capitulo 29

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DARA

La pesadilla que me tuvo cautiva gran parte de la noche, comienza a deshacerse hasta que finalmente se hace añicos y despierto repentinamente, asustada. Con la mirada alerta, observo a mi alrededor: la luz colándose por el marco de la ventana y filtrándose a través de la puerta cerrada, ilumina apenas la habitación. El reloj marca las ocho y cuarenta y cinco de la mañana y los brazos de Kellen me rodean por detrás, apegando mi espalda a su pecho. Volteo a verlo, apreciando las facciones de su rostro, su piel tersa, el piercing que lleva en la nariz y el pequeño corte que tiene arriba de la ceja. Siempre me causó curiosidad si lo hizo intencionalmente o si fue un accidente, algún día se lo preguntaré.

A pesar de que mantiene los ojos cerrados, sé que no está dormido del todo. Potencia la forma en que me sostiene al darse cuenta de lo inquieta que estoy y seguido, deposita un beso sobre mi hombro.

—Estuviste así de inquieta toda la noche —murmura cerca de mí oído y una sensación de fuegos artificiales estallando se instala en medio de mi estómago.

Él me hace sentir así tras insinuar que ha estado cuidando de mí durante la madrugada.

—Lo siento.

—No pasa nada —me tranquiliza.

Descubro lo mucho que me gusta su voz de recién despierto. Levemente ronca, profunda y suave, todo a la vez. El sonido se cuela a través de mis oídos y llena cada recoveco de mi cuerpo, haciéndome vibrar.

—Pero estás muy tensa, Bambi. Tienes que relajarte —acaricia la curvatura de mi cuello con el dorso de los dedos y desciende, hasta que una de sus manos se pierde bajo mi camiseta.

Su palma abierta y cálida se desliza a través de mi vientre, proporcionando un montón de caricias que en seguida consiguen estremecerme. Estoy deseando que siga, cuando desliza otra mano y asciende, hasta llegar a la base de mis pechos y descubrir que no tengo sostén.

—Me gusta que no lleves nada debajo —resalta y no alcanzo a contestar, porque sus manos sostienen mis pechos desnudos. Me muerdo el labio inferior y sonrío, recibiendo gustosa la manera en que sus pulgares acarician mis pezones, consiguiendo que se pongan duros—. Me encanta como te pones apenas te toco —pronuncia más cerca de mi oído, para luego dejar pequeños besos detrás y tirar suavemente del lóbulo la oreja con los dientes.

Me gusta la manera en que me toca, tan suave y precisa. Me gusta la manera en que lo hace todo, con tanta calma, permitiendo que disfrute cada segundo de las cosas que me provoca.

La ansiedad se dispara mientras él continúa atendiendo mis pezones y empujo el trasero hacia atrás, intentando frotarme contra él para despertar su erección. Sin embargo, Kellen me besa el cuello y utiliza nuevamente ese tono de que todo está bajo control.

ImpurosWhere stories live. Discover now