocí  — reí.

—Salud por eso— Dije y chocamos nuestros vasos

La fiesta terminó y yo volví a terminar en la cama con Ruggero a mi lado.

—Buenos días— Sonreí al despertar viendo cómo tenía a frente a frente a Ruggero mirándome.

—Buenos días— Su mano fue a mi mejilla y me acarició suavemente.

—¿Qué tal todo en Londres?—Pregunté.

—Está todo bien, Derek volvió al trabajo, hay una niñera de confianza cuidando a Benjamin, él está muy bien y me preguntó mucho por ti— sonreí recordando al pequeño.

—También lo extraño— murmure

—Te extrañe muchísimo Karol, pero nos hizo bien, todo esta en orden y te vez más feliz que nunca.— sonreí sabiendo que él tenía razón, me sentía plena con él a mi lado y sin él también.

Ósea, yo podía vivir sin el, había aprendido a estar sin él en mi vida cotidiana pero no quería hacerlo, no quería estar sin él.

—Tu igual, al fin ya nos toca— El se acercó a mi y beso mis labios cortamente lo cuál agradecía ya que detestaba los besos largos por la mañana por el mal aliento, aunque Ruggero siempre tenía buen aliento, creo que come un caramelo pero yo siempre tenía feo aliento y no entendía como no le molestaba.

—Es cierto, quiero todo contigo nena.— Uni nuestras manos en medio de ambos y vi nuestras manos entrelazadas.

—¿Viviremos aquí? — pregunté.

—¿Quieres vivir conmigo?— dijo algo impresionado.

—Claro que si, ya somos grandes Ruggero, tenemos 23– reí.

—Entonces bien por mi, aquí está bien a no ser que tú quieras mudarte pero supongo que está bien— asintió echando una mirada rápida a la habitación. Mi casa era grande, me había mudado hace poco y me encantaba, era mía y quería estar aquí por un largo tiempo hasta el día que decida tener una familia y deba mudarme.

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