Capítulo 3

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Jimin no reaccionó al principio. Él se quedó sin palabras, y eso no pasaba a menudo. Había chicos y chicas de la escuela pública en la sala de estar de Seokjin, luciendo jeans ajustados rasgados, faldas extremadamente cortas y tops obscenos.

Estaba completamente consternado por la cantidad de bebidas alcohólicas que se colocaban en la mesa del comedor, y por la cantidad de vasos rojos que se alineaban al lado. Probablemente ni siquiera estaban limpias.

"Dios sabrá de dónde lo robaron".

Miró a su alrededor para asegurarse de que no era el único que estaba en estado de shock, y se sintió muy aliviado cuando vio que no lo era. No pasó más de un minuto para que la habitación se quedara casi a oscuras (las únicas luces que habían eran pequeñas lámparas que cambiaban de color cada tres minutos), y para que los chicos de la escuela pública comenzarán a bailar y a reír con los vasos rojos en las manos.

Jimin se sorprendió y se enojó un poco cuando vio que algunos de sus compañeros de clase tomaban vasos de la mesa, las llenaban con quién sabe qué, y se unían en la improvisada pista de baile. Jennie se encogió de hombros cuando vio a Seokjin beber literalmente de una botella de cerveza que estaba compartiendo con Namjoon mientras se restregaba contra él.

—¡Eso es indignante! —vociferó, y siguió a Jennie hacia la mesa donde ella se sirvió un vaso de algo llamado Bacardi Breezer. 

Escuchó una risa detrás de él e inmediatamente se dio la vuelta, listo para decirle a quien quiera que se hubiera reído de él que se fuera a la mierda.

Jimin se quedó completamente sorprendido al ver a un tipo que era un poco más alto que él mirándolo con una expresión divertida en la cara. Llevaba una camiseta de los Rolling Stones de manga corta que mostraba sus tatuajes que iban desde sus hombros hasta los dedos. También tenía un piercing en el labio, y varios arillos en sus orejas.

—¿Puedo ayudarte? —Jimin espetó, apoyando una mano en su cadera.

El tipo negó con la cabeza.

—Solo trato de conseguir un poco de Vodka, pero estás en mi camino.

Oh, aparentemente también tenía un piercing en la lengua. Qué adorable. Jimin se hizo a un lado para darle al hombre un mejor acceso a la mesa. Lo vio colocar un pequeño vaso de chupito sobre la mesa antes de llenarlo con Vodka y beberlo en dos segundos.

—¿Quieres probar uno?

—No, gracias. Tengo que ir a buscar a mi novia.

Las cejas del chico se levantaron y sonrió burlonamente, pero Jimin ya estaba dando media vuelta y caminando hacia Jennie, quien estaba sentada en el sofá de nuevo. Se sentó junto a la chica y ella le sonrió, colocando el vaso rojo vacío sobre la mesa que de alguna manera estaba llena de teléfonos que definitivamente no costaban más que el atuendo actual de Jimin, y varios paquetes de cigarrillos.

"Dios sabrá de dónde los robaron", volvió a repetir en su mente.

—¡Jimiiiiiin! —Jennie gritó y él se giró para mirarla. Ella estaba sonriendo y riendo, probablemente ya estaba borracha porque nunca había bebido alcohol en su vida, por ende, tenía una tolerancia mínima. 

—¿Qué?

—Bésame.

Y lo hizo, porque ella lo estaba agarrando por el cuello y tirando de él hacia delante. Jimin tomó su labio inferior entre los suyos y lo chupó, ni siquiera intentó lamerle los labios para poder besarse correctamente; nunca habían hecho eso. Jennie siempre usaba lápiz labial caro o brillo de labios, y eso lo arruinaría, así que se conformó con besos repetidos, a veces chupando y mordiéndo sus labios, pero eso era todo. 

BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminWhere stories live. Discover now