Capítulo 31

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—¿Qué está pasando? —le preguntó Yoongi a Jungkook, quien iba saliendo del baño con Taehyung pisándole los talones.

Jimin observó el desaliñado estado de ambos; sus cabellos hechos un lío y sus labios rojizos. Probablemente sabía lo que sucedió en ese baño.

Jungkook sonrió y sacó una familiar bolsa de polvo blanco de su chaqueta, agitándolo frente a la cara de Yoongi.

—¿Estás dentro? —le preguntó.

Yoongi le lanzó una mirada interrogante a Jimin, y este se encogió de hombros.

—No eres, como que, un adicto a las drogas, ¿verdad? —cuestionó Jimin cuando se sentó en el sofá entre Yoongi y Namjoon.

Yoongi negó con la cabeza, resoplando.

Jungkook esparció un poco de cocaína en la mesa y Yoongi comenzó a hacer las líneas con una de las tarjetas de crédito de Jimin.

Diez minutos después, y Yoongi ya iba por su segunda línea mientras que Jimin optó por mantener un ojo en él y no inhalar ningún tipo de droga esa noche.




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El brazo izquierdo de Yoongi estaba aplastado contra el costado de Jimin porque en el sofá no cabían más de cinco personas, y aun así eran seis ahí. Los brazaletes de Yoongi (esos que siempre traía puestos) estaban enterrándose incómodamente en la piel de Jimin.

Esperó a que Yoongi se calmara, porque empezó a divagar sobre cosas que él en realidad no se molestó en prestar atención.

—¡Dos minutos para media noche! —alguien anunció.

Jimin sabía que todos podían ir afuera (todo estaba cubierto de nieve, pero aun así) y ver los fuegos artificiales desde ahí. Le sugirió eso a Namjoon, y un minuto después todo el mundo estaba afuera, congelándose sus culos, esperando por la cuenta regresiva que Jungkook usualmente hacía.

Yoongi le había dado su chaqueta de mezclilla y Jimin estaba realmente agradecido por el gesto porque estaba a punto de desmayarse de hipotermia.

—¿Alguna vez has tenido un beso de Año Nuevo? —preguntó Yoongi.

Jimin negó con la cabeza.

Yoongi frunció el entrecejo. —¿No?

—No. Mi familia siempre va a Nueva York y Jennie usualmente va a Japón, o algo así —Jimin se encogió de hombros—. ¿Tú?

Yoongi asintió. —Jungkook.

Jimin apretó los labios y volteó la cabeza para ver que Jungkook estaba hecho un ovillo bajo el brazo de Taehyung, levantando la mirada hacia el otro chico, sonriendo.

—¡Diez! ¡Nueve!

La gente comenzó a gritar y Jimin se puso un poco nervioso porque sabía que besaría a Yoongi. No significaría nada, ¿cierto? Después de todo, el asunto del beso de Año Nuevo era una superstición, y él no era una persona supersticiosa.

—¡Tres! ¡Dos! ¡Uno!

Jimin levantó la mirada hacia Yoongi y realmente lo sujetó de su polo para atraer sus labios juntos. Yoongi no protestó, en vez de eso separó sus labios para que sus lenguas pudieran tocarse.

Todo el mundo estaba coreando "Feliz Año Nuevo" y Jimin podía escuchar los fuegos artificiales haciendo eco en el cielo, y honestamente se sentía contento.

Cuando se separaron, observó los fuegos artificiales por un rato y tomó una fotografía para publicarla en Instagram después.

En el momento que volvieron adentro, todos seguían disfrutando de la fiesta y pasando un buen rato. Jimin se encontró a sí mismo en el sofá, solo esta vez, limpiando los últimos restos de cocaína y poniéndolos en la bolsita de plástico.

En verdad no podía creer que pasó de estar en el jodido Times Square a media noche a limpiar la cocaína de sus amigos de la escuela pública.

—¡Park Jiminie!

Jimin levantó la mirada sorprendido, y vió a Yoongi acercándose, claramente un poco borracho y drogado.

—¿Qué? —respondió.

—¿Qué estás haciendo?

Jimin colocó la bolsita sobre la mesa. —Limpiando tu desastre.

Yoongi le lanzó una sonrisa boba, y Jimin podía ver claramente sus ojos inyectados en sangre.

—Necesitas recostarte un poco. —le sugirió.

Yoongi sacudió la cabeza, sentándose junto a él en el sofá. —Quiero recostarte a ti un poco más.

Jimin no tuvo tiempo de reaccionar porque Yoongi lo estaba empujando hacia atrás contra el reposabrazos del sofá, acomodándose entre sus piernas abiertas y besándolo.

—Yoongi... —intentó hablar— La gente puede...

—Que se jodan. Te deseo ahora.

Y, okay, esto era nuevo. Nunca antes le habían dicho eso, que era deseado, pero se sentía bien y Jimin decidió no preocuparse por las potenciales miradas. Todo el mundo estaba o demasiado borracho para recordarlo en un par de horas o demasiado ocupado disfrutando la fiesta.

La rodilla derecha de Yoongi fue a descansar contra la cadera de Jimin y la otra pierna estaba apoyada en el suelo, sus manos estaban en el reposabrazos del sofá, a cada lado de la cabeza de Jimin, y estaba besándolo fervientemente.

Jimin agarró el cabello de Yoongi, llevando sus rostros más cerca, y levantó sus piernas para que sus rodillas estuvieran a cada lado de las caderas de Yoongi. Ya podía sentir sus jeans apretándose por sus acciones, y Yoongi parecía estar sintiendo exactamente el mismo nivel de excitación porque su erección era evidente contra el interior de sus muslos.

—Te tomaría justo en este sofá si no fueras virgen... y si estuviéramos solos. —Yoongi exhaló en su boca.

Jimin se quedó sin palabras ante la vista de esos oscuros ojos marrones que brillaban maliciosamente. Pero cuando Yoongi de repente metió una mano entre sus cuerpos para tocarle su polla endurecida, entrando en pánico le apartó la mano.

—Aquí no. —dijo mirando a los alrededores.

Yoongi asintió levantándose del sofá con rapidez. —¿Arriba entonces?

—Eh...

Jimin lo pensó por un momento, mirando nuevamente alrededor de la habitación para ver si todo estaba en orden.

—No van a quemar tu casa si eso es lo que temes. —soltó Yoongi rodando los ojos.

—Cállate. —Jimin murmuró poniéndose de pie.













BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminWhere stories live. Discover now