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DARA
Transitar las calles que dirigen a casa de Kellen se convirtió en una costumbre. Ya no me aterra el vacío, ni el silencio descomunal, tampoco las personas que suelen pasar el rato sentados a la orilla. Aunque no es posible evitar sus miradas curiosas e intimidantes, producto de ver a tres chicas que desencajan por completo del escenario.
No bajo la vista. Continúo caminando a paso firme, convencida de lo que hago. Kellen dijo una vez que no tengo que preocuparme. Ellos saben que estoy relacionada a él y, por ende, no se atreverían a molestar o causar daño.
Sin embargo, Sarah se aferra a mi antebrazo; asustada por visitar un lugar que nunca conoció.
—¿Estás segura de traer a Anna? La quiero casi tanto como a ti, pero... Mírala —volteamos hacia atrás y la divisamos.
Camina a varios pasos de distancia, cubierta con su amplia chaqueta de lana oscura y los brazos cruzados por debajo del pecho, como si intentara protegerse. Avanza insegura, procurando no hacer contacto visual con la gente a su alrededor.
Sí, es preocupante. Pero también es normal que tenga miedo.
Reacciono a causa de su incertidumbre. Me doy cuenta que está siguiendo mis pasos y en realidad, ni siquiera se imagina hacia dónde vamos y lo que pasará. Freno, provocando que Sarah también lo haga. Anna nos alcanza, confundida.
—¿Por qué paramos? Ah, se arrepintieron. Está bien. También creo que lo mejor sería volver —está a punto de girarse para regresar, pero la sostengo del antebrazo y lo impido.
—No, no vamos a volver. Es que quiero explicarte a donde vamos, pero tienes que prometerme que no vas a juzgar. ¿Lo prometes?
Anna asiente.
Lo pienso una última vez antes de proceder. Considero que Anna es demasiado perfeccionista, autoexigente y disciplinada. A los ojos de mamá, es casi la excelencia personificada. En realidad, lo sería totalmente si estuviera casada o a punto de hacerlo, incluso suele buscarle pretendientes que ella acaba rechazando. Sé que no se arriesgaría a decepcionarla, jamás admitiría que escapó junto a nosotras para ir a una reunión. Se llevará el secreto a la tumba si es necesario.
—Habla, Dara.
—Creo que estoy enamorada.
—Sí, de Tobías.
—No, de otro chico.
—¿Qué? —abre los ojos, impresionada.
—Kellen —largo y palidece. Por Dios, acabo de causarle un paro al corazón a mi hermana.
—¿Te volviste loca?
—Un poco —sonrío, a la par de Sarah, que luce entusiasmada por la conversación—. Eso creo. Estamos juntos. Pasamos el rato. Es la única cosa real que he tenido en toda mi vida ¿sabes? No voy a dejar que me quiten esto —defiendo con seguridad mi postura. Si lo pienso desde un punto religioso, quizá también sea la voluntad de Dios. La frase que tanto les gusta repetir a los superiores y a los fieles—. Si crees que puedes soportar viéndome ser Dara, sin religión, sin prejuicios, solo una chica de veinte años que quiere disfrutar la vida, entonces quédate. Pero si crees que es demasiado para ti, entonces entenderé si quieres irte.
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Impuros
RomanceDara es un ángel que desea conocer el placer y Kellen un demonio, que está dispuesto a mostrárselo. ✤♡✤ Dara Lawson pertenece a una familia estricta y religiosa. Se está por casar y mantiene una promesa de castidad. Pero sus deseos cambiarán cuando...