Capítulo 35

46 11 1
                                    

Jimin cortó la llamada y suspiró. No había sido fácil escabullirse, pero en cuanto sus padres se retiraron a sus habitaciones a las 10:30 p. m., comenzó a vestirse. Estaba usando unos jeans negros ajustados, un polo negro con detalles dorados en la parte delantera y unos Converse negros. No estaba seguro de por qué necesitaba vestirse todo de negro, pero lo hizo de todas formas porque era esto o quedarse en su habitación por el resto del fin de semana, solo.

Encontró un abrigo Ralph Lauren azul oscuro, así que se decidió por usarla también.

Se aseguró de no hacer ningún ruido mientras bajaba las escaleras y usó la puerta trasera, solo por si acaso. Sabía el camino al ayuntamiento bastante bien; era una caminata de cinco minutos a través del parque frente a su casa y luego dos calles más.

Se preguntó qué planeaba Yoongi hacer, y si había tomado una buena decisión al aceptar lo que sea que fuera esto.

Yoongi ya estaba allí cuando llegó, a pesar de que Jimin lo había llamado en cuanto había entrado al parque; estaba sentado en una banca cerca de la fuente, vestido todo de negro y con un gorro cubriendo la mayor parte de su cabello.

—¿Qué tienes ahí debajo? —preguntó Jimin tan pronto como lo vio ocultar algo bajo su casaca.

Sus ojos se ampliaron cuando Yoongi sacó lo que Jimin sabía eran latas de graffiti.

—Tú… Tú no estás planeando hacer algo ilegal de nuevo, ¿verdad? —soltó con incredulidad, mirando a su alrededor para ver si había alguien en su línea de visión, pero todo estaba desierto, a excepción del edificio iluminado justo frente a ellos— ¿Por qué me llamaste para esto?

Yoongi se encogió de hombros.

—¡Es ilegal! —exclamó Jimin.

—Nada es ilegal a menos que te atrapen.

—No voy a ayudarte a hacer nada de eso. —Jimin se cruzó de brazos.

—Nunca dije que tenías que ayudarme.

—¿Entonces por qué estoy aquí?

—Para hacerme compañía y verte bonito, ¿sí?

Jimin se sonrojó ligeramente por las palabras de Yoongi y se odió a sí mismo por hacerlo. Era molesto lo rápido que podía cambiar de ánimo.

Y así fue cómo se encontró a sí mismo siguiendo a Yoongi a través de la calle hacia al ayuntamiento, donde el chico abrió una de las latas y la agitó.

—¿Qué estás plan-? Oh.

Yoongi comenzó a escribir una enorme F, y luego una U, y Jimin ya sabía para donde iba esto. Se mantuvo mirando alrededor, para asegurarse de que no los atraparan.

—¿Por qué estás haciendo esto siquiera? ¿Así de aburrido estás? —cuestionó metiendo las manos en sus bolsillos.

Yoongi se volteó a mirarlo. —Bueno, el chico al que he estado follando aparentemente encontró un novio y no tengo nada más que hacer.

Jimin frunció el entrecejo y ladeó la cabeza. «¿Entonces yo no soy suficiente para él?»

—¿Por qué estás haciendo pucheros así? —preguntó Yoongi, lanzándole una rápida mirada.

—No estoy haciendo pucheros. No importa.

Yoongi negó con la cabeza y estaba a punto de decir algo más pero repentinamente escucharon a alguien gritándoles.

—¡Hey! ¡Alto ahí, pongan las manos en alto!

—Mierda. —Yoongi siseó.

El corazón de Jimin de repente comenzó a latir más rápido cuando vio a los dos policías sosteniendo linternas hacia sus ojos.

BEBÉ, EL CIELO ESTÁ EN TUS OJOS. ➸yoonminWhere stories live. Discover now