Capítulo 2

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Min Yoongi se despertó con una gran resaca ese viernes por la mañana. Su cabeza latía con fuerza y sentía que la habitación daba vueltas. Gruñó mientras miraba el reloj de su teléfono, que mostraba las 9:30 a. m. Ya había perdido sus primeras dos clases, pero no podía molestarse con eso.

Se rascó la cabeza mientras se sentaba y miró a su alrededor. Había una chica en su cama y un chico al otro lado. Los recuerdos incompletos del trío que tuvo anoche le vinieron a la mente. 

Empujó a la chica fuera de la cama para que pudiera levantarse y vestirse. Para ser honesto, no estaba de humor para ir a la escuela, pero tenía que asistir al menos a diez clases a la semana; ese era el ultimátum que el director le había dado a principios de año.

"Asiste a diez clases a la semana y no te expulsarán... Jodido idiota".

Se mudó de Daegu a Seúl hace dos años porque fue expulsado por segunda vez de su antigua escuela y sus padres decidieron divorciarse. Él terminó con su madre, que trabajaba en la panadería local a unas pocas cuadras de la pequeña casa en la que vivían, y su hermano, quién se había ido a la universidad hace tres años estudiando medicina y probablemente planeando no regresar nunca más. Era mucho peor que su casa en Daegu, principalmente porque tenía una pequeña habitación con una cama doble y un escritorio que nunca usaba.

Yoongi odiaba la escuela con pasión y la encontraba absolutamente inútil. Había reprobado el año pasado por lo que tuvo que repetir el año otra vez, lo que lo convirtió en el más viejo de su escuela. No tenía planeado ir a la universidad de todos modos, no tenían el dinero para ello, principalmente porque él lo gastó en sus tatuajes y drogas. Las últimas compras que había hecho era un piercing para el labio y un arillo más para la oreja. También tenía un piercing en la lengua que ocasionalmente se quitaba. 

Después de que despertó a los dos chicos y los envió a casa, se las arregló para meterse en la ducha y luego vestirse. Se fue con su atuendo habitual: una camiseta negra con el logo de alguna banda, jeans ajustados negros, un par de pulseras negras para ocultar sus cicatrices (no lo hacía a menudo, solo cuando necesitaba tomar el control de su vida de mierda) y el único par de Vans negras que poseía; tenía otros más pero su madre había tenido la intención de lavarlos haciendo que no pudiera elegir uno de esos.

Su madre le había dejado una nota en la nevera en la planta baja, diciéndole que había recogido un turno extra esa noche en la panadería. Le había dejado algo de dinero para que pasara el día, y Yoongi se preguntó si ella sabía que iba a gastarlo todo en hierba o si ya no le importaba.

Salió de la casa con una manzana en la mano y la mochila colgada en el hombro derecho. Él vivía cerca de una estación de autobuses, por lo que se le hacía más que fácil tomar el autobús todos los días para ir a la escuela.

Echó un vistazo al inmenso edificio en la calle una vez que bajó del autobús. No le gustaban muchas cosas y mucha gente, solo sus amigos y su madre (ocasionalmente). Pero si había una cosa que odiaba absolutamente, eran los estudiantes pretenciosos que iban a la escuela privada frente a la suya. Los veía casi todos los días (los días que se molestaba en ir a la escuela), llegando y saliendo en sus autos que costaban más que toda la vida de Yoongi, lanzando miradas de disgusto a su paso cuando salían. Pensaban que eran mejores que los demás, pero si pensabas en ello, sin el dinero de sus padres no serían nada.

Llegó a la escuela justo cuando sonó la campana, por lo que decidió reunirse con Jungkook y Namjoon en su lugar habitual en la parte posterior del edificio, donde solían reunirse los fumadores.

La escuela tenía una política de cero tolerancia para fumar, beber o cualquier otra droga. Yoongi tenía una política de cero tolerancia para las estúpidas reglas de la escuela. Ya había algunas personas allí cuando llegó, pero vio a Jungkook  y Namjoon en un rincón, sacando sus cigarrillos.

BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminWhere stories live. Discover now