Capítulo 4

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La mañana siguiente de la fiesta fue la primera mañana en que Jimin despertó con un gran problema en sus pantalones. Se sintió raro por decirlo menos, porque literalmente tenía una tienda de campaña en sus pantalones de pijama de algodón.

Apartó el edredón de algodón egipcio recién adquirido de su cuerpo y luchó por desenredarse de los brazos de Jennie. Ella estaba roncando ligeramente y Jimin lo encontró algo molesto. Sabía a ciencia cierta que él nunca roncaba, y no estaba seguro de si quería soportar los ronquidos ajenos por el resto de su vida. 

Se dirigió al baño que estaba justo al lado de la cama (ni siquiera pensaba en compartir el baño con nadie más) y se miró en el espejo, completamente estupefacto por la vista que se encontró ante él.

Tenía el cabello tan despeinado que parecía como si no se hubiera peinado nunca; su camisa de algodón se pegaba a su barriga y su… ¡Oh, por Dios! Literalmente podías ver su pene a través de sus pantalones; estaba pegado en el material, necesitando desesperadamente su liberación.

Jimin suspiró y cerró la puerta con llave antes de sentarse en el inodoro y cerrar los ojos, pensando en su abuela. Su abuela en el baño, su abuela en el baño desnuda, su abuela en el baño desnuda sin su dentadura. Los pensamientos no solo hicieron que su erección desapareciera, también lo hicieron querer vomitar. 

Después de cepillarse los dientes y lavarse la cara, regresó a su habitación para ver a Jennie despierta, apoyada contra la cabecera de la cama y revisando su teléfono.

—Buenos días, amor. —dijo él, las palabras salieron como si hubieran sido ensayadas miles de veces.

—Buenos días. —ella respondió sonriendo, y acercando su mejilla para que Jimin la besara.

—¿Qué estás haciendo?

Su novia le mostró la pantalla de su teléfono, que estaba abierta en la aplicación de Instagram. Se sentó junto a ella y pasaron unos minutos revisando su página de inicio, comentando casi todas las fotos.

Jennie se detuvo en una foto recientemente publicada por Seokjin; de él, Namjoon, Jungkook y Yoongi, claramente borrachos y fuera de sus mentes con vasos rojos en sus manos y sonrisas perezosas en sus rostros.

—Es medio puta. —Jennie dijo, y Jimin asintió.

Él no podría estar más de acuerdo. Dormir con alguien que no gasta ni en una camisa de buena calidad antes del matrimonio era simplemente incorrecto a sus ojos. Él pensó que Seokjin tenía estándares, pero aparentemente él había estado equivocado todo este tiempo.

Jennie se vistió en el baño con algunas de las cosas que había dejado en la casa de Jimin (ella tenía un cajón especial en su vestidor) antes de que ambos bajaran las escaleras para desayunar. Sus padres no estaban allí, solo dos de sus hermanos, Jihoon y Mingyu, que casi habían terminado de comer.

Ellos le sonrieron a Jennie y halagaron su cabello, lo que hizo que Jimin pusiera los ojos en blanco porque no era tan bonito, para ser sincero. Entonces se preguntó cuándo había empezado a encontrar molesto cualquier aspecto sobre su novia. Se suponía que se iba a casar con ella. Sus padres se conocían, planeaban mudarse juntos a una casa cercana a Oxford una vez que se graduaran.

Pasaron el resto del día en casa, en la habitación de Jimin, viendo sus películas y programas favoritos (El Diablo viste a la moda, Guerra de novias y Proyect Runway). Para la cena decidieron salir y comer en su restaurante favorito; no necesitaban hacer una reserva, su padre conocía personalmente al dueño y siempre podía hacer una excepción para él.

Así que, a las 8:00 p. m., los dejaron frente al restaurante con la promesa de que los recogerían dos horas después.

Ni siquiera tuvo que decirle su nombre a la recepcionista, ella lo reconoció de inmediato, y cortésmente asintió antes de guiarlos hacia la mejor mesa en el restaurante; la que tiene la vista al centro de la ciudad, la cuál es hermosa una vez que oscurecía.

BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminWhere stories live. Discover now