La taquilla.

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Los pasillos estaban repletos de gente y Harry seguía perdiéndose de camino a clase. Le costaría acostumbrarse a ese nuevo centro, pero sabía que tarde o temprano lo haría.

Llevaba un papel y unas llaves entre sus manos que le acababan de dar en dirección. En el papel había un número, el 28, y correspondía a su nueva taquilla. Por lo tanto, por si fuera poco, no sólo estaba agobiado por la cantidad de gente, si no que también estaba agobiado porque no encontraba la puta taquilla.

Se paró en un lateral del pasillo y respiró profundo con los ojos cerrados. Cuando se dispuso a seguir un chico rubio se puso por delante. Era el chico de ayer.

—Harry, ¡hola!— comentó agitando la mano en forma de saludo.

—¡Hola Niall!— respondió sonriente.

—Vaya, si sonríes y todo.— Acotó en tono de sorpresa.

—Pues claro, aunque ahora quiero llorar.— Dramatizó el rizado.

—¿Y eso? ¿Puedo ayudarte?—

—¿sabrías dónde está la taquilla número 28? Es que la estoy buscando porque según la directora Jenner ,esa será la mía.—

Niall miró al techo y comenzó a rascarse la barbilla pensativo tratando de ubicarse. Luego miró a los ojos de Harry y sonrió tras acordarse.

—Sígueme.—

—Gracias ,Niall.—

Caminaron en busca de la dichosa taquilla hasta que llegaron al final del pasillo. Habían cuatro filas de taquillas. La 26,27,28 y la 29. Harry sonrió genuinamente satisfecho hacia Niall pero este estaba serio. Miraba preocupado a la taquilla 29. El ojiverde encaró una ceja y observó hacia donde los ojos de Niall estaban yendo. La taquilla en cuestión estaba boyada. Como si le hubieran pegado puñetazos. Tenía grafitis irregulares con colores fríos y no tenía mucho sentido. Harry no pensó mucho en eso, si no más bien en lo que pintaría en su taquilla que se encontraba en perfectas condiciones, pero la mirada intranquila del rubio estaba empezando a intrigarle.

—¿Se puede saber que pasa?—

—Tienes que solicitar un cambio de taquilla.— Aseguró tomándolo del brazo y estirando de él , pero Harry se paró y se zafó de su agarre.

—¿Por qué? Esta taquilla está bien, mi facultad está cerca, no quiero cambiarla.—

—No lo entiendes. Estás al lado de la taquilla de un capullo que te hará la vida imposible. —

Harry rio soltando aire por su boca.

—No me importa. Soy bueno ignorando a los capullos.—

—Harry, no va a dejarte vivir. Encima si descubre que eres tú el que tiene la taquilla a su lado aún será peor. Hazme caso.—

—Niall, no me da miedo.¿ Y que coño pasa conmigo? ¿Acaso soy una diana para que me acribillen flechas de insultos o algo?—

—Eres el nuevo, colega. Eres carne fresca para él y para su banda.—

Harry recordó y entonces pudo saber de quien se trataba. Rodó los ojos. No le intimidaban ni él ni sus amigotes con masculinidad frágil. Sorprendiendo al rubio se acercó con las llaves y comenzó a abrir su nueva taquilla. Niall estaba paranoico mirando hacia todos lados, rezando por no ver a Louis por ningún lado.

—Estás demente.— Dijo susurrando mientras miraba inquieto hacia su izquierda. —Joder Harry, viene Louis, vamos, deja el puto libro y métete a clase.—

Louis. Con que ese era su nombre. Harry cerró la taquilla guardándose las llaves en el bolsillo de los vaqueros y se acercó con parsimonia hacia el rubio que estaba al borde de la taquicardia.

Shut Up, ᴄᴜʀʟʏ ♡Where stories live. Discover now